Estereotipos y perfil ¨¦tnico en el supermercado

Tradicional¡±, ¡°familia moderna¡±, ¡°est¨¢ndar¡±, ¡°superior¡±, ¡°superior urbano¡± y ¡°ofertas¡± son las seis categor¨ªas de clientes que deben memorizar los empleados de Albert Heijn, la principal cadena holandesa de supermercados. Suenan bien, pero la imagen que las acompa?a ha levantado tal repulsa que la firma ha suprimido el cursillo que las ilustraba. Y es que mientras las cinco primeras iban acompa?adas del dibujo de personajes blancos ¡ªsolo el padre de la familia moderna no parece occidental aut¨®ctono¡ª, los supuestamente abonados a lo m¨¢s barato son de raza negra. En la cesta de la compra de las ¡°ofertas¡±, adem¨¢s, ¡°apenas hay cosas frescas, ya sea fruta o verdura, y prefieren la marca blanca de la casa¡±. Eso s¨ª, ¡°residen en todo el pa¨ªs, en especial en las grandes ciudades¡±.

El estereotipo alcanza por igual al cliente ¡°superior¡±, encarnado por un var¨®n joven con aspecto de haber cursado estudios superiores. ¡°Sus ingresos son superiores a la media, ya sea un pensionista o una familia con ni?os, que prefiere g¨¦nero org¨¢nico y marcas especiales de queso, chocolate y vinos¡±, reza el folleto informativo. Pero las diferencias entre las categor¨ªas ¡°familia moderna¡± y ¡°ofertas¡± superan incluso los intereses mercantiles del supermercado. As¨ª, mientras en la primera sonr¨ªen unos padres con sus hijos ¡ªchica y chico¡ª, la madre negra en busca de precios bajos va con un ni?o de la mano. Una situaci¨®n que encaja con el resto del retrato robot elaborado por los expertos de Albert Heijn: ¡°En estas casas hay una o dos personas, con ingresos inferiores a la media¡±.

Aunque las cr¨ªticas han arreciado ahora, el cursillo llevaba dos a?os en marcha sin que la direcci¨®n de la cadena hubiese reparado en el tono de perfil ¨¦tnico aplicado a su clientela. Ante la repulsa interna de los cursillistas, amparados en el anonimato para no perder la plaza, y las cr¨ªticas externas, las im¨¢genes han desaparecido de la web de la firma. ¡°Estos perfiles se usaban para ajustar las necesidades del cliente a nuestros productos, pero las im¨¢genes, que no pretend¨ªan ofender, no han sido bien escogidas¡±, admiten fuentes de Albert Heijn.