Volverse peligroso
Los mensajes y las conversaciones est¨¢n llenos de riesgos sangrientos, y ya dejan un reguero de accidentes fatales
En la carretera nunca debemos tener prisa. El tiempo de los viajes, de largo o corto recorrido, tiene que estar marcado por la cautela. Se nos olvida que somos fr¨¢giles, que en un simple despiste est¨¢ la causa de la mayor parte de los accidentes. Cuando parece que ya hemos convencido a casi todo el mundo para que se ponga el cintur¨®n de seguridad y no consuma ni drogas ni alcohol al volante, aparece un nuevo reto: la tentaci¨®n de los m¨®viles.
Creemos que los m¨®viles son inofensivos, pero los hemos convertido en una necesidad obsesiva, en un objeto que es un ap¨¦ndice de nuestras manos y extensi¨®n de nuestros ojos. No podemos dejar de mirarlo a cada rato. Sin embargo, no hay prisa. El mensaje que nos mandan, o las llamadas, pueden esperar todos y cada uno de los kil¨®metros que tenemos por delante. Nuestro coche es una especie de mastodonte gigantesco y pesado, y nos necesita concentrados en las carreteras y las calles. En la atenci¨®n y la prudencia se fundamenta nuestra responsabilidad como conductores.
No estamos solos en el asfalto, hay todo tipo de veh¨ªculos, hay m¨²ltiples se?ales de tr¨¢fico con sus reglas claras, hay peatones, hay ciclistas, o animales del bosque que cruzan sin mirar y nos sorprenden. Est¨¢ tambi¨¦n el clima adverso con su niebla y su lluvia, o el sol que nos ciega. Est¨¢n la oscuridad y el cansancio, la calzada en mal estado y muchas otras situaciones externas con las que no contamos. El m¨®vil, desde dentro, es ahora el gran verdugo en las carreteras. Los mensajes y las conversaciones est¨¢n llenos de riesgos sangrientos, y ya dejan un reguero de accidentes fatales. El gesto distra¨ªdo que juega con las teclas, o responde ansioso a una llamada, nos aleja del instante real de la conducci¨®n. Nos lleva al espacio de la estupidez irresponsable que muchas veces se transforma en tragedia.
?Te imaginas que los pilotos de avi¨®n en pleno aterrizaje mandaran emoticonos a sus grupos de WhatsApp? ?Te gustar¨ªa que en las operaciones a coraz¨®n abierto los cirujanos se la pasaran contestando a sus m¨®viles? ?Te has dado cuenta de lo peligroso que te vuelves cuando conduces con el m¨®vil en la mano? Cuando dejas de pensar en el viaje y te olvidas de que tienes un volante, un embrague, un acelerador y un freno. Cuando dejas de mirar a los espejos retrovisores y te empe?as en ver actualizaciones de la Red, mensajes o comentarios. Cuando te crees tan poderoso, y en total control con tu m¨®vil al volante, que refunfu?as con indignaci¨®n si te pillan los de tr¨¢fico, que velan por tu vida, y te ponen tu merecida multa.
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