Una mentira siempre ser¨¢ una mentira
Es injusto afirmar que en Espa?a no se respetan los Derechos Humanos
Puestos a desacreditar ha tocado el turno a la situaci¨®n de los Derechos Humanos en Espa?a. Como en todos los Estados democr¨¢ticos ser¨ªa falso afirmar que no se producen vulneraciones de los derechos fundamentales, porque los Convenios internacionales y las Constituciones son obras humanas, aplicadas por seres humanos, y por tanto sujetas a errores, omisiones en su protecci¨®n o interpretaciones diversas.
Otros art¨ªculos del autor
Pero cuando se dice desde la tribuna pol¨ªtica que se vulneran los derechos humanos se est¨¢ aludiendo a otra cosa, a su violaci¨®n sistem¨¢tica. Una afirmaci¨®n que ha entrado a formar parte de la justificaci¨®n de los que pretenden alcanzar la independencia por v¨ªas inconstitucionales. Y desgraciadamente tambi¨¦n se escucha de otros con absoluta irresponsabilidad, en perjuicio de la imagen del Estado que aspiran a gobernar y de la de sus propios ciudadanos, sin ser conscientes de que si llegan al Gobierno esas palabras pueden volverse en contra de su acci¨®n de gobierno.
Cuando se habla de violaciones sistem¨¢ticas convendr¨ªa que nuestros pol¨ªticos, en el Gobierno y la oposici¨®n, tuvieran la honestidad de acudir a fuentes de informaci¨®n contrastables. Yo les propongo acudir a las estad¨ªsticas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para constatar que la salud de los derechos humanos en Espa?a est¨¢ bastante por encima de la media de los Estados parte del Convenio.
Los datos est¨¢n publicados en la web del Tribunal (Violation by Article and by States (1959-2016) y han sido tambi¨¦n comentados por Argelia Queralt (Agenda P¨²blica). Espa?a acumula desde su pertenencia al Convenio 98 condenas. De ellas 63 lo son por problemas procesales o de demora judicial. La cifra es muy inferior a la de sentencias condenatorias a Francia (722, de ellas 556 procesales), el Reino Unido (312, 122), Alemania (186, 127) o B¨¦lgica (164, 117). Las cifras comparativas de Espa?a son buenas incluso aunque se corrijan teniendo en cuenta que en Espa?a entr¨® m¨¢s tarde en vigor el Convenio Europeo de Derechos Humanos o se aplique un factor poblacional.
Este pa¨ªs, por ejemplo, nunca ha sido condenado por torturas, pese a lo que alg¨²n pol¨ªtico de viaje lo insin¨²e
Como las estad¨ªsticas globales son fr¨ªas, hagamos una aproximaci¨®n a las violaciones m¨¢s graves. Si lo hacemos alguno se llevar¨¢ la sorpresa de ver que Espa?a nunca ha sido condenada por torturas, pese a lo que alg¨²n pol¨ªtico de viaje lo insin¨²e. Espa?a ¨²nicamente ha sido condenada en nueve ocasiones por no investigar suficientemente algunas denuncias de torturas. No restemos un ¨¢pice de importancia a estas condenas, porque se trata de un reproche que debemos corregir. Pero no descalifiquemos fr¨ªvolamente nuestro sistema jur¨ªdico, cuando otros, de reconocida reputaci¨®n democr¨¢tica, s¨ª han sido condenados por torturas. Entre ellos est¨¢n Reino Unido, Francia, Italia, B¨¦lgica, Suecia y Holanda, entre otros.
La ¨²ltima condena a Italia es, por cierto, bien reciente y oportuna a la luz de nuestra actualidad. La sentencia Blair y otros c. Italia, del 26 de octubre, juzga lo ocurrido a los manifestantes antiglobalizaci¨®n ante una Cumbre del G-20 en G¨¦nova. Los p¨¢rrafos 96 a 100 debieran ser de obligada lectura no para justificar los excesos registrados en las cargas policiales del 1 de octubre, sino para dejar de frivolizar con el uso de las palabras y ser proporcionados, no solo en el uso leg¨ªtimo de la fuerza policial, sino tambi¨¦n en el necesario ejercicio de la cr¨ªtica.
Fij¨¦monos en otro art¨ªculo del Convenio, el que garantiza la libertad individual frente a su privaci¨®n ileg¨ªtima. Podremos discutir si la prisi¨®n preventiva de los miembros del Govern es proporcionada o no, un debate que merecen tambi¨¦n muchos otros detenidos diariamente en Espa?a como presuntos autores de un delito. Dicho esto, no estar¨¢ de m¨¢s comprobar que las condenas por privaci¨®n injustificada de la libertad a Espa?a han sido solo 5 frente a las 70 de Francia (algunas de ellas sobre prisi¨®n preventiva), 29 de Alemania, 68 del Reino Unido o 49 de B¨¦lgica. Incluso cabr¨ªa recordar que el hoy diputado del Grupo Confederal Unidos Podemos, L¨®pez de Uralde, cuando era director de Greenpeace Espa?a fue detenido por un acto de reivindicaci¨®n pac¨ªfica ante la Reina de Dinamarca en un cumbre mundial del clima y fue mantenido en prisi¨®n preventiva en la ejemplar Dinamarca durante tres semanas. Con posterioridad, los tribunales daneses consideraron desproporcionada la prisi¨®n provisional, pero nadie dijo cuando se decret¨® la prisi¨®n, ni despu¨¦s, que en ese pa¨ªs se violaban los derechos humanos sistem¨¢ticamente.
La situaci¨®n de los Derechos Humanos es susceptible siempre de mejora, en Espa?a y en el resto de Europa, como ponen de manifiesto las recomendaciones de los mecanismos de evaluaci¨®n del Consejo de Europa o de Naciones Unidas. Estas son siempre cr¨ªticas porque tienen por finalidad poner de manifiesto lo que debe mejorarse, aunque muchas veces se presenten por algunos como cr¨ªticas apocal¨ªpticas.
Como nos ense?¨® Ihering, nunca hay motivo para descansar en la lucha por el derecho, menos a¨²n por los Derechos Humanos, pero es injusto afirmar que en Espa?a no se respetan los Derechos Humanos. Una mentira repetida puede convencer a mucha gente pero, pese a lo que dijera Goebbels y repitiera alguna pol¨ªtica espa?ola, una mentira siempre ser¨¢ una mentira.
Fernando Irurzun es doctor en Derecho y abogado del Estado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.