Catalu?a, ?qu¨¦ ha cambiado?

El resultado de las elecciones catalanas es claro. Una participaci¨®n r¨¦cord del 81%, con 2 millones de votos por partidos independentistas y 2,2 millones por los que defienden seguir en Espa?a. Hay 70 diputados de formaciones secesionistas y 65 de partidos no separatistas. Los catalanes, una vez m¨¢s, han ejercido su derecho a decidir de forma masiva.?Y qu¨¦ han decidido?

En mi opini¨®n dos cosas. Una que se desprende del voto popular y es que la mayor¨ªa desea seguir formando parte de Espa?a. Voto que se concentra en las ciudades, en las zonas m¨¢s obreras y de la costa. El nacionalismo nunca ha ganado en votos salvo en 1992; en el resto, se movi¨® entre el 43% y el 49%. A partir de 1999 nunca ha pasado del 47%. Sin embargo, en esca?os siempre ha obtenido mayor¨ªa absoluta, salvo el periodo del llamado tripartito. Parece que olvidamos que la Converg¨¨ncia i Uni¨® de Pujol gobern¨® 30 a?os gracias a una ley electoral, la espa?ola, que les favorece.

Ahora el cambio determinante es que mientras entonces los nacionalistas no intentaron romper, de manera unilateral, con la Constituci¨®n y el Estatuto los actuales lo han pretendido, pero eso no quiere decir que aquellos fueran menos independentistas, salvo la excepci¨®n, muy minoritaria, de Uni¨®. Lo que ocurr¨ªa es que ese objetivo era su programa m¨¢ximo y ahora es el m¨ªnimo.

Catalu?a no es una excepci¨®n en la corriente hacia la derecha que observamos en Europa y? la izquierda tiene que analizar por qu¨¦

La escasa mayor¨ªa de esca?os actual les legitima para gobernar, si se ponen de acuerdo, en el marco de la legalidad vigente en el que se han celebrado las elecciones. En ning¨²n caso les legitima para implementar la independencia, pues en ese sentido el secesionismo ha perdido otra vez, ya que estas cuestiones se dirimen, en su caso dentro de la legalidad, en votos populares. Tienen el derecho a elegir un president y formar un Gobierno que se ocupe de los problemas reales de los ciudadanos, que es lo que no han hecho durante todos estos a?os.

Lo que sucede es que vuelven a depender de la CUP y esta formaci¨®n, que ha salido malparada, no quiere saber nada de gobernar en el actual marco legal. Y la opci¨®n de una abstenci¨®n de los ¡°comunes¡± tiene sus complicaciones al haber afirmado que no est¨¢n dispuestos a investir al famoso pr¨®fugo y que no est¨¢n por la labor de continuar con el fracasado proc¨¦s, etc¨¦tera. En consecuencia, la gran elecci¨®n que tienen que hacer ERC y Junts per Catalunya es si se inclinan por gobernar, por aceptar la legalidad y ocuparse de los ciudadanos, o volver a las andadas de la ruptura, la DUI, con la consecuencia que ya conocemos del 155, etc¨¦tera.

Otra conclusi¨®n que se desprende de estas elecciones es el retroceso de la izquierda. Los dos primeros partidos son Ciudadanos ¡ªgran ¨¦xito de la se?ora Arrimadas¡ª y Junts x Cat del se?or Puigdemont, ambos de derecha o centro derecha; el PP ha sido barrido por su mala cabeza. Y dos partidos de izquierda ¡ªPSC y los Comunes¡ª que suman 25 diputados y algo m¨¢s del 21% de los votos. Y una ERC que es de dif¨ªcil ensamblaje en la izquierda mientras mantenga su opci¨®n secesionista.

Es decir, Catalu?a no es una excepci¨®n en la corriente hacia la derecha que observamos en Europa y creo que la izquierda tiene que analizar por qu¨¦. Una vez m¨¢s se acredita que cuando uno pretende jugar en el campo magn¨¦tico de las ideas del contrario se pierde. Se deber¨ªa reflexionar: ?por qu¨¦ Ciudadanos gana en las ciudades y en las grandes aglomeraciones industriales del cintur¨®n de Barcelona, anta?o feudos de la izquierda?; ?por qu¨¦ los partidos de izquierda no aparecen a la vanguardia en defensa de la Constituci¨®n y del Estatut, frente a un independentismo opuesto a valores de la izquierda y los intereses de los trabajadores?

Quiz¨¢ aparezca entonces un an¨¢lisis insuficiente de lo negativo que hoy ¡ªno ayer¡ª significa el nacionalismo, la divisi¨®n y una infravaloraci¨®n de la importancia de la UE, de la globalizaci¨®n, de la solidaridad. Hay quien puede pensar que porque se pregona la Rep¨²blica ya se es progresista. ?Es que no hay rep¨²blicas gobernadas por la ultraderecha? Retomemos los objetivos y los valores de la izquierda que no tienen nada que ver con las identidades y las banderas sino con las necesidades reales de las grandes mayor¨ªas.

Nicol¨¢s Sartorius es vicepresidente ejecutivo de la Fundaci¨®n Alternativas.