Timoth¨¦e Chalamet, el nuevo hurac¨¢n de Hollywood
Ex novio de la hija de Madonna y nominado al mejor actor en los Globos de Oro, ha donado su salario por su ¨²ltimo trabajo con Woody Allen a asociaciones en defensa de la mujer
Hace exactamente un a?o, Timoth¨¦e Chalamet era un perfecto desconocido en Sundance que ve¨ªa su propia pel¨ªcula sin que nadie se percatara de su presencia. Acabada la primera proyecci¨®n de Call Me By Your Name, el haz de luz cay¨® sobre el actor para conducirle al escenario entre los aplausos del p¨²blico. Doce meses m¨¢s tarde, el entusiasmo no ha disminuido. Chalamet es el chico del momento, un rayo que no cesa y que est¨¢ en todas partes. Junto a Armie Hammer en esa historia de amor universal del director Luca Guadagnino; como el objeto del desamor en Lady Bird y trabajando mano a mano con uno de sus ¨ªdolos, Christian Bale, en Hostiles.
Reci¨¦n cumplidos los 22 a?os, Chalamet tambi¨¦n cita a Denzel Washington como uno de sus puntales. Por eso no le cabe en la cabeza que los dos compitieran juntos en la misma categor¨ªa, la de mejor actor, en los recientes Globos de Oro. Algo que se puede repetir en los Oscar. ?Y c¨®mo mantiene los pies en el suelo? ¡°Me queda mucho por aprender pero da por seguro que tambi¨¦n s¨¦ lo que se siente siendo el ¨²ltimo de la lista¡±, se confiesa con EL PA?S.
Con sangre estadounidense por parte de madre y francesa por parte de padre, Chalamet sabe c¨®mo dejar su huella en la alfombra roja. Vestido habitualmente de Calvin Klein, su soltura es incre¨ªble para alguien no habituado a estos saraos. Hasta sabe c¨®mo bromear con Ansel Elgort, su compa?ero de generaci¨®n y de clase, cuando se lo cruza vestido de ping¨¹ino. Pero es que ambos son neoyorquinos y tienen eso como ventaja. ¡°Es un gran lujo porque aqu¨ª siempre necesitan gente joven para una publi, para un corto, para una peli. Aqu¨ª y en Los ?ngeles es m¨¢s f¨¢cil que la suerte te sonr¨ªa¡±, admite quien tambi¨¦n culpa a sus ancestros de este golpe de fama, ya que tiene diferentes familiares en la industria: guionistas, actores o directores.
Quien tambi¨¦n sonri¨® a Chalamet, al menos durante una temporada, fue Lourdes Le¨®n, la hija de Madonna. Un romance que puso al actor en el mapa pero no dej¨® huella en el coraz¨®n de Timoth¨¦e. ¡°De verdad que me gustar¨ªa decir que he vivido un amor tan intenso como el de la pel¨ªcula pero no ser¨ªa verdad¡±, acota con una sonrisa.
Seguidoras no le faltan aunque ¨¦l dice que no se entera, que en Nueva York, en Hell's Kitchen donde se crio y vive ocho meses al a?o, nadie le molesta. Los otros cuatro los pasa en Francia, fuera de Par¨ªs, y aunque el ritmo de vida cambia ¡ª"m¨¢s caf¨¦s y aperitivos. En Europa la gente sabe mejor qu¨¦ hacer con su tiempo¡±¡ª los admiradores siguen sin importunarle. Eso s¨ª, no debe mirar mucho las redes sociales porque ah¨ª le idolatran, y sus fans pusieron el grito en el cielo cuando no gan¨® el Globo de Oro. Tambi¨¦n es motivo de conversaci¨®n su delgadez. Otra herencia de familia, dice. ¡°Tendr¨ªa que comer m¨¢s pero no es algo consciente¡±, afirma.
Otro de sus problemas es que no sabe qu¨¦ hacer con el tiempo libre. Sufre el s¨ªndrome del actor y en cuanto no trabaja se pone nervioso por miedo a si ese ¨²ltimo trabajo del que tanto se habla tambi¨¦n marcar¨¢ el final de una carrera. No tiene mucho de lo que preocuparse. Hollywood es caprichoso y son muchos los actores ef¨ªmeros. Pero Chalamet supo escoger el caballo ganador cuando a los 16 a?os firm¨® con Brian Swardstrom, el agente que represent¨® a Edward Norton o Aaron Taylor-Johnson en sus comienzos.
Comparten la misma filosof¨ªa, la de escoger proyectos por sus directores. Acabar de rodar junto a Woody Allen A Rainy Day in New York habr¨ªa sido la meta de cualquier actor, si el movimiento #MeToo no hubiera retirado de un plumazo la alfombra por la que pisan los ahora llamados hombres monstruos. Chalamet vuelve a responder con educaci¨®n: ¡°Este a?o ha cambiado la forma en la que veo y siento muchas cosas¡±, reconoci¨® el actor en una declaraci¨®n desde su cuenta de Instagram. All¨ª tambi¨¦n anunci¨® que donaba el sueldo de su trabajo junto al director, acusado de nuevo de abuso por su hija Dylan Farrow, a tres organizaciones en defensa de la mujer y de otras minor¨ªas de g¨¦nero. Un gesto que le vali¨® cerca de 200.000 me gusta en un solo d¨ªa. Y eso ocurri¨® incluso antes de conocerse las pr¨®ximas nominaciones al Oscar.
Una mezcla familiar que le llev¨® al arte
Timoth¨¦e Hal Chalamet (Hell¡¯s Kitchen, 1995) es neoyorquino de nacimiento pero en su gen¨¦tica hay mezcla europea. Su madre es Nicole Flender, jud¨ªa nortemericana, agente de bienes ra¨ªces y exbailarina de Broadway, y su padre, Marc Chalamet, un franc¨¦s que trabaja con Unicef. Pero no fueron directamente sus progenitores quienes le contagiaron la pasi¨®n por la interpretaci¨®n, aunque tampoco se puede decir que su familia no haya tenido nada que ver en lo que hoy se ha convertido en una profesi¨®n que promete llevarle a la cima si sigue por el camino de sus ¨²ltimos trabajos. Chalamet tiene una hermana mayor, Pauline, que es actriz y vive en Par¨ªs. Un t¨ªo realizador, Rodman Flender; una t¨ªa productora y escritora de televisi¨®n, Amy Lippman, y su abuelo materno fue el guionista Harold Flender. Con estos mimbres no resulta extra?o que al llegar a la escuela secundaria en lugar de dedicarse a cualquier otra actividad extraescolar se decidiera por apuntarse a un curso de artes esc¨¦nicas. Unos profesores entregados fueron el detonante que le hizo ver que la actuaci¨®n era el arte que necesitaba en su vida. El resto es una historia que solo acaba de empezar.
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