M¨¢s all¨¢ del ruido y la furia
Trump, iconoclasta en las formas, ancla su presidencia en el rebote de la econom¨ªa
Abandonemos toda esperanza de una pronta desaparici¨®n f¨ªsica, o pol¨ªtica, de Trump en forma de impeachmento aplicaci¨®n de la enmienda 25 de la Constituci¨®n ¡ªremoci¨®n del presidente si es declarado incapaz de gobernar por el Congreso, a propuesta mayoritaria de su Gabinete¡ª. El m¨¦dico de la Casa Blanca anunci¨® esta semana que Trump, aunque al borde de la obesidad, est¨¢ como una rosa, su gen¨¦tica es extraordinaria. No es probable que sufra un infarto durante su mandato a pesar de su elevado colesterol malo y, en contra de lo que muchos pensaban, su mente funciona, su capacidad cognitiva es plena.
La noticia sirvi¨® una noche gloriosa a los programas sat¨ªricos nocturnos de la televisi¨®n que descubrieron que Trump tiene coraz¨®n y, lo m¨¢s preocupante, que el err¨¢tico comportamiento del 45 presidente de EE?UU es un prop¨®sito consciente. Es un presidente at¨ªpico. Habr¨ªa que rebobinar casi medio siglo, hasta Richard Nixon, para hallar un antecesor tan tramposo y con similar odio a la prensa y a la verdad. Ha puesto patas arriba la gesti¨®n de lo p¨²blico y ha exportado la marca mundial de su populismo supremacista blanco alimentado por el peor nacionalismo.
Sus dislates, sus mentiras, su franca ineptitud, hacen incre¨ªble que Trump haya sobrevivido 12 meses. Ha sabido convertir lo extraordinario en el nuevo normal: si todo es un esc¨¢ndalo, ya nada es un esc¨¢ndalo. Y posee una extraordinaria cualidad: su capacidad para distraernos con su circo del trasfondo de su mandato. Pero el catastrofismo que se ha proyectado sobre el presidente es excesivo y no tiene efecto alguno sobre su conducta.
La solidez inexplicable de su presidencia descansa sobre una econom¨ªa boyante. Su principal arbotante. T¨¦cnicamente pleno empleo, solo un 4,1% de paro; r¨¦cord de la Bolsa; las empresas contratan trabajadores y aumentan la inversi¨®n; incremento de la confianza de consumidores y empresarios. Crecimiento por encima del 3% en los ¨²ltimos tres trimestres. The New York Times ha solicitado la opini¨®n de sus votantes para que cuenten por qu¨¦ est¨¢n satisfechos con ¨¦l: Aunque sus actuaciones den un poco de verg¨¹enza, ha empezado a cambiar las cosas, por su testosterona y su visi¨®n; gran parte de los medios que mecen el odio contra Trump me empujan a estar con ¨¦l; es iconoclasta, optimista, no hace prisioneros, eso me gusta; ha derrotado al ISIS; prioriza a los ciudadanos americanos sobre los inmigrantes ilegales.
M¨¢s all¨¢ del ruido y la furia que desata su presidencia,Trump no es el genio muy estable que afirma ser, pero tampoco el ignorante vol¨¢til e irascible que nos arrastrar¨¢ a un invierno nuclear. Su desquicie es m¨¢s formal que de fondo. S¨ª es cierto, no es una fake news, que el prestigio y liderazgo de EE?UU en el mundo, medido en 134 pa¨ªses por Gallup, ha ca¨ªdo desde el 48% con Obama, a un 30% con Trump. China y Alemania, por este orden, ya son vistas como l¨ªderes globales por encima de EE UU.