De las Martens a las Nike: la extra?a evoluci¨®n de la moda en el punk

El nacimiento del punk brit¨¢nico cre¨® una serie de t¨®tems est¨¦ticos pero, entre imperdibles, tartanes y chaquetas de motero, el ¨²nico calzado que destacaba eran las botas Dr. Martens heredadas de los skins. En Queens, The Ramones hab¨ªan establecido el patr¨®n cl¨¢sico de rockero con jeans, chaqueta de cuero y zapatillas (primero Keds, luego Converse, Tretorn, ?incluso Nike!). Converse eran las elegidas por Sid Vicious, Darby Crash y, saltando un par de generaciones, Kurt Cobain.

En la Costa Oeste de Estados Unidos, el punk de universitarios con tendencias arty se dio de bruces con la comunidad surf/skate. Como cuenta Jack Grisham en Tenemos la bomba de neutrones, ¡°los primeros surfers eran como los punks, gilipollas que siempre se met¨ªan en l¨ªos¡±. Era cuesti¨®n de tiempo que se encontraran y mezclaran sus influencias.

X actuaban en la fiesta de cumplea?os de Tony Alva, una foto cl¨¢sica de Minor Threat les muestra en una exhibici¨®n del skater Rodney Mullen, la revista Thrasher regalaba discos de Bad Religion y Steve Caballero ten¨ªa su propio grupo. Estaban condenados a entenderse. Gracias al skate, el hardcore californiano abandon¨® un estilo punk brit¨¢nico que solo hab¨ªa visto por televisi¨®n y comenz¨® a apropiarse de Vans, camisetas y pantalones cortos. Al fin y al cabo, la vestimenta deb¨ªa ser ¨²til para la actividad de los conciertos.

El punk trajo el nihilismo, elev¨® la violencia y multiplic¨® las drogas. El hardcore, la versi¨®n esp¨ªdica y heredero musical del punk, aceptaba con distintos grados los conciertos entre pu?etazos y sangre. Middle Class, uno de los precursores, trataba de excitar a su p¨²blico para que saltara y calmarlo cuando comenzaba la violencia real, Black Flag se sent¨ªan m¨¢s c¨®modos entre golpes y Vicious Circle la incentivaba. La violencia que comenz¨® como pose atrajo a verdaderos violentos, pero las peleas cancelan conciertos y cierran bares.

El hardcore rechazaba la ¨¦tica punk (o la falta de ella), la tendencia autodestructiva de ¨¦ste se convert¨ªa en mensajes positivos. Algo que comenz¨® como una cr¨ªtica al desorden del punk fragu¨® luego en un compromiso social y pol¨ªtico que necesitaba un correlato est¨¦tico. Ray Cappo, de Youth Of Today, aparece en la portada de su primer ¨¢lbum con unas Jordan I KO sencillamente porque era el tipo de zapatillas que usaba la gente que le rodeaba.

Y de pronto lleg¨® la imaginer¨ªa deportiva

Nadie pod¨ªa sentirse identificado con alguien que pasara demasiado tiempo mir¨¢ndose al espejo, pero s¨ª con quien parec¨ªa un skater salido de Bones Brigade. Luego le seguir¨¢n las camisetas de hockey o de skate, hasta conseguir que la imaginer¨ªa deportiva acabara adentr¨¢ndose en el hardcore. Sin relaci¨®n alguna con el deporte, todas aquellas prendas mostraban un intento de normalidad que nada ten¨ªa que ver con los or¨ªgenes del punk, en una tienda de ropa londinense.

Una parte del hardcore hizo suya esa est¨¦tica fij¨¢ndola para siempre como canon a seguir, lo que inici¨® una lucha por tener las mejores zapatillas que ruborizar¨ªa a los creadores primigenios. Pero algunas de las bandas originales han tenido problemas con las marcas de zapatillas. En 2005, Nike organiz¨® una gira de sus skaters bajo el nombre Major Threat y con una imagen que recordaba alg¨²n siete pulgadas de Minor Threat.

Desde la multinacional lo entend¨ªan como un homenaje, pero no parec¨ªa buena idea hacerlo con Ian MacKaye, particularmente cr¨ªtico con la apropiaci¨®n de cultura underground por parte de las grandes corporaciones. Vans, con m¨¢s sentido, coloc¨® a Henry Rollins en su campa?a de celebraci¨®n de su cumplea?os. Una dif¨ªcil relaci¨®n entre marcas y subculturas en el que hay que ganarse el prestigio antes de lucir en las portadas.