Justicia a destiempo
Cuando la pol¨ªtica anda por medio, tanto vale la convicci¨®n como la responsabilidad
Nadie discutir¨¢ que es mil veces mejor que los jueces no interfieran con sus resoluciones en procesos pol¨ªticos, especialmente cuando el proceso tiene un tiempo medido y la intervenci¨®n judicial puede influir decisivamente en el resultado final. Este es hoy el caso, como a nadie, tampoco a los jueces, se le escapa: los candidatos encarcelados por la acci¨®n de la justicia o huidos por el temor a que el peso de la ley caiga sobre sus espaldas, gozan de una ventaja que no tendr¨ªan si lo que de todas maneras hacen ahora desde la c¨¢rcel o desde el extranjero lo pudieran realizar gozando de libertad, aunque fuera provisional.
Ciertamente, a un juez no tiene por qu¨¦ importarle que Puigdemont y Junqueras pudieran ser en este momento candidatos abrasados despu¨¦s de haber sido primeras figuras en el tablado de la farsa montado desde los d¨ªas de septiembre y culminado en octubre, y que sigan tan vivos pol¨ªticamente como siempre precisamente porque uno est¨¢ huido y otro encarcelado. Como tampoco debe importar mucho al juez que ha fallado en el litigio sobre arte sacro, pendiente hace d¨¦cadas, justo en el momento m¨¢s oportuno para soliviantar los ¨¢nimos. Ellos, los jueces act¨²an seg¨²n la ¨¦tica de la convicci¨®n, de los principios; all¨¢ los pol¨ªticos, que se las apa?en como puedan.
Tal vez si se hubieran guiado a partes iguales por la ¨¦tica de la responsabilidad, la que Max Weber atribu¨ªa al hombre pol¨ªtico, la que consiste en considerar las consecuencias de la acci¨®n, hubieran optado por aplazar las m¨¢s dr¨¢sticas medidas a otro momento de la instrucci¨®n, en un caso, o demorar dos semanas el fallo en el otro. Al cabo, la solidez de los razonamientos jur¨ªdicos del auto del Tribunal Supremo no hubiera sufrido merma alguna si en la parte dispositiva en lugar de la medida cautelar de prisi¨®n provisional el magistrado hubiera dictado prisi¨®n eludible mediante fianza. Como tampoco hubiera pasado nada si la devoluci¨®n de las obras de arte a Sijena hubiera a?adido 20 d¨ªas a los muchos a?os de espera. Cuando la pol¨ªtica anda por medio, tanto vale la convicci¨®n como la responsabilidad.
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