Claridad
Hay que exigir m¨¢s sinceridad en el lenguaje, porque nos ahogamos en mitad de frases hechas, datos falsos y argumentos irreflexivos
Entre 1895 y 1922 existi¨® en Kansas (Estados Unidos) una revista de inspiraci¨®n socialista que se llamaba Appeal to Reason y que lleg¨® a alcanzar, en 1912, la fabulosa cifra de 720.00 suscriptores. Se imprim¨ªa en la peque?a localidad de Girard, donde ahora las antiguas minas a cielo abierto est¨¢n llenas de agua y aves zancudas, y donde, seg¨²n escribe la periodista Sharon Carson, un 58% de sus habitantes vota a Donald Trump. Claro que en aquellos tiempos firmaban en Appeal to Rea?son escritores como Jack London o Upton Sinclair, que consigui¨® arrasar en ventas con un libro llamado The Jungle, sobre las condiciones de vida de los trabajadores de los mataderos. London y Sinclair compart¨ªan p¨¢ginas con la extraordinaria Mother Jones (Mary Harris Jones), la inmigrante irlandesa que coordin¨® algunas de las huelgas m¨¢s importantes de la ¨¦poca, ¡°la mujer m¨¢s peligrosa de Am¨¦rica¡±, seg¨²n la familia Rockefeller.
Appeal to Reason era y deber¨ªa seguir siendo una cabecera period¨ªstica maravillosa. Lo que nos debe ayudar en tiempos de naufragio es, precisamente, el llamamiento a la raz¨®n, a los argumentos que pueden ser defendidos ante cualquier auditorio, como propone tambi¨¦n Katharine Viner, la directora del diario brit¨¢nico The Guardian, que acaba de rebasar este mes, con 800.000 donantes, los de su antiguo competidor americano. Utilizar la raz¨®n exige ver lo que se tiene delante, explica Viner. Antes de mirar hacia puntos lejanos hay que mirar cerca, porque esta es una ¨¦poca llena de cosas muy importantes que est¨¢n asombrosamente cerca y que parece que no tomamos en cuenta lo suficientemente.
Apelar a la raz¨®n hoy d¨ªa es, por ejemplo, explicar que seg¨²n los c¨¢lcu?los del Instituto para Estudios Fiscales (IFE) de Reino Unido, el salario medio de ese pa¨ªs en 2022 ser¨¢ todav¨ªa menor que el que exist¨ªa en 2008. Es una perspectiva pasmosa, que se aplica a muchos otros pa¨ªses del mismo entorno econ¨®mico. ¡°El peligro no es ya que pasemos una d¨¦cada sin que crezcan los ingresos medios de los trabajadores, es que pueden ser dos d¨¦cadas¡±, explicaba el propio director de IFE. Si no se hace nada para evitarlo, remacha la Resolution Foundation, tambi¨¦n brit¨¢nica, muchos pa¨ªses sufrir¨¢n la ca¨ªda de est¨¢ndares de vida m¨¢s pronunciada desde hace 60 a?os. El aumento brutal de la desigualdad es un fen¨®meno que se produce en todo el mundo industrializado, como el de los trabajadores pobres, y est¨¢ afectando a decenas de millones de personas. La justicia se aleja, la injusticia se instala. Espa?a figura en el puesto 24? de los 28 posibles en el ?ndice de Justicia Social hecho p¨²blico esta semana. El repunte en el empleo no ha producido ninguna mejor¨ªa sensible en esa posici¨®n.
De todo esto es de lo que hay que hablar y todo eso pertenece al mundo de la raz¨®n, al igual que las propuestas que se nos presenten para mejorar, o quiz¨¢s cambiar radicalmente, esa situaci¨®n. En el Ayuntamiento, en la comunidad aut¨®noma, en el Estado o en la Uni¨®n Europea, en todas partes hay que exigir mucha m¨¢s claridad en el lenguaje. George Orwell dec¨ªa que el gran enemigo del lenguaje claro es la falta de sinceridad. Nos ahogamos en mitad de frases hechas, obviedades, datos falsos, argumentos irreflexivos, porque estamos rodeados de una incre¨ªble falta de sinceridad. ¡°Se puso sobre la mesa¡¡±, ¡°se dijo¡¡±. ?Qui¨¦n dijo? ?Cu¨¢ndo? Ese era, por otra parte, el papel que Appeal to Rea?son reclamaba para sus periodistas: luchar para obtener el m¨¢ximo de claridad en el lenguaje de los pol¨ªticos. La historia demuestra que en ¨¦pocas de crisis muchos buscan su hogar en lugares oscuros, donde no entran las precisiones ni las demostraciones. Hay que abrir esa puerta.
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