Nos(otros)

?Somos nosotros o es lo otro? ?Tenemos la exclusiva culpa de nuestros desencantos o contribuye muy mucho lo que pasa ah¨ª afuera? ?Mereci¨® el s¨¢bado ganar mi equipo pese a perder o veo visiones, visiones alteradas por ese horror viscoso llamado mismidad? ?De verdad lo que tengo pensado decir en esta conversaci¨®n ser¨¢ lo que desenrolle la madeja de mierda o es solo que tengo un alto concepto de m¨ª mismo y muy bajo de los dem¨¢s? ?Solo yo pienso que ¡ªsin hasta ahora haber sido consciente¡ª a lo peor a m¨ª tambi¨¦n me descubren un d¨ªa una ¡°conducta inadecuada¡±¡­ o hay por ah¨ª alg¨²n viejo l¨ªo que ya urde mi perdici¨®n? ?Soy solo yo o alguien m¨¢s piensa que una podredumbre moral de actitud, pose, dejadez y cinismo inunda cada d¨ªa nuestros pasos en las huellas? ?Es cient¨ªficamente demostrable que comer caracoles es un ejercicio cercano al espanto (un d¨ªa Woody Allen, en el Festival de Cannes, dijo desde el escenario: ¡°Me encanta Francia¡­ aunque sean ustedes tan horribles como para comerse los caracoles¡±) o solo nos lo parece a ¨¦l y a m¨ª y en realidad tengo que hacer caso a mi suegra, que asegura que los pone de rechupete (y los cu?ados que los devoran, ni te digo)?

?Somos nosotros o es lo otro? ?D¨®nde est¨¢ la madre del cordero, d¨®nde el quiz de la cuesti¨®n?

Leo en el semanario franc¨¦s Valeurs actuelles, a su vez rebotada de la revista alemana Der Spiegel, una grandiosa ¡ªen tama?o y calidad¡ª entrevista con el escritor Michel Houellebecq. Como no es hombre de matices ni de callarse cosas por miedo a molestar, apenas concede entrevistas. Pero en esta, suelta esta frase, en apariencia banal, en el fondo terrible: ¡°?Soy yo el que est¨¢ deprimido o es el mundo el que es deprimente?¡±.

No s¨¦. La eterna duda. ?Somos nosotros o son los otros? Pero vaya, que igual soy el ¨²nico que lo piensa. Bueno, y Houellebecq. Y qui¨¦n sabe, los caracoles.