El ¡®s¨ªndrome del emperador¡¯, cuando tu hijo es un tirano
Dedicar poco tiempo a su atenci¨®n y conceder caprichos son el abono para que un ni?o manifieste el llamado ¡°s¨ªndrome del emperador¡±
EL N?MERO DE CASOS no deja de aumentar. Cada vez a edades m¨¢s tempranas: se llama ¡°s¨ªndrome del emperador¡±, y define a los ni?os y adolescentes que abusan de sus padres sin la menor conciencia. La madre suele ser la primera y principal v¨ªctima del peque?o tirano, que luego extender¨¢ el maltrato a otros miembros de la familia, a no ser que se ponga remedio, seg¨²n explica el psic¨®logo Jos¨¦ Antonio Ramad¨¢n. Muy sonada fue la sentencia que dict¨® el a?o pasado el Juzgado de lo Penal n¨²mero 2 de A Coru?a que absolv¨ªa a una madre acusada por su propio hijo de 11 a?os de maltrato por un bofet¨®n. Pero ?cu¨¢les son las causas de este mal que convierte la vida familiar en un infierno?
Seg¨²n los expertos, hay diferentes factores que pueden coronar a un emperador en casa:
Poca dedicaci¨®n de los padres. El problema tiene su origen muchas veces en unos progenitores ausentes que, para paliar su sentimiento de culpabilidad por el tiempo que no pasan con el ni?o, le conceden todos los caprichos. Con ello transmiten al peque?o el mensaje de que, pese a su soledad afectiva, es el centro del universo y los adultos est¨¢n all¨ª para satisfacer todas sus exigencias.
Muchas veces los padres claudican por miedo a que la bronca con sus hijos se les vaya de las manos. La soluci¨®n pasa por fijar unos l¨ªmites
Falta de l¨ªmites. Derivado muy a menudo de la primera causa, si los padres no dedican suficiente tiempo a la crianza delegando en terceras personas, tampoco tendr¨¢n tiempo para educar a su hijo en normas de conducta, con lo cual el rey de la casa sentir¨¢ que tiene total impunidad. El psic¨®logo Javier Urra asegura que ning¨²n ni?o nace siendo un tirano, sino que hay progenitores que no act¨²an como adultos educadores, ya que ¡°hacen todo tipo de concesiones para no tener problemas y al final lo que generan es un problema¡±. El juez de menores Emilio Calatayud, muy conocido por sus aleccionadoras sentencias a j¨®venes conflictivos, resum¨ªa as¨ª esta complicada situaci¨®n en una entrevista publicada en EL PA?S en 2006: ¡°Les hemos dado muchos derechos, pero no les hemos trasladado deberes. Hemos perdido el principio de autoridad. ?Hemos querido ser amigos de nuestros hijos!¡±.
Ser hijo ¨²nico. No tener hermanos no lleva necesariamente a convertirse en un minidictador si los padres son conscientes de su funci¨®n educativa, pero puede contribuir a que el ni?o se sienta un monarca solitario. Es muy interesante analizar los efectos que la pol¨ªtica china de un solo hijo ha tenido en la psicolog¨ªa de toda una generaci¨®n. En un art¨ªculo para el rotativo brit¨¢nico The Independent, el periodista Steve Connor hablaba de un ¡°ej¨¦rcito chino de peque?os emperadores¡±, fruto de la sobreprotecci¨®n del ¨²nico reto?o por parte de padres y abuelos, que quieren darle los lujos y privilegios que a ellos les negaron. Esto, sumado al incremento de la renta per capita de las familias, ha multiplicado los ¡°peque?os tiranos¡± hasta l¨ªmites insospechados. Connor afirma que los ni?os chinos actuales son ¡°menos altruistas y confiados, m¨¢s t¨ªmidos, menos competitivos, m¨¢s pesimistas y menos considerados con los dem¨¢s¡±.
Excepto en los trastornos psiqui¨¢tricos, el s¨ªndrome del emperador es producto de una disfunci¨®n educativa que puede corregirse. El psic¨®logo Vicente Garrido, autor de Los hijos tiranos, (editorial Ariel), propone tres puntos de actuaci¨®n:
Fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional y la conciencia. Para ello, los padres deben ayudar a sus hijos a reconocer sus emociones y las de los dem¨¢s, incidiendo en la empat¨ªa e invit¨¢ndoles a practicar actos altruistas para que vean su efecto en los dem¨¢s.
Ense?arles a cultivar habilidades no violentas. En una casa en la que los adultos gritan y amenazan, dif¨ªcilmente lograremos que los peque?os se comuniquen de forma sosegada. Los progenitores deben dar ejemplo y practicar con ellos el di¨¢logo respetuoso y la escucha.
Poner barreras claras. Los padres no deben tolerar la violencia ni el enga?o. Estas son l¨ªneas rojas que el peque?o debe saber que no puede cruzar, por muchas estrategias que use para ponernos a prueba.
La pedagoga Montse Dom¨¨nech declara al respecto: ¡°Los l¨ªmites confieren seguridad a los ni?os, que se sienten perdidos si no hay unas pautas de conducta en el hogar. Los padres necesitan tomar la autoridad y no ceder a los intentos del ni?o por salirse con la suya¡±. Dom¨¨nech, autora de numerosos libros sobre ni?os y adolescentes, se?ala que muchas veces los padres claudican por miedo a que la bronca se les vaya de las manos. La soluci¨®n, seg¨²n apunta, pasa por explicar los l¨ªmites y reforzar los aspectos positivos del peque?o. La claridad en esas barreras, el refuerzo positivo y, sobre todo, dedicarles nuestro tiempo les dar¨¢ la seguridad para desarrollarse como personas aut¨®nomas y felices.?
La llegada del ¡®beb¨¦ jefazo¡¯
¡ª El estudio de animaci¨®n DreamWorks estren¨® el a?o pasado la pel¨ªcula El beb¨¦ jefazo. La historia narra c¨®mo un ni?o de siete a?os es destronado por su hermano peque?o, el nuevo rey de la casa. Tim Templeton disfruta siendo el centro de atenci¨®n de sus padres hasta la llegada del beb¨¦, que se dedicar¨¢ a imponer su ley.
¡ª Esta pel¨ªcula muestra muy bien c¨®mo se siente un ni?o ante la llegada de un hermano. El mayor puede creer que le han robado el amor y el tiempo de los progenitores. Pierde parte de la autonom¨ªa conseguida y se ¡°hace peque?o¡± para intentar llamar la atenci¨®n, aunque sea a trav¨¦s de la rega?ina.
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