Rey solo hay uno
Conviene recordar una an¨¦cdota del rey Juan Carlos I que hoy conserva todo su significado
Cuentan que un presidente de comunidad aut¨®noma, tras recibir la visita del entonces pr¨ªncipe de Asturias a su comunidad, telefone¨® al Rey para comentar lo bien que hab¨ªa resultado todo. Como expresi¨®n de lealtad a la Corona, se despidi¨® de don Juan Carlos dici¨¦ndole que hab¨ªa tratado a su hijo como si fuera Rey. El entonces Rey no ocult¨® su incomodidad por lo que acababa de escuchar y respondi¨® a su interlocutor con una verdadera clase magistral sobre el asunto. ¡°Te recuerdo¡±, le dijo, ¡°que Rey solo hay uno¡±.
Con motivo del 80? cumplea?os de don Juan Carlos, merece la pena rescatar una an¨¦cdota que conserva todo su significado. De hecho, aunque don Juan Carlos retenga la condici¨®n de Rey em¨¦rito, ha podido comprobar que, en realidad, jefe de Estado solo hay uno; y ¨¦l ya no lo es. Precisamente bajo esta m¨¢xima ha trabajado la Casa del Rey desde que Felipe VI asumi¨® su nueva responsabilidad.
M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica del caso particular, a nadie se le escapa el desaf¨ªo que implicaba para los equipos de Zarzuela armonizar, tras un proceso de abdicaci¨®n, la agenda p¨²blica de quien hab¨ªa sido Rey con la del que se hab¨ªa convertido en el nuevo Rey, en uno de los momentos m¨¢s cr¨ªticos para la propia instituci¨®n. Hacer cre¨ªble el compromiso que asumi¨® Felipe VI, una Monarqu¨ªa renovada para un tiempo nuevo, exig¨ªa consolidar el armaz¨®n sobre el que se legitimar¨ªa su propio reinado, pero tambi¨¦n acelerar el proceso de olvido sobre aquellos momentos menos honrosos del reinado de su padre. Solo as¨ª concurrir¨ªan las condiciones adecuadas para plantear cualquier conmemoraci¨®n de una etapa en la que, sin duda, tambi¨¦n se acumulan momentos significativos para reivindicar como ¨¦xitos de nuestra historia reciente.
Los ¨²ltimos cuatro a?os han servido a este doble prop¨®sito y ello hace posible que el 80 cumplea?os de don Juan Carlos inaugure un a?o de celebraciones, aprovechando tambi¨¦n el 40 aniversario de la Constituci¨®n de 1978. El desaf¨ªo es importante ya que, solo si la programaci¨®n se dise?a bien, ser¨¢ una reivindicaci¨®n colectiva de utilidad y no un vano ejercicio de melancol¨ªa. En suma, nos encontramos ante un reto que pondr¨¢ a prueba, otra vez, nuestras capacidades para hacer del di¨¢logo y la negociaci¨®n la f¨®rmula que garantice nuevos espacios de convivencia dentro de la ley.
Dicen los que conocen a don Juan Carlos que en los ¨²ltimos a?os reclamaba para s¨ª poder hacer aquello que mejor se acomodaba a sus deseos y no tanto lo que era requerido en el marco de su responsabilidad institucional. Cre¨ªa que se lo hab¨ªa ganado gracias a sus a?os de servicio a Espa?a. Era una aspiraci¨®n humanamente entendible, pero dif¨ªcil de asumir en aquel momento por resultar incompatible con su condici¨®n de titular de la Corona. Ahora nada impide que su vida se parezca a la que imagin¨® durante estos ¨²ltimos a?os. Qui¨¦n sabe si, en realidad, es este el verdadero reconocimiento que don Juan Carlos espera poder recibir durante este a?o de celebraciones.