La resiliencia
Me gustar¨ªa explicarle que, por fin, en 2017, el mundo es feminista. Y que espero que ya no tenga que volver a sentir esa profunda soledad
Cuando llegu¨¦ a Colombia empec¨¦ a escuchar una palabra que hasta ese momento le¨ªa y usaba poco: resiliencia. Pregunt¨¦ por qu¨¦ se repet¨ªa tanto. Qu¨¦ suced¨ªa en Colombia para que no sonara a manual de autoayuda. Aqu¨ª va la historia de una valiente mujer colombiana: la mejor respuesta que he encontrado a tantos interrogantes.
Conoc¨ª a Olga Luc¨ªa Iglesias en un hotel en Tumaco, una de las ciudades m¨¢s pobres de Colombia. Me dijo que para contarme su historia nos ten¨ªamos que sentar en un lugar tranquilo, sin mirar el reloj. Al lado de una piscina, en mitad de la noche, comenzamos a charlar.
Olga Luc¨ªa no conoce otra forma de vida que la guerra. Su marido fue asesinado por la guerrilla. Cuando huy¨® en busca de sustento, fue raptada y violada por 10 paramilitares a la salida del trabajo. Volvi¨® a escapar, se enamor¨®, tuvo un tercer hijo y su segunda pareja la maltrat¨®. Otra vez a desaparecer.
El d¨ªa que conversamos, Olga Luc¨ªa se hab¨ªa convertido en una lideresa en su nueva ciudad de acogida. Ayudaba a otras mujeres a buscar ayuda psicol¨®gica y legal, la que durante tiempo ella se neg¨® a pedir. Le aconsejaron que en estos casos siempre es mejor el silencio.
Al terminar, le di las gracias por contarme su historia. ¡°Gracias a ti, que me escuches me da dignidad¡±, me respondi¨®.
Ahora que se acaba el a?o me he acordado de Olga Luc¨ªa. Me gustar¨ªa explicarle que, por fin, en 2017, el mundo es feminista. Y que espero que ya no tenga que volver a sentir esa profunda soledad.
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