Mariah Carey: as¨ª muri¨® la superestrella y naci¨® el chiste
Despu¨¦s de zafarse de un matrimonio obsesivo con el jefe de Sony, la cantante sali¨® del pozo a base de ¨¦xitos. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, casi todo se ha vuelto en su contra
El turr¨®n. Los regalos al pie del ¨¢rbol. Cortylandia. Y All I want for Christmas is you. Este villancico rom¨¢ntico-festivo est¨¢ tan adherido al canon navide?o que muchos creen que lleva toda la eternidad en el cancionero popular. No es cierto. Lo compuso Mariah Carey (Nueva York, 1970) en 1994 con un teclado Casio y, de entre todos sus ¨¦xitos,?All I want for Christmas is you es la canci¨®n de Carey que pasar¨¢ a la posteridad. Pero Mariah Carey es mucho m¨¢s que la embajadora oficial en la Tierra de Pap¨¢ Noel y, desde luego, es mucho m¨¢s que el chiste en el que Internet se ha empe?ado en convertirla.
"Tommy Mottola?(20 a?os mayor que ella) le pinchaba los tel¨¦fonos, controlaba sus amistades y vigilaba sus horarios"
En los once meses durante los cuales no es Navidad, Carey ha quedado reducida a generadora de titulares, memes, gifs y trending topics. Los medios y el p¨²blico enloquecen ante cada nueva extravagancia. Que si asiste a recoger un premio bebida, que si el playback le falla, que si ha declarado que le gustar¨ªa estar tan delgada como los ni?os de ?frica pero sin las moscas (ella nunca dijo tal cosa), que si posa junto a un vagabundo vestida de gala o, su ¨²ltimo titular, hace solo un par de d¨ªas: se agach¨® a saludar a sus fans y cre¨® el efecto ¨®ptico de que estaba sentada sobre una silla invisible (ha sido una semana realmente floja en redes sociales, por lo visto).
El p¨²blico lleva m¨¢s de una d¨¦cada sin prestar atenci¨®n a su m¨²sica (su ¨²nico n¨²mero 1 en Espa?a fue Music box, en 1993), pero se sabe de memoria cada excentricidad y celebra que, a efectos pr¨¢cticos, Mariah Carey invent¨® la Navidad. ?Pero cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que alguien se par¨® a escucharla hablar?

Mariah Carey tiene muchas cosas que contar. Basta con preguntarle. El matrimonio interracial de sus padres (Roy, negro venezolano y Patricia, blanca irlandesa) le produjo conflictos desde peque?a al sentirse excluida tanto de la comunidad negra como de la blanca. La casa y el coche de los Carey eran vandalizados por sus vecinos (viv¨ªa en el pueblo de Huntington, Nueva York), sus perros envenenados, y cuando el matrimonio se divorci¨® y sus hermanos mayores se independizaron (Allison sufri¨® adicci¨®n a las drogas, se prostituy¨® durante a?os y contrajo el VIH), Mariah se qued¨® sola con su madre, a menudo durmiendo en casas de amigos y familiares. ¡°Pero hab¨ªa dos cosas que siempre me hac¨ªan sentir especial: la m¨²sica y las Navidades¡±, recuerda la cantante.
Carey debut¨® a los 21 a?os. Era un producto perfecto moldeado por Tommy Mottola (nueva York, 1949), el presidente de potente discogr¨¢fica Sony, quien invirti¨® m¨¢s de dos millones de euros en lanzar la carrera de Carey y luego se cas¨® con ella: antes de su esposa, era su marca registrada. En aquella boda, una superproducci¨®n con estrellas invitadas como Barbra Streisand o Robert De Niro, Mariah iba vestida como una princesa (en concreto, Lady Di) escondida tras un ramo m¨¢s grande que ella y arrastrando una cola de ocho metros. Pero el cuento de hadas era tambi¨¦n un thriller dom¨¦stico.

Mottola (20 a?os mayor que ella) le pinchaba los tel¨¦fonos, controlaba sus amistades y vigilaba sus horarios. ¡°Se enfadaba mucho porque no le gustaba mi forma de vestir y tampoco me dejaba salir y entrar de casa cuando quisiera. Era un ambiente muy opresivo¡±, recordar¨ªa a?os despu¨¦s Carey. Mottola, apodado ¡°sing-sing¡± en secreto por Carey porque la ten¨ªa encerrada en la habitaci¨®n durante las fiestas y solo la sacaba para cantar ¡°como si fuera un p¨¢jaro¡±, reconocer¨ªa a?os despu¨¦s que aquel matrimonio fue ¡°malo e inapropiado¡±.
La cantante, en su canci¨®n Fantasy, so?aba con que alguien la secuestrase con tal de liberarse de aquellos ¡°abusos emocionales y psicol¨®gicos¡± a los que su marido le somet¨ªa. Y entonces despleg¨® sus alas y ech¨® a volar.
Butterfly fue su primer ¨¢lbum tras separarse de Tommy Mottola (estuvieron juntos de 1993 a 1997) y explotaba todo lo que ¨¦l odiaba: la libertad, la sexualidad y el hip-hop. Y encima tuvo que pagarlo ¨¦l, porque se edit¨® con Sony, la multinacional que Mottola presid¨ªa. Donde el p¨²blico vio a una muchacha que de la noche a la ma?ana cambi¨® los vestidos de terciopelo negro por los bikinis, Mariah Carey luchaba por reencontrar su identidad con canciones sobre la melancol¨ªa, el erotismo y la depresi¨®n.
Carey, que fue la primera artista pop en colaborar con un rapero (y con un miembro de Wu Tang Clan nada menos, Ol' Dirty Bastard, en la remezcla de Fantasy), parodiaba su matrimonio en el v¨ªdeo del primer sencillo de Butterfly, Honey, el cual arrancaba con la cantante secuestrada por un mafioso peinado igual que Tommy Mottola y al que ella ridiculizaba (¡°no entiendo tu pelo¡±), para a continuaci¨®n apalizarle, quitarse la ropa y salir corriendo de la mansi¨®n.
Carey parodiando su famoso meme "I don't know her" (No la conozco) refiri¨¦ndose a Jennifer Lopez.
Convertida en una glamazona (una guerrera sexi), Mariah Carey se pasar¨ªa el resto de su vida huyendo de la imagen a la que Mottola la hab¨ªa sometido (y con la que muchos espa?oles la siguen recordando): tradicional, anodina y discreta. Tres adjetivos que jam¨¢s podr¨ªan aplicarse a la Carey actual. Ya no ten¨ªa a su mentor, pero s¨ª ten¨ªa su fama (en Estados Unidos es una instituci¨®n cultural con un r¨¦cord de 18 n¨²meros 1, solo superado por los Beatles), su voz (que alcanza siete octavas, incluido el emblem¨¢tico agudo que hac¨ªa estallar cristales a principios de los 90) y su talento como compositora (ella ha escrito y producido la mayor¨ªa de las canciones de su carrera). El ¨²nico inconveniente era que Tommy Mottola segu¨ªa siendo su jefe.
Cuando Sony cancel¨® la promoci¨®n de su s¨¦ptimo disco aduciendo que el m¨¢rketing de Mariah Carey les sal¨ªa demasiado caro (el v¨ªdeo de Heartbreaker cost¨® dos millones de euros, inexplicables a menos que Carey cobrase dos sueldos porque interpretaba a dos personajes), la cantante cometi¨® un error de principiante que hoy es tendencia: quejarse en Internet.

Los mensajes en su web, donde ped¨ªa a los fans ayuda para combatir el boicot de Sony (¡°est¨¢ siendo muy dif¨ªcil, no quieren que os enter¨¦is, pero no pienso rendirme¡±), eran borrados minutos despu¨¦s de que los publicase. El golpe en la mesa de su empoderamiento rebelde ser¨ªa protagonizar una pel¨ªcula, proyecto que Tommy Mottola hab¨ªa bloqueado durante a?os al considerar que ser¨ªa perjudicial para su carrera. Spoiler: ten¨ªa toda la raz¨®n.
Porque entonces lleg¨® Glitter (2001).
Otra discogr¨¢fica multinacional, Virgin, le ofreci¨® el contrato discogr¨¢fico m¨¢s caro de la historia (85 millones de euros) y Carey se obsesion¨® con demostrar que ella se bastaba para levantar una fara¨®nica obra pop trabajando 21 horas diarias durante dos meses. Cuando la primera canci¨®n estaba a punto de enviarse a las radios, Sony (recordemos: la compa?¨ªa de su ex, Mottola) dinamit¨® su lanzamiento al utilizar el mismo sampleado (Firecracker, de Yellow Magic Orchestra) en la canci¨®n de su nueva estrella, Jennifer Lopez (I'm Real).
Ese rev¨¦s, humillante y con alevos¨ªa, fue lo que desestabiliz¨® a Mariah Carey. Cuando le preguntaron por Lopez, ella fingi¨® no conocerla (aquel ¡°I don't know her¡± -No la conozco- es hoy, inevitablemente, un meme). Su cabeza dijo basta, pero su cuerpo dijo ¡°hay que ir a la tele¡±. Y all¨ª se present¨®, en el programa TRL, empujando un carrito de helados y quit¨¢ndose la ropa mientras exclamaba ¡°todos necesitamos un poquito de terapia de vez en cuando, esta es la m¨ªa¡±: como no pod¨ªa ser de otro modo, Mariah Carey sufri¨® su ataque de nervios en la MTV.
La ruptura con el cantante mexicano Luis Miguel (estuvieron juntos de 1998 a 2001) contribuy¨® a su ingreso en un hospital por agotamiento f¨ªsico y mental. El estreno de Glitter fue aplazado al 11 de septiembre de 2001 (s¨ª, el mismo d¨ªa que el atentado de las Torres Gemelas) y tanto la pel¨ªcula como el disco sufrieron una masacre cr¨ªtica y un vac¨ªo comercial. As¨ª muri¨® la superestrella y naci¨® el chiste. La marca Mariah Carey se convirti¨® en un producto defectuoso y Virgin se la quit¨® de encima pag¨¢ndole 40 millones de euros, as¨ª que ella se refugi¨® en una mansi¨®n de Capri (Italia) para vivir en una fiesta perpetua. Y hasta hoy.

A los 47, asegura que tendr¨¢ ¡°eternamente doce a?os¡±. Lleva toda su madurez regode¨¢ndose en la infancia, adolescencia y juventud que le robaron y ella misma describe su est¨¦tica como la de ¡°una ni?a que juega a vestirse de mujer¡±. Su actitud l¨²dica y siempre sonriente, los delirantes t¨ªtulos de sus discos (La emancipaci¨®n de Mimi, Memorias de un ¨¢ngel imperfecto o Yo. Soy Mariah, la cantante elusiva) y sus c¨®micas apariciones p¨²blicas han llevado a la opini¨®n p¨²blica a apreciarla como un hazmerre¨ªr y una estrella venida a menos, cursi, hortera y obsesionada con llamar la atenci¨®n y seguir siendo relevante.
Sus caprichos de diva reciben m¨¢s titulares que su implacable amabilidad (porque si fuera mala persona, lo sabr¨ªamos) y su hilarante autoconsciencia: ella es la primera en no tomarse a s¨ª misma en serio. En una ocasi¨®n cerr¨® el Tibidabo de Barcelona para pasar una tarde con sus fans espa?oles, durante otra visita invit¨® a varios admiradores a merendar en el Ritz y en 2000, acompa?ada de Luis Miguel, subi¨® a varios fans malague?os a su limusina para ponerles en exclusiva Loverboy y acercarles a Puerto Ban¨²s. Pero la an¨¦cdota m¨¢s demencial de todas ocurri¨® cuando ense?¨® en un programa de MTV una ¡°habitaci¨®n para los fans¡± en su casa, donde coleccionaba regalos. Entonces, un grupo de espa?oles se present¨® en su casa porque hab¨ªan entendido que pod¨ªan quedarse a dormir. Carey, tras aclarar el malentendido, les pag¨® una habitaci¨®n en el mejor hotel de Nueva York.
Dos divorcios, dos hijos (Monroe y Morocco, de 6 a?os, con el presentador y c¨®mico Nick Cannon: se casaron en 2008 y se separaron en 2016) y una estancia en ese fastuoso cementerio art¨ªstico que es Las Vegas despu¨¦s, Mariah Carey parece haber encontrado su identidad y ni los memes ni una voz que cada vez le traiciona m¨¢s por culpa de canciones estratosf¨¦ricas (se inyecta cortisona para aguantar el ritmo vocal) van a imped¨ªrselo.
Ella quiere ser Aretha Franklin y Marilyn Monroe, quiere ser folcl¨®rica y seguir sonando moderna pero, por encima de todo, quiere pas¨¢rselo bien. ¡°Mi ¨²nica aspiraci¨®n era escuchar mis canciones en la radio¡±. Carey ha repetido esta fantas¨ªa infantil varias veces a lo largo de su carrera y, una vez al a?o, en Navidad, su deseo se cumple.
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