Seguidores

Hablamos aqu¨ª hace una semana del efecto delet¨¦reo de las redes sociales en amargar la vida de un cantante pop surcoreano de 27 a?os, que se suicid¨® aplastado por la fama. En el otro extremo tenemos al Pirata de Culiac¨¢n, un chaval mexicano asesinado la semana pasada. Era un desgraciado adolescente en territorio narco que se hizo famoso por v¨ªdeos en los que aparec¨ªa borracho, drogado ¡ªo ambas cosas¡ª, fardaba y hac¨ªa tonter¨ªas. Vamos, un youtuber. Todo el pa¨ªs se re¨ªa de ¨¦l. Le pudo el personaje, como a tantos otros, y un d¨ªa insult¨® a un temido narcotraficante. No se sabe si tiene relaci¨®n, pero al cabo de un mes le metieron 15 tiros, 17 a?os ten¨ªa. La historia de estos dos pobres chicos es muy diferente. Uno era admirado y venerado; el otro, despreciado y ridiculizado, pero acabaron igual, muertos. Porque en realidad hac¨ªan lo mismo: lo que los dem¨¢s quer¨ªan que hicieran. Cientos de miles de seguidores que son m¨¢s bien perseguidores.

No s¨¦ ustedes, pero yo con estas noticias pienso que el mundo va mal. Hay industrias y sinverg¨¹enzas dedicados a fomentar el lado est¨²pido, banal e infantil de la gente, tambi¨¦n a nivel pol¨ªtico. Todo va de seguidores. Y lo cierto es que masas atolondradas y compulsivas est¨¢n logrando cosas notables, no solo encumbrar y hundir pobres diablos, tambi¨¦n a nivel pol¨ªtico. Quiz¨¢ la ONU estudie ya el alarmante volumen de chorradas con las que se entretiene una ingente cantidad de individuos en el planeta Tierra, pero podemos empezar a actuar por nuestra cuenta. Les deseo un 2018 sin perder el tiempo en tonter¨ªas con el m¨®vil. ?Ser¨¢ la humanidad capaz de superar un reto as¨ª? El cambio clim¨¢tico, esas cosas, luego ser¨¢n pan comido.