El juez concluye recto con renglones torcidos

?Es acertado el auto del juez Llarena denegando la euroorden de detenci¨®n contra Carles Puigdemont en Dinamarca?

Hay varias maneras de leer una resoluci¨®n judicial. La m¨¢s inmediata eval¨²a sus efectos. Con esta ¨®ptica, el resultado no parece, de momento, brillante.

El pr¨®fugo sigue huido de la Justicia y sin entrar en prisi¨®n. Se permite prolongar ¡ªayer¡ª su estancia en Copenhague, en un minievento parlamentario tras el universitario del lunes.

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Editorial | Reh¨¦n de Puigdemont

El Supremo evita detener a Puigdemont para impedir que sea investido

Podr¨¢ presumiblemente repetir su excursi¨®n escandinava a otros pa¨ªses, al menos hasta el d¨ªa de la investidura (?el d¨ªa 31?, ?en favor de qui¨¦n?).

Y logra que el juez (los jueces espa?oles, el Estado, en su versi¨®n) emita un texto que ha resultado pol¨¦mico.

En realidad, lo m¨¢s convincente del auto de Llarena es su conclusi¨®n: no conven¨ªa apresar al pr¨®fugo en otro pa¨ªs. Y su justificaci¨®n se insin¨²a en su p¨¢gina 3, cuando recuerda que el fiscal reclama la inmediata detenci¨®n ¡°por lo fugaz que pudiera resultar la permanencia del encausado¡± en tierras de Hamlet.

Es de caj¨®n que la velocidad de la judicatura y la polic¨ªa danesas ¡ªsemieuropeizadas, pero a¨²n no federalizadas, sino muy nacionales, acogidas a excepciones u optouts en la UE¡ª podr¨ªa ser inferior a aquella en la que el acusado tomase un vuelo. Se comprende que el juez del Supremo evitase ese rid¨ªculo adicional. En este sentido, Llarena concluye recto, aunque no aduzca directamente ese motivo.

Pero concluye a trav¨¦s de renglones que se antojan torcidos. El auto contiene tres l¨ªneas de razonamiento discutibles. Una es el acopio e intensidad de los argumentos pol¨ªticos, que forman evidente parte del paisaje, pero no del contenido material del caso (desobediencia, malversaci¨®n, sedici¨®n, incluso presunta rebeli¨®n).

El relato judicial de la pretensi¨®n del expresident de ¡°alcanzar la investidura y el voto que parlamentariamente no puede obtener¡±, ?era necesario? En igual ¡ªpero inverso¡ª sentido tambi¨¦n pec¨® quiz¨¢ de exorbitante su reclamaci¨®n al Parlament de que los presos encarcelados votasen por delegaci¨®n.

La segunda es la inferencia de que el pr¨®fugo ¡°pueda buscar la detenci¨®n¡± que los fiscales ped¨ªan, para ¡°burlar¡± al Parlament y arg¨¹ir que su ausencia no era por ¡°libre decisi¨®n¡±, sino que le vino ¡°impuesta¡±. Igual es cierto, ?pero est¨¢ acreditado?

La otra debilidad es un futurible: Puigdemont estar¨ªa as¨ª ¡°forzando un contexto en el que poder delegar su voto¡±. Es posible, pero son los hechos acaecidos los que constituyen materia justiciable, m¨¢s que los prop¨®sitos a plazo indeterminado.