Cuando los dromedarios llegaban a Lugo
Los restos hallados en un yacimiento romano muestran que las caravanas cruzaban la pen¨ªnsula desde ?frica
Cuando el emir bereber Yusuf ben Tasufin desembarc¨® en la pen¨ªnsula ib¨¦rica en el a?o 1086 para luchar contra las tropas cristianas de Alfonso VI de Le¨®n, llevaba consigo un arma secreta: un animal ex¨®tico y extravagante, de unos 600 kilogramos de peso y unos dos metros de altura a la cruz. ¡°Yusuf ben Tasufin mand¨® pasar los dromedarios. Y pasaron tantos que cubrieron Algeciras y sus mugidos se elevaron al cielo. Ni los espa?oles ni sus caballos hab¨ªan visto jam¨¢s un dromedario, y por eso los caballos se espantaban de verlos y de o¨ªr sus mugidos¡±, describi¨® cientos de a?os despu¨¦s, en el siglo XVII, el historiador argelino Ahmed Mohamed al-Maqqari.
Es f¨¢cil imaginar el pavor que sentir¨ªa una persona del medievo ante un guerrero a lomos de un animal jam¨¢s visto, pero el cronista norteafricano se equivocaba. Los dromedarios llevaban casi un milenio paseando por la pen¨ªnsula. El historiador Carlos Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez ha identificado ahora dos v¨¦rtebras de cam¨¦lido, muy posiblemente de dromedario, en el Domus del Mitreo, un yacimiento romano datado entre los siglos II y III despu¨¦s de Cristo y descubierto en Lugo en 2003, cuando se excavaba un solar destinado al vicerrectorado del campus universitario. ¡°Este ser¨ªa el hallazgo m¨¢s septentrional de restos de dromedario en la pen¨ªnsula ib¨¦rica, pero hay evidencias de que llegaron hasta el r¨ªo Rin, en Europa Central¡±, explica el investigador.
Los dromedarios serv¨ªan de bestias de carga a las legiones romanas y a los comerciantes de aceites, cueros y ¨¢nforas
Lugo era por entonces la Lucus Augusti romana. En el Domus del Mitreo, junto a la imponente muralla lucense, han aparecido los restos de una gran casa romana y un templo dedicado al dios Mitra. El siglo III era la ¨¦poca de esplendor del mitra¨ªsmo, una religi¨®n de origen oriental que se extendi¨® a toda velocidad por las legiones romanas. En sus rituales, los fieles com¨ªan pan y beb¨ªan vino ante la imagen de Mitra, dios de la luz, dando muerte a un toro con una espada en el pescuezo.
¡°Hay que pensar en los movimientos del ej¨¦rcito romano entre el norte de ?frica y la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Con los soldados se mov¨ªan poblaciones enteras. En el ej¨¦rcito hab¨ªa camelleros, pero los comerciantes tambi¨¦n utilizaban dromedarios para transportar mercanc¨ªas, como aceites, cueros y ¨¢nforas¡±, detalla Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez, de la Universidad de Le¨®n. Su hallazgo todav¨ªa no se ha publicado en ninguna revista cient¨ªfica.
El altar del templo de Mitra se levant¨® en tiempos de Caracalla (211-217), el emperador c¨¦lebre por impulsar la construcci¨®n de las termas, los ba?os p¨²blicos, de la Roma imperial. Por entonces, la Legi¨®n VII, ¨ªntegramente hispana, estaba acuartelada en Le¨®n, pero contaba con una oficina en Lugo para cobrar tributos, al mando de un centuri¨®n. En la piedra del altar de Mitra, el oficial romano escribi¨®: ¡°Al nunca conquistado dios Mitra, Gaio Victor Victorino, centuri¨®n de la Legi¨®n VII G¨¦mina Antoniana, devoto y leal, con mucho gusto erigi¨® este altar en honor del puesto de control militar de Lucus Augusti¡±.
Las malformaciones detectadas en algunos restos ¨®seos sugieren que los dromedarios recorr¨ªan largas distancias con una carga abusiva
Los sacrificios animales, en una atm¨®sfera regada por el vino, eran habituales en el culto a Mitra, pero Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez aclara que el dromedario no debi¨® de morir en el templo. ¡°Las v¨¦rtebras aparecen en el material de relleno que se us¨® en alguna de las fases constructivas del edificio¡±, apunta. Tambi¨¦n se han hallado restos de perros enanos, mascotas de lujo para los romanos acaudalados.
Las evidencias arqueol¨®gicas de la presencia de dromedarios en ¨¦poca romana son escasas, pero est¨¢n repartidas por la pen¨ªnsula ib¨¦rica. En 2013, el investigador Jos¨¦ Antonio Riquelme, de la Universidad de Granada, public¨® un trabajo sobre los hallazgos de restos ¨®seos en Alcal¨¢ de Henares (Madrid), Cartagena (Murcia), Linares (Ja¨¦n), Astorga (Le¨®n) y Ja¨¦n capital.
Lo normal no es encontrar esqueletos completos, sino huesos sueltos, muy a menudo ¨²nicos, que sin embargo aportan mucha informaci¨®n a los que saben leerla. El inusual gran tama?o de las v¨¦rtebras analizadas sugiere, por ejemplo, que los animales eran castrados para facilitar su manejo. Y las malformaciones detectadas en algunas de las falanges implican que los animales recorr¨ªan largas distancias con una carga abusiva, seg¨²n Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez. Entre Algeciras y Lugo hay unos 800 kil¨®metros en l¨ªnea recta y un abismo en t¨¦rminos clim¨¢ticos. ¡°Pobrecitos, el fr¨ªo que debieron de pasar¡±, sentencia el historiador.
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