Zoido, ese muerto est¨¢ muy vivo
El ministro ha demostrado una facilidad natural para flotar. Sea cual sea la medida de la tormenta
La carrera pol¨ªtica en Espa?a est¨¢ llena de posibilidades; y ah¨ª est¨¢ Zoido, d¨ªa a d¨ªa, para animar a quienes duden si decidirse. Ciertamente no es un camino de rosas, y el tribalismo requiere una piel dura para la descarnada ret¨®rica de combate, pero en definitiva se trata de una actividad donde los niveles m¨¢s altos de incompetencia, de indolencia y de frivolidad no ponen en riesgo la continuidad en el cargo. Zoido es un ejemplo muy estimulante.
Si alguien vacila s¨®lo tiene que preguntarse: ?Puede un alto cargo sobrevivir a la gesti¨®n fallida de las nevadas mientras ¨¦l est¨¢ en Sevilla viendo un partido de su equipo con su compadre, director de la DGT? Sin duda, eso es moco es pavo. ?Puede un ministro del Interior sobrellevar la pol¨¦mica de una c¨¢rcel sin inaugurar llena de inmigrantes con expulsiones masivas y hasta alg¨²n suicidio? Va de suyo. ?Puede un ministro del Interior superar un desastre catastr¨®fico para el pa¨ªs como las cargas policiales del 1-O? Pues claro que s¨ª. Es m¨¢s, un ministro del Interior puede sobrevivir a todo eso conjuntamente, incluso aunque suceda en el plazo de pocas semanas. Zoido podr¨ªa parecer carne de ca?¨®n, si se le hace balance con est¨¢ndares europeos, pero en definitiva, parafraseando la versi¨®n espa?ola de la comedia de Ted Kotcheff, el muerto est¨¢ muy vivo.
Preguntarse qu¨¦ aporta Zoido al Gobierno para justificar su defensa numantina s¨®lo llevar¨ªa a la melancol¨ªa. Aceptando que se trata de un gestor mediocre aunque de talante amable, un pol¨ªtico de pobre instinto pol¨ªtico aunque sin duda moderado, y un rostro ca?¨ª por m¨¢s oposiciones de juez que sacase, tener la oportunidad de soltar ese lastre podr¨ªa parecer hasta una bendici¨®n. Salvo para Rajoy, refractario a los ceses hasta lo patol¨®gico. A¨²n sorprende, eso s¨ª, que pensara en lavar la imagen del Ministerio de Fern¨¢ndez D¨ªaz con Zoido, tanto o m¨¢s capillita, hasta confesar que su gu¨ªa no es solo la Constituci¨®n sino tambi¨¦n la Biblia. Rajoy le compr¨® esa cuota andaluza a Cospedal liberando a Moreno Bonilla de la pesadilla, aunque en realidad nunca ha dejado de enredar desde la?mesa camilla, como se conoce al poder sevillano en la sombra. Desde luego explicar¨ªa mucho de la pol¨ªtica espa?ola que los ciudadanos tuvieran que pagar el precio de tener a Zoido de ministro para aliviar a Moreno Bonilla de esa presi¨®n.
Zoido el Marino, como lo bautizaron en Ciudadanos despu¨¦s de un oscuro y pol¨¦mico viaje en el buque escuela Juan Sebasti¨¢n Elcano, ha demostrado una facilidad natural para flotar. Sea cual sea la medida de la tormenta. Tal vez se entiende mejor aquella imagen a la vez hilarante y estupefaciente de Zoido exaltando a la Macarena. Sin duda est¨¢ protegido por su mano milagrosa. Bueno, por la mano milagrosa de la Virgen y por la manga ancha de la pol¨ªtica espa?ola, donde se traga con todo, o con casi todo. Y m¨¢s a¨²n si militas a las ¨®rdenes de Rajoy, capaz de proteger a Ana Mato hasta la agon¨ªa o de promover al Banco Mundial a Jos¨¦ Manuel Soria, ca¨ªdo por los papeles de Panam¨¢, diciendo ¡°?Qu¨¦ se hace? ?Se le echa de Espa?a?¡±. As¨ª uno puede estar tranquilo en pol¨ªtica, all¨¢ nevadas, c¨¢rceles o cargas policiales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.