Aquellos meses en los que Ben Affleck y Jennifer Lopez convirtieron su vida en un circo
Fue la primera pareja destruida por Internet. Formaron 'Bennifer', exhibieron su opulencia y acabaron vapuleados por la opini¨®n p¨²blica
No hab¨ªa una pareja de famosos que disfrutase tanto con el foco encima. Eran exhibicionistas. Su universo de ostentaci¨®n lleg¨® al cl¨ªmax en el v¨ªdeo de la canci¨®n de Jennifer Lopez, Jenny from the block. Ben Affleck acaricia el trasero a su entonces prometida, que est¨¢ tomando el sol en la cubierta de un yate vistiendo un peque?o biquini rosa chill¨®n. Todo el mundo lo vio. Es lo que ellos iban buscando. Estuvieron juntos 17 meses (de julio 2002 a enero 2004), fijaron la fecha de la boda, engendraron una criatura llamada Bennifer... Pero, sobre todo, fueron la primera pareja destruida por Internet. Antes de la irrupci¨®n de la Red, un publicista pod¨ªa controlar la narrativa que daban los medios de sus estrellas. Desde la irrupci¨®n de la era digital eso es algo incontrolable. Y la relaci¨®n de Lopez y Affleck fue el primer gran cad¨¢ver.
"?Es horrible! Tiene demasiados colores. Los tatuajes de Ben siempre tienen demasiados colores". Esta burla fue la reacci¨®n que tuvo Jennifer Lopez (Nueva York, 47 a?os) cuando le preguntaron hace un par de meses su opini¨®n acerca del tatuaje de su exnovio. Las fotograf¨ªas de la enorme espalda de Ben Affleck (California, 44 a?os) decorada con un fastuoso f¨¦nix que no dejaba piel sin pigmentar dieron mucho m¨¢s juego del que cabr¨ªa esperar. Su reciente exmujer, Jennifer Garner, tambi¨¦n tuvo una opini¨®n al respecto: "?Se supone que yo soy las cenizas? Me molesta. Me niego a ser cenizas". En vez de quedarse en an¨¦cdota, el tatuaje del actor pas¨® a formar parte de su hemeroteca ¨ªntima. Su vida est¨¢ atestada de maniobras cuestionables que, con ayuda de sus parejas, han sido abiertas en canal, diseccionadas, exhibidas y muchas veces ridiculizadas. Y todo empez¨® con Jennifer L¨®pez.
El contrato estipulaba que si Ben era infiel a Jennifer, ella tendr¨ªa derecho a la mitad de su fortuna. Ella ser¨ªa la que eligiese el n¨²mero de hijos que la pareja engendrar¨ªa, y ¨¦l se compromet¨ªa a mantener relaciones sexuales cuatro veces a la semana
Cuando Ben conoci¨® a Jennifer, ¨¦l acababa de salir de rehabilitaci¨®n. Ten¨ªa 30 a?os y ya beb¨ªa demasiado. Su relaci¨®n con Gwyneth Paltrow le hab¨ªa causado una frustraci¨®n acomplejada, porque ella se propuso "refinarle", sin ¨¦xito. Paltrow redecor¨® su apartamento de soltero, le introdujo en la alta sociedad de Nueva York e intent¨® convertirle en un gal¨¢n. Pero a pesar de que Affleck tenga la mand¨ªbula perfecta para ello, todas las tardes que pas¨® de ni?o en las calles de Boston pesaron demasiado y Gwyneth se cans¨® de jugar al Pygmalion. Tras recibir tratamiento para superar su alcoholismo, Affleck no tuvo reparos en manifestar su amor por Jennifer Lopez en marzo de 2002. Pero como esto es Hollywood, en vez de dec¨ªrselo solo a ella, pag¨® 18.000 euros para publicar su declaraci¨®n a doble p¨¢gina en dos revistas, Variety y The Hollywood Reporter.
"Eres un ejemplo de amabilidad, dedicaci¨®n, humildad, elegancia de esp¨ªritu, hermoso coraje, gran empat¨ªa, talento impresionante y verdadero equilibrio. Ha sido un honor y un placer trabajar contigo. Ojal¨¢ tuviese la suerte de aparecer en todas tus pel¨ªculas. Con amor, respeto y gratitud, Ben Affleck". Esta hiperb¨®lica proeza rom¨¢ntica, casi de pel¨ªcula, coronaba la colaboraci¨®n de Affleck y Lopez en la pel¨ªcula Gigli (Martin Brest, 2002). Pero los medios de comunicaci¨®n salivaron ante el delicioso giro de guion que escond¨ªa esta caballerosa declaraci¨®n de amor: Jennifer Lopez estaba en ese momento casada con el core¨®grafo Chris Judd.
Tres meses despu¨¦s, Lopez se divorci¨® de Judd (su segundo marido, ya que primero estuvo casada con?Ojani Noa) y empez¨® a dejarse ver con Affleck. En su primera aparici¨®n p¨²blica, la pareja fue a cenar a un restaurante de moda de Los ?ngeles. Ella llevaba un ch¨¢ndal marr¨®n claro con su propio nombre grabado con tachuelas en la espalda. Era como si Affleck quisiera demostrarle a Gwyneth Paltrow que sus intentos por domesticarle hab¨ªan fracasado, al refugiarse en la cama de la autodenominada Jenny from the block ("Jenny la del barrio").
As¨ª fue como Ben Affleck y Jennifer Lopez murieron, para engendrar a una criatura que les acabar¨ªa devorando: Bennifer. Aquel fue el primer apelativo de pareja que los medios inventaron. Despu¨¦s vinieron Brangelina (Jolie y Pitt), Tomkat (Tom Cruise y Katie Holmes), Kimye (Kim Kardashian y Kanye West), Billary (Bill Clinton y Hillary) o Zanessa (Zac Efron y Vanessa Hudgens). Se trata de un grotesco honor que indica que la prensa habla tanto sobre una pareja que necesita acortar sus nombres y, sobre todo, que el poder medi¨¢tico de esa pareja est¨¢ oficialmente por encima de sus dos individuos. Y fue cuando Bennifer anul¨® a sus dos miembros.
La pareja no era ninguna v¨ªctima en esta trama. Sus ostentosas muestras de afecto alimentaban al monstruo casi a diario. Al fin y al cabo una relaci¨®n que hab¨ªa nacido con un anuncio a doble p¨¢gina no pod¨ªa existir ya al margen del p¨²blico. La prensa del coraz¨®n ten¨ªa claro lo que quer¨ªa contar: Affleck y Lopez eran cala?a, dos nuevos ricos que intentaban barrer sus or¨ªgenes de barrio debajo de la alfombra, pero ya se encargar¨ªan los medios justicieros de imped¨ªrselo. Lopez anunci¨® su compromiso en una entrevista exclusiva, como si fuese una famosa de segunda, pavoneando su anillo de 1,2 millones de euros y contando c¨®mo Ben llen¨® su casa de Boston de p¨¦talos y velas para pedirle en matrimonio con su canci¨®n I'm glad sonando de fondo. Luego comieron pollo asado con los padres de ¨¦l.
Bennifer no quer¨ªa ocultarse, quer¨ªa tener un foco permanentemente apunt¨¢ndole. Solo eso explica que en el v¨ªdeo de la canci¨®n de Lopez Jenny from the block, el actor apareciese tomando el sol en la cubierta de un yate y acarici¨¢ndole el trasero a su prometida. Un trasero que en aquel momento era casi m¨¢s famoso que su due?a por culpa de los rumores (negados recientemente por ella) de que lo ten¨ªa asegurado en un mill¨®n de d¨®lares. Y si nos encant¨® creernos aquel bulo (aparte de porque es fascinante) es porque encajaba perfectamente con la imagen de chuleta de Jennifer Lopez.
Y entonces naci¨® 'Bennifer', un monstruo grotesco que anul¨® y acab¨® devorando a sus dos miembros, Jennifer Lopez y Ben Affleck
El mundo parec¨ªa ofendido por la vulgar desfachatez de la cantante, y a la vez no pod¨ªa dejar de hablar de ello. Esas posaderas no estar¨ªan aseguradas, pero s¨ª eran muy apreciadas por Ben, quien les regal¨® un retrete incrustado con piedras preciosas valorado en 90.000 euros. Calderilla comparada con el mill¨®n de euros que Affleck se gast¨® en la fiesta de cumplea?os de Lopez. Cuando parec¨ªa que Bennifer no pod¨ªan ser m¨¢s ordinarios, pasaron a la historia con el acuerdo prenupcial m¨¢s rocambolesco del Hollywood reciente.
El contrato estipulaba que si Ben era infiel a Jennifer, ella tendr¨ªa derecho a la mitad de su fortuna. Si ¨¦l ment¨ªa, tendr¨ªa que compensarla con 900.000 euros. Ella ser¨ªa la que eligiese el n¨²mero de hijos que la pareja engendrar¨ªa, y ¨¦l se compromet¨ªa a mantener relaciones sexuales cuatro veces a la semana. Probablemente el contrato especificase que esos cuatro polvos deb¨ªan ser con ella. En medio de este esperp¨¦ntico compromiso Gigli se estren¨® y gener¨® p¨¦rdidas millonarias: el p¨²blico se mostraba insaciable con Bennifer, pero no se los tomaba en serio. No eran artistas, eran famosos.
Ben Affleck correg¨ªa a todos los periodistas que se refer¨ªan a su prometida como "J. Lo", un apelativo con el que ella misma se hab¨ªa rebautizado, pidi¨¦ndoles que le llamasen "Jennifer". "Jen ha tenido menos novios que cualquier otra chica en el instituto", aclaraba el actor. Y a?adi¨®: "En el sentido f¨ªsico, ella es extremadamente casta. Ha tenido un historial rom¨¢ntico mucho m¨¢s simple, m¨¢s razonable y m¨¢s limpio que el m¨ªo". Los esfuerzos de Affleck por limpiar la imagen de su futura esposa, aunque nadie le preguntase sobre ello, sonaban como r¨ªgidas justificaciones.
Y adem¨¢s resultaban una perversa iron¨ªa, ya que Ben Affleck estaba haciendo con Jennifer Lopez lo mismo que Gwyneth Paltrow hab¨ªa intentado con ¨¦l: cambiar a tu pareja por algo que no representa. Como si a Jennifer le hiciera alguna falta. El fuego de J. Lo era indomable, y de hecho funcionaba como su principal reclamo comercial. Ella no ten¨ªa ning¨²n problema con ser de barrio, sino que lo explotaba. Era ¨¦l quien se avergonzaba.
La boda de Bennifer estaba prevista para el 14 de septiembre de 2003, en una ceremonia parad¨®jicamente privada en Montecito (California). Pero nunca tuvo lugar. La cancelaron cuatro d¨ªas antes, aduciendo "falta de privacidad". ?Qu¨¦ esperaban? Los medios no tardaron en montar una teor¨ªa en torno al verdadero motivo de esa cancelaci¨®n. Unos d¨ªas antes, Affleck se hab¨ªa corrido una juerga en un club de striptease acompa?ado de Christian Slater y Tara Reid.
Lopez public¨® un comunicado en el que aclaraba que ella estaba al tanto de esa parranda y que de hecho le hab¨ªa dado permiso para ir. En enero de 2004 la pareja anunci¨® su ruptura, pero en realidad llevaban separados desde aquella noche. Nunca llegaron a buscar otra fecha para su boda. Ella explic¨® sin pudor que el motivo era "el estilo de vida" de Ben, y todo el mundo entendi¨® perfectamente a qu¨¦ se refer¨ªa.
Cancelaron la boda cuatro d¨ªas antes, aduciendo "falta de privacidad". Los medios no tardaron en montar otra teor¨ªa: d¨ªas antes, Affleck se hab¨ªa corrido una juerga en un club de 'striptease' acompa?ado de Christian Slater
Tres d¨ªas despu¨¦s de su separaci¨®n, el cantante Marc Anthony se instal¨® en casa de Jennifer Lopez. Cuatro meses m¨¢s tarde, Ben Affleck empez¨® a salir con Jennifer Garner, a quien hab¨ªa conocido en Daredevil (Mark Steven Johnson, 2003). Ambos parec¨ªan querer huir cuanto antes de Bennifer, incluso hacer como si no hubiera existido.
Jennifer Lopez ha recordado aquel episodio como si le hubieran arrancado el coraz¨®n. Reconoce que no le gusta estar sola, y que el amor que comparti¨® con Affleck fue genuino. ?l denunci¨® que el desprecio con el que los medios trataron su relaci¨®n estuvo relacionado con la raza y la clase. "Todav¨ªa sufrimos una poderosa influencia puritana, y nos aferramos a un ideal casto que implica la tradici¨®n de que cada persona deber¨ªa estar con alguien como ella. A nosotros nos vieron como dos personas demasiado diferentes, no solo a nivel racial sino tambi¨¦n cultural".
Hoy Ben y Jennifer no son amigos, quiz¨¢ porque se recuerdan mutuamente a una etapa que prefieren olvidar, pero se escriben mensajes para felicitarse por sus triunfos profesionales. El m¨¢s espl¨¦ndido, el Oscar a la mejor pel¨ªcula para Argo (Ben Affleck, 2012), le debe su existencia a la crisis post-Bennifer, cuando se convirti¨® en un hazmerre¨ªr que encadenaba un fracaso tras otro, tal y como explica el actor: "Pens¨¦: 'Ya est¨¢, la cosa no puede ir a peor', y me encontr¨¦ a m¨ª mismo al decidir convertirme en director, porque a los directores s¨ª se los toman en serio. As¨ª que eso se convirti¨® en mi mantra: 'Voy a limitarme a trabajar m¨¢s duro que los dem¨¢s".
Doce a?os despu¨¦s, aquel circo parece un mal sue?o. Una extravagancia experimental que observamos como a una pieza de museo, una reliquia de aquel momento en el que las estrellas no sab¨ªan gestionar la creciente contaminaci¨®n de los reci¨¦n nacidos medios de comunicaci¨®n digitales.
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