Merkel no llama a las calles por sus nombres nazis
No se pide a Rajoy que juzgue al franquismo, pero que al menos se sit¨²e en este tiempo, nuestro tiempo
Elijan a un gerifalte nazi cualquiera y luego imaginen a Merkel defendiendo que siga dando nombre a una calle en Alemania. El Gran Almirante D?nitz, por ejemplo, que hundi¨® unos cuantos submarinos al mando de la Marina de Guerra del III Reich, ser¨ªa un equivalente aproximado al de Salvador Moreno, cuya calle sigue vigente en la memoria y el particular universo de Rajoy.
?Lo imaginan? Merkel, con aire nost¨¢lgico frente a unos marinos alemanes a bordo de un buque militar, rememorando los tiempos en que viv¨ªa junto a una Escuela Naval de su Hamburgo natal (es un decir). ¡°Ay, la calle D?nitz. No s¨¦ por qu¨¦ quitaron la calle. He vivido all¨ª muchos a?os y la sigo llamando as¨ª¡±. Imposible. Materia de esc¨¢ndalo. Y de rendici¨®n de cuentas al m¨¢s alto nivel.
Pero eso es exactamente lo que ha ocurrido con el presidente del Gobierno, que a bordo del patrullero Infanta Cristina relat¨® con a?oranza su cercan¨ªa de toda la vida a la Escuela Naval de Mar¨ªn (Pontevedra) y a la calle en cuesti¨®n. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ le quitaron la calle al almirante Moreno pero en fin, yo he vivido all¨ª muchos a?os y la sigo llamando as¨ª¡±. Karl D?nitz no solo hundi¨® submarinos sino que tambi¨¦n, al suicidarse Hitler el 30 de abril de 1945, se convirti¨® en su sucesor hasta el 23 de mayo, cuando fue detenido. Nuestro Salvador Moreno no tuvo exactamente la misma misi¨®n ¡ªaunque precisamente contribuy¨® a la construcci¨®n de submarinos para Alemania¡ª, pero s¨ª varias que convendr¨ªa no olvidar: particip¨® en el golpe del 18 de julio que desat¨® la Guerra Civil; se hizo fuerte en el arsenal de Ferrol; bombarde¨® Gij¨®n; combati¨® a los vascos en la Batalla de Machichaco y, trasladado despu¨¦s al Mediterr¨¢neo, bombarde¨® a la poblaci¨®n civil que hu¨ªa de M¨¢laga en un ataque que dej¨® entre 3.000 y 5.000 muertos. Fue ministro de la Marina de Franco y almirante desde 1950. Por todo ello fue uno de los 35 altos cargos del franquismo imputados por Garz¨®n en la Audiencia Nacional en la causa que intent¨® en 2008.
Pero no se pide a Rajoy que juzgue al franquismo, sino que se sit¨²e en su tiempo, en nuestro tiempo, que es el que gobierna y en el que no deber¨ªan caber estas cosas. La calle perdi¨® su nombre mucho antes de la Ley de Memoria Hist¨®rica, cuando a socialistas y BNG de Pontevedra les pareci¨® lo obvio: que el golpista no merec¨ªa una calle en democracia. En 2002 pas¨® a llamarse Rosal¨ªa de Castro.
En el mejor de los casos, estamos ante esa forma hilarante de Rajoy de reaccionar en ocasiones, como cuando se distanci¨® del cambio clim¨¢tico porque se lo dec¨ªa su primo o cuando aborda una reforma de la Constituci¨®n, como el mi¨¦rcoles, con una declaraci¨®n de principios como: ¡°No digo yo que no¡±. En el peor ¡ªy en realidad¡ª estamos ante un nuevo cap¨ªtulo de la popular serie ¡°Vamos a ignorar a las v¨ªctimas y la necesidad de superar las heridas¡±. Al fin y al cabo por eso el PP ha vaciado la Ley de la Memoria Hist¨®rica. Y por eso el Pazo de Meir¨¢s sigue incomprensiblemente en manos de la familia de Franco. Aunque su admirada Merkel nunca lo pudiera a entender.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.