Catherine Zeta-Jones: ¡°Que el mundo se prepare para dos nuevos Douglas¡±

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Casi suena como una amenaza. ¡°Que el mundo se prepare para dos nuevos Douglas¡±, comenta Catherine Zeta-Jones exultante. La actriz galesa, de 48 a?os, llega al encuentro acompa?ada de una energ¨ªa y entereza que no han estado siempre a su lado en los ¨²ltimos a?os. ?Habla de la fuerza de la naturaleza que es su suegro, Kirk Douglas, de 101 a?os? ?O de su esposo Michael, uno de los ¨²ltimos marcados en Hollywood por un supuesto abuso sexual? Habla de todos pero la int¨¦rprete de Traffic (2000) y ganadora del Oscar por Chicago (2003) se refiere sobre todo a sus hijos, Dylan Michael y Carys Zeta, 17 y 14 a?os, respectivamente.

Los dos nuevos Douglas que ya piensan en seguir los pasos de la dinast¨ªa. Catherine Zeta-Jones habla con la pasi¨®n, el amor y las garras de una leona. ¡°Mejor que no despiertes a la fiera que llevo dentro porque junto a mis hijos soy una leona. He luchado muy duro por mantener una familia unida. Lo he dado todo cuando pod¨ªa haber hecho otras cosas pero sab¨ªa lo importante que eran estos a?os para ellos y para m¨ª. As¨ª que ahora vienen pisando fuerte. Los dos. Soy la primera en decirlo, una madre totalmente vendida a su causa que llama a las cosas por su nombre. Que el mundo se prepare porque los dos quieren ser actores y s¨¦ que tienen la pasi¨®n para ello¡±, dice en su encuentro con EL PA?S, recordando los a?os que estuvo separada de Michael Douglas.

Pregunta. ?No le preocupa que sigan sus pasos? Ahora est¨¢n m¨¢s claros que nunca los abusos que se dan en esta industria.

Respuesta. Nada me dar¨ªa m¨¢s alegr¨ªa que orientarlos en otra carrera. Dylan comienza este a?o la universidad y es un momento lleno de emociones. Pero he visto lo que hacen, su maestr¨ªa, sus ganas. Y conocen muy bien los peligros que acompa?an a la fama.

P. ?Por ejemplo? ?Cu¨¢l es el mejor consejo que le dar¨ªa a su hija antes de empezar en este mundo de hombres?

R. Yo he tenido la fortuna de trabajar con grandes hombres en esta industria. Pero tambi¨¦n he sabido ponerme la coraza, pasearme por el mundo como Catherine Zeta-Jones y ocultar mis vulnerabilidades. Si algo he aprendido en estos a?os es que hay que aferrarse a la valent¨ªa que uno tiene de joven, cuando no le temes a nada. Con los a?os, cuanto m¨¢s famosa, cuantos m¨¢s premios, m¨¢s vas dudando de ti misma y m¨¢s te preguntas si haces lo que debes. Por eso, especialmente como mujer, le recomendar¨ªa que nunca deje escapar la valent¨ªa de la juventud.

P. Las acusaciones de abusos sexuales tambi¨¦n han llegado a su esposo, que neg¨® los hechos mencionados por una de sus exempleadas incluso antes de que salieran a la luz.

R. Estoy muy orgullosa de su respuesta. Estamos hablando de algo que supuestamente sucedi¨® hace 30 a?os. Algo que no se sostiene y que Michael ten¨ªa que dejar claro. Nadie apoya m¨¢s el movimiento que se est¨¢ produciendo estos d¨ªas que mi marido o yo. Y su historial no puede ser mejor, como productor, como artista, con cualquier equipo con el que ha trabajado a lo largo de sus 50 a?os de carrera.

P. ?Son estos los peligros de la fama a los que antes se refer¨ªa?

R. Yo nunca quise ser famosa. Ni tan siquiera estrella. Quer¨ªa ser actriz. Subirme a un escenario, algo que hice cuando ten¨ªa 9 a?os. Y descubr¨ª muy pronto, con una hora de televisi¨®n en The Darling Buds of May, lo que era ser famosa sin tener el dinero para protegerme del caos. Pero aprend¨ª r¨¢pido.

P. Su paso por los Globos de Oro y su ¨²ltimo trabajo en televisi¨®n como Griselda Blanco, la madrina de la coca¨ªna, la han devuelto a escena.

R. Me hace gracia cuando la gente me dice que he desaparecido de Hollywood porque he trabajado en Broadway, he ganado un Tony pero eso no cuenta a este lado del mundo. Cierto que despu¨¦s de Chicago mis hijos me necesitaron m¨¢s y yo perd¨ª un poco la inspiraci¨®n, el sentimiento de cuanto amo este negocio. Pero ahora tengo muchas m¨¢s cosas listas para esta nueva etapa.

P. Su suegro parece no haber perdido el amor por el medio.

R. Papi, como le llamamos, y su esposa Anne se han debido ver los Globos de Oro como 10 veces. La ilusi¨®n que le hizo. Cenamos en su casa la noche anterior para repasar el di¨¢logo. Y te reir¨¢s pero despu¨¦s de ensayar lo primero que me dijo ri¨¦ndose fue: "?Y t¨² por qu¨¦ tienes m¨¢s texto que yo?". Eso con 101 a?os.