La boina no es cosa de viejos
Lauren Bacall la convirti¨® en un icono. Madonna la reivindic¨® en su versi¨®n m¨¢s canalla. Boinas El¨®segui fabrica desde 1858 una prenda convertida ahora en tendencia. Pese a los dise?os novedosos, la tradici¨®n manda en su f¨¢brica de Tolosa.
CUENTA LA leyenda que hasta las manos de todas las estrellas que pasan por la alfombra roja del Festival de San Sebasti¨¢n acaba aterrizando una boina de El¨®segui. Todo empieza con la danza de saludo a su llegada a la muestra cinematogr¨¢fica que culmina lanzando una txapela al homenajeado. Un baile que puede haber convertido a estas prendas en las m¨¢s internacionales del mundo en su categor¨ªa.
Boinas El¨®segui es una de las tres empresas europeas que a¨²n se dedican en exclusiva a su fabricaci¨®n. Y el viento sopla a su favor. La tendencia de la industria de la moda ha coincidido con su decisi¨®n de renovar colores y ampliar el mercado. Desde Gucci hasta Dior, pasando por la madrile?a Ana Locking, abundan las firmas que esta temporada oto?o-invierno celebran la versatilidad de la boina. Brigitte Bardot y Lauren Bacall la convirtieron en icono. Madonna y Rihanna la reivindican hoy en su versi¨®n m¨¢s canalla.
Hoy se imponen propuestas como un modelo con visera que ha calado entre los j¨®venes y se ha convertido en uno
de sus ¡®best sellers¡¯
En su centenaria f¨¢brica de Tolosa (Gipuzkoa) conviven m¨¢quinas de la primera reconversi¨®n industrial en el siglo XIX con artefactos del siglo XXI. La armon¨ªa entre ambos mundos es tan precisa que la producci¨®n artesanal se entremezcla con la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada. La factor¨ªa lleg¨® a tener 260 trabajadores cuando Antonio El¨®segui la fund¨® en 1858. Sus empleados eran entonces en su mayor¨ªa mujeres. El trabajo era manual y se produc¨ªa una boina por d¨ªa y operario. La mecanizaci¨®n hacia 1878 aument¨® la producci¨®n. La internacionalizaci¨®n del mercado en el tr¨¢nsito al siglo XX llev¨® a esta peque?a empresa guipuzcoana a producir 3.500 ejemplares diarios. En 1920, la compa?¨ªa cambi¨® su nombre por el de Nietos de Antonio El¨®segui. En 1967, recuper¨® su original Boinas El¨®segui. La familia del fundador sigue siendo propietaria, pero ninguno de sus integrantes trabaja en ella. Y se mantienen al margen de la gesti¨®n.
En Tolosa, una veintena de empleados, que en su mayor¨ªa ha desarrollado todo su trabajo en este negocio, luchan hoy por devolver a la empresa el esplendor pasado. ¡°Hemos tenido momentos malos cuando en China empezaron a fabricar boinas a precios rid¨ªculos con los que era imposible competir, pero el tiempo y la calidad con la que producimos han posibilitado que el cliente vuelva a nosotros¡±, dice Ander Astigarraga, director comercial de Boinas El¨®segui. ¡°Los chinos las fabrican en un tiempo r¨¦cord, eso es cierto; pero tambi¨¦n lo es que el apresto desaparece en menos de un a?o. La calidad de la lana es muy inferior a la nuestra. En cuanto se moja va perdiendo el tono y se queda como un trapo¡±.
Sobre las estanter¨ªas, centenares de boinas reposan a la espera del cosido final con el emblema de los Cascos Azules, uno de sus mejores clientes. Las creaciones de El¨®segui est¨¢n presentes en M¨¦xico, B¨¦lgica, Italia, Alemania y, c¨®mo no, Espa?a. Aqu¨ª manufacturan alrededor de 150.000 unidades al a?o. Aunque la mayor parte corresponde al modelo negro cl¨¢sico, un valor seguro entre su clientela m¨¢s fiel, hace a?os que esta empresa decidi¨® reciclarse y contratar a j¨®venes creadores que los ayudasen a lanzar nuevas propuestas. La dise?adora Isabel Zapardiez present¨® el a?o pasado en un desfile de Nueva York una colecci¨®n de tocados inspirados en las boinas tradicionales. Una colaboraci¨®n que tambi¨¦n ha tenido reflejo en la Bridal Fashion Week de Barcelona. M¨¢s de un siglo y medio de historia y buen hacer no son suficientes para sobrevivir cuando el sombrero hace mucho que dej¨® de formar parte de la indumentaria cotidiana.
Hoy se imponen propuestas como un modelo con visera que ha calado entre los j¨®venes y se ha convertido en uno de los best sellers de la firma. Tambi¨¦n causan furor los prototipos en todos los colores imaginables. La boina cl¨¢sica con forro y badana de cuero se sigue vendiendo al precio de 42 euros.
El proceso empieza con la materia prima: ¡°Compramos la lana en Australia. Hoy en d¨ªa, all¨ª es donde se produce mayor cantidad y de gran calidad¡±, dice Ander Astigarraga. ¡°Siempre destinamos una parte de los beneficios a mantener reservas de esta materia prima para protegernos ante posibles variaciones de precio¡±. La lana en bruto se hila en las bobinas de unas m¨¢quinas con los mismos sistemas que ten¨ªan las que se instalaron cuando se cre¨® la f¨¢brica. El primer prototipo de una serie se produce en color crudo y tiene unos 60 cent¨ªmetros de di¨¢metro. Un tama?o que despu¨¦s del proceso de te?ido quedar¨¢ reducido considerablemente. Despu¨¦s llega el prensado y la colocaci¨®n, una a una, de las boinas en los moldes de madera, donde se revisan manualmente.?
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