Despu¨¦s del 'proc¨¦s'
Las elecciones catalanas del 21-D deben permitir elegir mejores gobernantes
En su acepci¨®n m¨¢s rudimentaria, la democracia es el sistema que permite a los ciudadanos echar a los malos gobernantes y poner en su lugar a otros que puedan hacerlo mejor.
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El detallado relato que este diario publica hoy sobre c¨®mo el cesado Puigdemont fue incapaz de encontrar el coraje pol¨ªtico para convocar elecciones auton¨®micas a pesar de tener todas las garant¨ªas de que con ello evitar¨ªa la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 no deja duda alguna sobre el desastre absoluto que ha sido su gesti¨®n y la de sus socios de gobierno. La improvisaci¨®n, la imprudencia y la negligencia del cesado Govern han llevado a Catalu?a a un retroceso hist¨®rico en el autogobierno, la convivencia, el prestigio y el bienestar: a la ciudadan¨ªa corresponde ahora juzgar si los responsables deben seguir o marcharse.
Despu¨¦s del 21-D, Catalu?a va a necesitar l¨ªderes de altura; pol¨ªticos capaces de dejar a un lado los intereses personalistas y de partido, capacitados para pactar y, sobre todo, competentes para restaurar la maltrecha convivencia ciudadana. Esta es una de las evidencias que se abren paso entre la multitud de incertidumbres que arroja la encuesta preelectoral de Metroscopia que hoy publica este peri¨®dico.
Es fundamental reconocer que la v¨ªa de la ruptura unilateral ha fracasado y est¨¢ agotada
Porque frente a la complicaci¨®n que supondr¨ªa el posible empate t¨¦cnico el 21-D entre los partidos independentistas o separatistas y los llamados constitucionalistas, lo importante, sea quien sea quien gobierne, es reconocer que el proc¨¦s, entendido como la apuesta por la ruptura unilateral, ha fracasado y est¨¢ agotado.
El escenario que estas elecciones perfilan va a ser muy distinto del vivido en los ¨²ltimos cuarenta a?os, y ello a pesar de que la correlaci¨®n de fuerzas entre independentistas y constitucionalistas quiz¨¢ no var¨ªe sustancialmente. ERC, un partido que ha sido en ocasiones residual puede convertirse, por vez primera en esta democracia, en el partido m¨¢s votado y Ciudadanos, formaci¨®n de nuevo cu?o, puede consolidar su segunda posici¨®n recabando votos procedentes de su derecha y su izquierda. Junto a ello, el 21-D puede visualizar el derrumbe de la antes hegem¨®nica Convergencia (hoy Junts per Catalunya), hundida en la corrupci¨®n y sentenciada por la ineptitud de dos de sus peores l¨ªderes: Artur Mas y Carles Puigdemont.
La mayor¨ªa de los catalanes ambiciona una negociaci¨®n con el Gobierno central que mejore el denominado ¡°encaje¡± de Catalu?a en Espa?a, pero este sondeo indica que, antes de ello, el desaf¨ªo principal es que los catalanes resuelvan entre ellos sus dificultades y desencuentros. La situaci¨®n, tras el devastador desaf¨ªo independentista, ha polarizado como nunca a la sociedad catalana y ha supuesto una grav¨ªsima crisis del Estado espa?ol.
Estas pr¨®ximas elecciones auton¨®micas son las m¨¢s importantes, probablemente, desde 1980. Pero no todos parecen estar a la altura. El secretario general del PSOE, Pedro S¨¢nchez, por ejemplo, llama a superar ¡°la din¨¢mica de bloques¡±, lo que ser¨ªa muy positivo, pero niega de antemano cualquier posibilidad de pacto con Ciudadanos por ¡°ser la media naranja del PP¡±. Con ello empuja al PSC de Miquel Iceta, que seg¨²n el sondeo podr¨ªa mejorar sus resultados el 21-D, a un callej¨®n sin salida justo cuando este ha perge?ado una lista transversal y pluripartidista en la que domina, en l¨ªnea con el sentimiento mayoritario de los catalanes, el deseo de enterrar definitivamente el rupturismo unilateral de los independentistas y la din¨¢mica de conflicto que han impuesto a una sociedad exhausta.
La negativa de S¨¢nchez a pactar con Ciudadanos empuja al PSC a un callej¨®n sin salida
La posici¨®n de S¨¢nchez no solo no facilita los acuerdos sino que es incoherente: rechaza a Ciudadanos por derechista al tiempo que busca beneficiarse de los votos de los herederos de la formaci¨®n conservadora Uni¨® Democr¨¢tica. S¨¢nchez deber¨ªa aclarar sus ambiciones para Catalu?a porque este sondeo indica tambi¨¦n que sus ciudadanos quieren certezas, no m¨¢s incertidumbres.
Respecto al Partido Popular de Catalu?a, el sondeo dibuja el probable hundimiento del partido del Gobierno que, tras a?os de inacci¨®n, se ha visto obligado a aplicar el art¨ªculo 155. El 21-D puede convertir al PPC en un partido residual (junto a los anticapitalistas de la CUP) frente a un Ciudadanos premiado por su firme posici¨®n. El PP necesita una reflexi¨®n profunda. La mayor¨ªa de los espa?oles, as¨ª como la de los catalanes, aplaudieron su convocatoria de elecciones en el marco del 155, pero a sus indecisiones se suman la corrupci¨®n y la falta de palabra, bien para reformar la Constituci¨®n, bien para negociar una mejor y m¨¢s justa financiaci¨®n auton¨®mica, asunto este especialmente sensible en Catalu?a, pero no solo.
De igual manera, el electorado catal¨¢n parece dispuesto a castigar la ambig¨¹edad de Catalunya en Com¨²-Units Podem, que cuenta con amplias simpat¨ªas en el electorado independentista a pesar de la voluntad de sus l¨ªderes de quedar al margen. Solo su posible papel de ¨¢rbitro, resultado de la pura aritm¨¦tica, le rescatar¨ªa de la irrelevancia.
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