Sexo y moda, una mezcla peligrosa
Amparados por un sistema c¨®mplice, los depredadores sexuales han campado a sus anchas en la industria. Las acusaciones apuntan a Mario Testino, Bruce Weber, Terry Richardson y Nobuyoshi Araki
¡°Tienes el poder en tus manos y, s¨ª, eso es semejante a estar en erecci¨®n permanente¡±. Como explicaci¨®n a las denunciables conductas masculinas que copan los titulares de los ¨²ltimos tiempos, la de Nobuyoshi Araki (Tokio, 1940) podr¨ªa considerarse de manual. Se la daba a este periodista el propio fot¨®grafo japon¨¦s en 2012, a prop¨®sito de su conocida relaci¨®n con las modelos que retrata. ¡°Cada chica que fotograf¨ªo piensa que despu¨¦s puede seguir teniendo sexo conmigo¡±, continuaba el artista. C¨¦lebre por experimentar en sus mujeres el arte fetichista del kinbaku¡ªbondage a la nipona¡ª, al que incluso Lady Gaga se someti¨® cuando quiso ser inmortalizada por ¨¦l para el ejemplar de septiembre de 2011 de Vogue Hommes Japan, el fot¨®grafo que asegur¨® que la c¨¢mara era ¡°una extensi¨®n de mi pene¡± nunca hab¨ªa sido cuestionado. Hasta que, el pasado octubre, un post firmado por una joven artista llamada Kaori Yuzawa comenz¨® a circular por Facebook: ¡°Cuando ten¨ªa 19 a?os trabaj¨¦ para Nobuyoshi Araki, el famoso fot¨®grafo. Fue entonces cuando sufr¨ª abusos sexuales por su parte. No fue una violaci¨®n, pero s¨ª una experiencia horrible. Como resultado del da?o que me hizo, necesit¨¦ tratamiento psiqui¨¢trico. Si hubiera tenido dinero y energ¨ªa, lo hubiera denunciado entonces. (...) S¨¦ que hay otras v¨ªctimas de sus abusos. Por eso he querido dar a conocer mi historia, que es real¡±.
Que se sepa, hasta la fecha ning¨²n medio se hab¨ªa hecho cargo del relato denuncia de Yuzawa, quiz¨¢ por desconocimiento (el comentario traducido del japon¨¦s al ingl¨¦s parece ser reciente). Quiz¨¢ porque el genio del casi octogenario fot¨®grafo ¡ªque entre 2012 y 2016 ha firmado las campa?as de firmas de moda tan dispares como Bottega Veneta, Supreme o la ¨®ptica catalana Etnia Barcelona¡ª haya vuelto a ponderarse por encima de su terrible reputaci¨®n. Un 'corramos un tupido velo' en aras del arte al que la industria del lujo ha resultado ser m¨¢s dada de lo deseado.
Despu¨¦s de haber sido se?alado por 13 modelos y asistentes masculinos en el revelador art¨ªculo publicado el pasado s¨¢bado por The New York Times, el tambi¨¦n reverenciado fot¨®grafo Bruce Weber (Greensburg, Pennsylvania, 1946) volv¨ªa a ser nombrado a mayores este martes en la web The Business Of Fashion, que retroced¨ªa hasta 1982 para dar cuenta de su carrera de abusos sexuales, seg¨²n cuenta el exmodelo estadounidense D.L. Janney en sus memorias, Blacklisted (publicadas en diciembre de 2017). El portal sumaba, encima, otros tres casos m¨¢s recientes a la lista de acusaciones, los de los modelos Christopher Cates, Alex Geerman y Ryan Vigilant. La cuesti¨®n es que casi todos los involucrados en el negocio conoc¨ªan los hechos, pero nadie hizo nada por evidenciarlos, ni pararlos.
¡°Esa es la cultura. As¨ª lo venden: 'Si haces lo que te digo, prosperar¨¢s'. Mi agente me lo repet¨ªa todo el tiempo¡±, concede Jason Boyce a BoF. El modelo, que present¨® la denuncia por abusos contra Weber en la Corte Suprema de Nueva York, asegura que el comportamiento del fot¨®grafo era de sobra sabido, aunque no expl¨ªcitamente verbalizado: ¡°Te dec¨ªan: 'Bueno, ya sabes, es un poco raro y repugnante, pero no le des mayor importancia¡±. Por su parte, Janney esgrime en su autobiograf¨ªa que sus negativas a las reiteradas insinuaciones del autor le costaron su carrera.
Por supuesto, no ha sido hasta que el asunto ha saltado a los tribunales que marcas como Burberry, Ralph Lauren, Michael Kors o Stuart Weitzman y grupos editoriales del alcance de Cond¨¦ Nast han decidido prescindir de sus servicios, al igual que de los de Mario Testino (Per¨², 1954), art¨ªfice de las legendarias campa?as de Gucci en la era Tom Ford ¡ªque dieron carta de naturaleza al porno chic de principios de 2000¡ª y calificado por el modelo Ryan Locke en el reportaje de investigaci¨®n de The New Tork Times como un genuino ¡°depredador sexual¡±. Una etiqueta que hace tiempo lleva tatuada en la frente el neoyorquino Terry Richardson. Ahora que la polic¨ªa de Nueva York ha decidido investigar algunas de las acusaciones en contra, parece que su tiempo al fin ha llegado a su t¨¦rmino.
Lo cierto es que tanto el trabajo de Richardson como el de Weber y Testino siempre se ha caracterizado por ser abiertamente sexual, una cualidad demandada expresamente por sus clientes en un negocio en el que, seg¨²n asegura el t¨®pico, el sexo vende. Tanto que puede propiciar ambientes enrarecidos en las sesiones fotogr¨¢ficas y las selecciones de modelos.
A ra¨ªz del esc¨¢ndalo Weinstein, el pasado octubre, la maniqu¨ª estadounidense Cameron Russell decidi¨® precisamente abrir su cuenta de Instagram para todas aquellas modelos que quisieran compartir sus experiencias al respecto bajo el hashtag #MiTrabajoNoDeber¨ªaIncluirAbusos.
No se puede negar que ciertas pr¨¢cticas de la moda han contribuido desde hace demasiado tiempo a cultivar una imagen ofensiva de la mujer, convirti¨¦ndola en objeto sexualizado y perpetuando esa lasciva y opresora mirada masculina que se da culturalmente como buena por hegem¨®nica. Tampoco que se ha beneficiado econ¨®micamente de ello. Sucede desde Man Ray, al que historiadoras y criticas de arte como Janine Mileaf y Katherine Ware no dudan en calificar de ¡°perverso y abusador¡±, y se estableci¨® en la d¨¦cada de los setenta con el franc¨¦s Guy Bourdin y sus legendarios editoriales para Vogue Paris y campa?as de Charles Jourdan, en los que las modelos no eran sino mu?ecas sexuales inanimadas cuyos cuerpos pod¨ªan desmembrarse (marcado por el abandono de su madre, su tortuosa y s¨¢dica relaci¨®n con las mujeres, a las que gustaba de encerrar e incomunicar en su casa, est¨¢ perfectamente documentada).
Hasta el alem¨¢n Helmut Newton, que convert¨ªa a sus sujetos femeninos en intimidantes diosas en cueros, no se libra de la sombra de la sospecha. Lo coment¨® en cierta ocasi¨®n una de sus famosas modelos, Raquel Welch: ¡°Ah¨ª estabas t¨², pensando que Helmut es ese peque?o y dulce pastelito, ese cielito, y ah¨ª estaba ¨¦l con su lente perversa encima de ti. Menuda paradoja¡±. Los hombres en perpetua erecci¨®n de poder, he ah¨ª la cuesti¨®n.
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