Elemental
Para Leonardo, conocer era dibujar. No bastaba con la palabra; era imprescindible cazar las cosas con su representaci¨®n, como si la l¨ªnea fuera la red de pesca del entendimiento
Felices aquellos que vivieron ¨¦pocas m¨¢s esforzadas, cuando no hab¨ªa que pedir permiso a nadie para aprender. En el colosal legado gr¨¢fico de Leonardo da Vinci (7.000 folios) hay reflexiones y dibujos sobre mec¨¢nica, anatom¨ªa, geograf¨ªa, zoolog¨ªa, aeron¨¢utica, arte, pero el grupo mayor trata sobre el agua. Fue una obsesi¨®n del sabio desde su juventud y el elemento que m¨¢s cerca estuvo, para ¨¦l, de ser un organismo viviente y con alma, es decir, un dios. Anot¨® sus movimientos, formas, beneficios, cursos, domesticaci¨®n, peligros, pero no en un tratado de hidr¨¢ulica, sino en una verdadera mitolog¨ªa. Trata el agua como si fuera Poseid¨®n.
Sin embargo, para Leonardo, conocer era dibujar. No bastaba con la palabra; era imprescindible cazar las cosas con su representaci¨®n, como si la l¨ªnea fuera la red de pesca del entendimiento. Lo que llamamos arte era, a¨²n, ciencia. Los dibujos sobre la vida del agua son de los m¨¢s portentosos: torbellinos, tifones, cataratas, tempestades, remolinos y el diluvio, todo lo dibuj¨®, con preferencia por los estados an¨ªmicos del agua m¨¢s turbulentos y belicosos. Tambi¨¦n, claro est¨¢, las m¨¢quinas que se le pod¨ªan oponer, los ingenios t¨¦cnicos capaces de paliar su destrucci¨®n.
Un poeta y un fil¨®sofo, Barja y Lanceros, han reunido una buena antolog¨ªa de estos dibujos y escritos sobre el agua (Abada Ed.). No es un libro para leer, sino para mirar y pensar. Sin embargo, creo que hay un modo de leerlo muy apropiado y este es entrar en ¨¦l como si fuera un presocr¨¢tico o ley¨¦ramos poemas. ¡°Cuando va corriendo turbia y mezclada con tierra, y el polvo y la niebla, entremezclados igualmente con aire, como entremezcla el fuego sus ardores con todo¡±, dice, por ejemplo. Puro Emp¨¦docles o quiz¨¢s Lucano.
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