Las esclavas del siglo XXI cargan en Espa?a

Fr¨¢gil equilibrio, la pel¨ªcula de Guillermo Garc¨ªa L¨®pez que gan¨® el ¨²ltimo Goya al mejor documental, es una genial manta de leches contra nuestra complacencia habitual. El director nos mete en vena un revulsivo aut¨¦ntico ¡ªy muy global¡ª al rodar en 10 pa¨ªses e hilvanar las historias de depredaci¨®n que amenazan hoy nuestra civilizaci¨®n, desde la deshumanizaci¨®n de la vida en Jap¨®n a la virulencia de las heridas, la soledad y la congoja de los inmigrantes que intentan el salto a Espa?a.

¡°La religi¨®n de la propiedad est¨¢ hoy por encima del valor de la vida¡±, es una de las sentencias de Jos¨¦ Mujica, el expresidente de Uruguay y narrador de esta entrega que nadie se deber¨ªa perder. ¡°Los problemas de ?frica no son de los africanos, sino de la humanidad¡±. Esta es otra. La que nos trae hasta aqu¨ª.

Solemos contar los muertos en las vallas, las pateras y alta mar, aunque lo hagamos mal. Tampoco se nos da bien contar las deportaciones. Para los refugiados que acogemos no necesitamos muchos n¨²meros. Pero hay otra cuenta que ?frica nos trae hasta la puerta que nos apela tambi¨¦n, y es la de las mujeres porteadoras de Marruecos que entran a cargar al Tarajal, en Ceuta, para llevar sobre la espalda de vuelta a casa hasta 80 kilos de productos que otros van a vender. Dos de ellas han muerto este lunes.

Las mafias del contrabando aprovechan un vac¨ªo legal: al no reconocer Marruecos la espa?olidad de Ceuta, no hay aduana comercial y est¨¢ permitido pasar la frontera con equipajes ¡°de mano¡± que sin embargo doblan el cuerpo y en ocasiones el peso de sus porteadoras. En general, cientos de marroqu¨ªes que guardan filas peligrosas hasta llegar a los pol¨ªgonos del Tarajal, donde unos hombres les colocan sobre los hombros los productos que previamente han llegado a Ceuta, donde antes los han empaquetado para enviarlos as¨ª, como mercanc¨ªas reorganizadas, sin pagar los aranceles y el IVA que exige Marruecos a las importaciones. Puro equipaje de mano.

Una avalancha humana en el lado marroqu¨ª provoc¨® ayer de madrugada estas dos muertes. Seg¨²n algunos testigos, unas porteadoras recriminaron a otras que intentaban pasar sin pagar el soborno a los agentes y a partir de ah¨ª se organiz¨® el tumulto que termin¨® en avalancha. Otras cuatro murieron en 2016. La ¨²nica regulaci¨®n marroqu¨ª consiste en que las mujeres pueden hacer cola lunes y mi¨¦rcoles y, los hombres, martes y jueves. Entre 7.000 y 9.000 personas cargan este contrabando que genera 405 millones de euros al a?o a cambio de unos 50 euros por viaje. Sin contar los sobornos a gendarmes, la reventa por parte de los plantones, que mercadean con los tiques de cola sin tener que cargar, para qu¨¦ hablar de las heridas y da?os en la espalda de estos porteadores que envejecen r¨¢pido. Es un ejemplo de la nueva esclavitud que denuncia Mujica, y esta vez carga los fardos en Espa?a sin que a nadie se le mueva una ceja. Ah, por cierto: siete personas murieron ayer al encallar su patera en Lanzarote, una estupenda reserva de la biosfera desde 1993.