El legado de un Rey
Los ochenta a?os de Juan Carlos I, ocasi¨®n para reivindicar el consenso
Hoy hace 80 a?os que el rey Juan Carlos naci¨® en el exilio de Roma; una fecha que se complementar¨¢ en los pr¨®ximos meses con el 40? aniversario de la Constituci¨®n de 1978. Ambas celebraciones deber¨ªan servir para reivindicar uno de los grandes valores que impuls¨® el anterior Rey en nuestro pa¨ªs: el di¨¢logo y el consenso democr¨¢tico. Una forma de actuar que posibilit¨® la transici¨®n de la dictadura a la democracia en Espa?a y que marc¨® un exitoso modelo pol¨ªtico que, desgraciadamente, est¨¢ cayendo en desuso, provocando la vuelta a una dial¨¦ctica de bandos que tanto da?o ha hecho en nuestra historia.
Al margen de las celebraciones, p¨²blicas y privadas, del 80? cumplea?os de Juan Carlos I, este aniversario debe servir para poner en valor la parte m¨¢s positiva de su legado. El de un Monarca ¨²til, que trajo la democracia a Espa?a en forma de una Monarqu¨ªa parlamentaria, la defendi¨® de un golpe militar cuando se estaba consolidando, contribuy¨® de forma notable a la proyecci¨®n internacional del pa¨ªs y supo retirarse a tiempo, abdicando en su hijo, Felipe VI.
Los partidos pol¨ªticos, los agentes sociales y econ¨®micos, los ciudadanos y, por supuesto, los responsables institucionales, desde el primero hasta el ¨²ltimo, no deber¨ªan olvidar la enorme transformaci¨®n y modernizaci¨®n de Espa?a durante el reinado de Juan Carlos I. Los errores cometidos en los ¨²ltimos a?os de su mandato no pueden hacer sombra a los m¨²ltiples aciertos en su gesti¨®n como jefe del Estado en momentos de enormes dificultades pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales; en una Espa?a que buscaba la reconciliaci¨®n o, como ¨¦l mismo dijo el d¨ªa de su coronaci¨®n, ¡°nuestro futuro se basar¨¢ en un efectivo consenso de concordia nacional¡±.
Juan Carlos I recibi¨® todo el poder del dictador Franco y accedi¨® al trono, en 1975, jurando las Leyes Fundamentales del Movimiento. Sin embargo, renunci¨® a su poder absoluto y puso en marcha el proceso democr¨¢tico de la mano de Torcuato Fern¨¢ndez Miranda y Adolfo Su¨¢rez, y gracias al consenso de las principales fuerzas pol¨ªticas, algunas de ellas salidas de la clandestinidad; desde la derecha franquista, al socialismo y al comunismo. Unos acuerdos basados en dialogar y ceder para conseguir el bien mayor: la transformaci¨®n de Espa?a en una democracia plena, pr¨®spera y capaz de integrarse en la Uni¨®n Europea.
Editoriales anteriores
Los l¨ªderes pol¨ªticos actuales no deber¨ªan olvidar los valores que permitieron la reconciliaci¨®n nacional y la transformaci¨®n de Espa?a en un Estado moderno europeo. Recuperar el esp¨ªritu de la Transici¨®n, que tanto inspir¨® el rey Juan Carlos, ayudar¨ªa estos d¨ªas a solucionar los principales problemas de nuestro pa¨ªs, desde la cuesti¨®n catalana, hasta las necesarias reformas de la Constituci¨®n y otras normas fijadas hace 40 a?os.
Felipe VI, heredero de la Corona tras la decisi¨®n de abdicar de su padre, ha heredado tambi¨¦n esa voluntad de consenso, que proclama en sus intervenciones. Aunque sus funciones est¨¦n muy limitadas por la Constituci¨®n, no estar¨ªa de m¨¢s que los l¨ªderes pol¨ªticos actuales compartieran m¨¢s con ¨¦l ese esp¨ªritu de di¨¢logo, como hicieron sus antecesores con Juan Carlos I.