El techo de cristal en los laboratorios
Las cient¨ªficas reclaman m¨¢s presencia femenina en los comit¨¦s de selecci¨®n y que estos elijan sin conocer el g¨¦nero
Julia Guiomar Niso, de 32 a?os, tiene que atravesar una sala en la que trabajan seis hombres hasta llegar a su despacho. Ella es la jefa de todos. "Es un caso extra?o", afirma. Estudi¨® Telecomunicaciones y encamin¨® su carrera hacia la neurociencia. Tras varias estancias en el extranjero, ahora trabaja en un proyecto para intentar predecir el Alzheimer unos a?os antes de que ocurra, en el Centro de Tecnolog¨ªa Biom¨¦dica (CTB) de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (UPM). Por encima de ella, otros dos hombres coordinan la investigaci¨®n. "Es verdad que cuando empezamos en la ciencia es un poco pareado el n¨²mero de chicos y de chicas, pero seg¨²n se va escalando es m¨¢s dif¨ªcil para las chicas adquirir los puestos de responsabilidad", a?ade.
La falta de mujeres cient¨ªficas en altos cargos se confirma en el?informe Mujeres Investigadoras 2017, elaborado por el CSIC: solo el 25% de las mujeres alcanzan los puestos de m¨¢xima responsabilidad y llegan a ser profesoras de investigaci¨®n. Consuelo Gonzalo, secretaria Acad¨¦mica del CTB, coincide con este factor determinante de desigualdad en el sector cient¨ªfico: "Lo que hace falta es que haya m¨¢s mujeres en los comit¨¦s de selecci¨®n. Lo mejor ser¨ªa hacer selecciones ciegas". Pero Gonzalo apunta a otro problema de arraigo social que se remonta hasta el sistema educativo: "Hay muchas veces que el lenguaje que se utiliza o las manualidades que hacen unos u otros empiezan a orientar a los ni?os hacia unas profesiones y a las ni?as, hacia otras". Un estudio de la Universidad de?Westminster, en Reino Unido,?revel¨® que los estereotipos de g¨¦nero se reflejan en el material educativo. En la investigaci¨®n se analiz¨® el?material online de ciencia para educaci¨®n primaria Scientix y OERcommons. Los resultados concluyeron que, del 100% de hombres que aparec¨ªa ejerciendo una profesi¨®n, el 55% ten¨ªa un trabajo relacionado con la ciencia. Mientras que del total de mujeres, solo el 30%.?
A estos factores se suma "la falta de referentes femeninos en la ciencia", seg¨²n la secretaria acad¨¦mica del CTB. En el estudio??Las mujeres que nos faltan, de la Universidad de Valencia, se analiz¨®?la presencia de personajes femeninos en los libros de la Ense?anza Secundaria Obligatoria (ESO):??solo el 11,7% de los personajes relacionados con la ciencia o la tecnolog¨ªa eran mujeres. "Si nosotras no sabemos que podemos llegar a hacer determinadas cosas en ciencia, habr¨¢ un porcentaje de gente muy bajito que espont¨¢neamente diga 'yo puedo", a?ade Gonzalo. A esto se suma que?el 97% de los premios Nobel de ciencia han sido recibidos por hombres.?Esta falta de referentes femeninos en la ciencia en general ha llevado a la Sociedad Espa?ola de Neurociencia a lanzar unas jornadas en las que se debata precisamente sobre la desigualdad de las neurocient¨ªficas en el sector espa?ol, con motivo del D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia, que se celebra este domingo.
En 17 ciudades espa?olas, entre las que se encuentran Oviedo, Toledo, Granada o Valencia, se pondr¨¢n sobre la mesa temas como las diferencias en el inter¨¦s por la ciencia, los sesgos en la evaluaci¨®n, la amenaza del estereotipo y la influencia de las actitudes sexistas en el entorno laboral. En el CTB de Madrid, Julia Guiomar Niso es una de las protagonistas que dan voz a los proyectos liderados por mujeres. Los ¨²ltimos datos de la UPM muestran que, en 2015, el porcentaje de mujeres en proyectos de investigaci¨®n en convocatorias competitivas en su Universidad?era del 20,11%.?El trabajo de Niso se basa en la hip¨®tesis de que antes de que se produzcan las placas que dan lugar al Alzheimer hay anomal¨ªas a nivel electromagn¨¦tico, por lo que "la actividad neuronal estar¨ªa da?ada antes de que esas placas aparezcan". Para su estudio utiliza una de las dos ¨²nicas m¨¢quinas de magnetoencefalograf¨ªa?que hay en Espa?a (la otra est¨¢ en Bilbao). "Queremos dar nuestro impulso y poner nuestro granito de arena, porque la mujer tiene que hacerse su hueco en la ciencia", concluye la ingeniera.
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