Un triste ejemplo entre los abogados de Madrid
El colegio debe abrir una investigaci¨®n y buscar la forma de expulsar a personas que incumplen la legalidad

El Colegio de Abogados de Madrid, el mayor colectivo profesional en Europa (77.000 letrados), se convirti¨® de nuevo en noticia la noche del pasado mi¨¦rcoles. Se celebraban las elecciones para elegir a su nueva junta de gobierno, incluido el decano. La actual mandataria, ya en funciones, Sonia Gumpert, denunci¨® que hab¨ªa sido agredida por el fundador del Instituto Superior de Derecho y Econom¨ªa (ISDE), Alejandro Pint¨®.
La decana se present¨® con gesto descompuesto, un visible golpe en el p¨®mulo derecho y sin ganas casi de hablar ante los periodistas. Adem¨¢s del supuesto pu?etazo, su atacante la amenaz¨® de muerte y le dijo que a partir de ahora, con la victoria del abogado Jos¨¦ Mar¨ªa Alonso, se iba a enterar.
Fuentes pr¨®ximas a Pint¨® negaron de inmediato estas acusaciones y acusaron a Gumpert de haber provocado el altercado ante decenas de personas, al ver c¨®mo su candidato y continuador, Javier ?scar, hab¨ªa perdido las elecciones por unos 500 votos. Llegaron a decir que estaba todo preparado para generar el conflicto.
La situaci¨®n, de por s¨ª ya lamentable, se repite en unos comicios del colegio madrile?o. En 2012 las elecciones terminaron con la intervenci¨®n de la Polic¨ªa Nacional, la impugnaci¨®n de los resultados y acusaciones de que Gumpert hab¨ªa comprado los votos. Todo qued¨® desestimado por los jueces, pese a la lluvia de denuncias.
La noche se presentaba tensa desde el primer momento, ya que los resultados se anticipaban muy ajustados. Gobernar una instituci¨®n como el Colegio de Abogados de Madrid supone tener una ampl¨ªsima influencia en el mundo de la justicia y gestionar un presupuesto de unos 28 millones de euros.
Lo que resulta m¨¢s reprobable es que personas con una ampl¨ªsima formaci¨®n y con una dilatada experiencia legal terminen una noche que deber¨ªa ser democr¨¢tica con denuncias cruzadas, insultos y altercados propios de otras ¨¦pocas. Se trata, en definitiva, de hombres de leyes, cuyo principal motivo profesional es salvaguardar derechos fundamentales, como la presunci¨®n de inocencia o contar con una defensa justa. As¨ª al menos viene recogido en el art¨ªculo 24 de la Constituci¨®n.
Mal ejemplo se est¨¢ dando al resto de la sociedad y a las futuras generaciones de abogados si la forma de dirimir cualquier diferencia consiste en golpear al contrario, insultarle o provocar un grave incidente. Por ello, una instituci¨®n con m¨¢s de 400 a?os de existencia, con un prestigio que se le supone, como el valor a los soldados, deber¨ªa tomar medidas urgentes y depurar responsabilidades. Adem¨¢s de personarse en la causa como afectado, no estar¨ªa mal que el colegio abriera una investigaci¨®n y buscase la forma de expulsar de entre sus filas a personas que incumplen la legalidad. Y desde luego, esta no se defiende con el pat¨¦tico espect¨¢culo vivido la noche del pasado mi¨¦rcoles.
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