Miedo
No sirve mirar a otro lado. Lo que m¨¢s miedo da es la ignorancia
A ratos cualquier descarga nos sobresalta y sentimos los peligros, incluso los lejanos, como si una tenaza nos zarandeara con furia sin posibilidad de liberarnos de ella. Despu¨¦s, la urgencia se esfuma. Encerramos el miedo y los buenos prop¨®sitos en el caj¨®n de tareas pendientes y continuamos ligeros de angustia con nuestra existencia cercana.
Cansados de proc¨¦s, posverdades y gobernantes globales que se regalan lindezas mientras miran de reojo el activador de misiles, optamos por lo sencillo. Desfiles de modelos con alas o celebraciones de bodas tem¨¢ticas de famosos a quienes imaginamos ajenos a nuestros temores de andar por casa.
C¨¢ndidos. La posfelicidad dura solo un ratito. Ah¨ª est¨¢ el aniversario del desastre del Prestige para recordarnos, 15 a?os despu¨¦s, que las protestas se acallaron con dinero y que los humanos resultamos m¨¢s depredadores que el petr¨®leo para los ecosistemas.
Cambio de canal. Busco alas y ropa interior. Imposible. Han pasado seis a?os desde el tsunami que se llev¨® por delante Fukushima y a la reportera Alejandra Andrade se le ha ocurrido pasear al lado mismo de los reactores protagonistas del peor accidente nuclear desde Chern¨®bil.
Har¨¢n falta 30 o 40 a?os para limpiar y desmantelar la central; cada d¨ªa se generan 300 toneladas de agua contaminada que se acumulan sin destino conocido. Multipliquen. La radiactividad supera 2.122 veces lo recomendado. Sumen. Solo 300 kil¨®metros m¨¢s all¨¢ el Gobierno japon¨¦s ha autorizado a Tepco, la empresa que explotaba Fukushima, a reabrir dos reactores nucleares. Procesen.
No sirve mirar a otro lado. Lo que m¨¢s miedo da es la ignorancia.
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