Silencio y herencia de los Franco
La familia del dictador se blinda para evitar llamar la atenci¨®n sobre su millonaria herencia y la condena a 30 meses de c¨¢rcel para su nieto Francis
El pasado 29 de diciembre falleci¨® Carmen Franco, la ¨²nica hija del dictador, y con ella desapareci¨® la bisagra que manten¨ªa unidos a sus siete descendientes, los que tuvo con Crist¨®bal Mart¨ªnez-Bordi¨², marqu¨¦s de Villaverde.
Carmen, Mariola, Francis, Merry, Crist¨®bal, Arancha y Jaime callan desde entonces. De algunos de ellos ni siquiera hay im¨¢genes durante el funeral de su madre. La consigna es mostrar el perfil m¨¢s bajo posible de cara a los medios y la opini¨®n p¨²blica en un momento en el que est¨¢n en juego los detalles del testamento de su madre; el resultado final del juicio por atentado a la autoridad y contra la seguridad vial contra Francis Franco, el mayor de los hermanos varones, para quien la fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular pidieron seis a?os de c¨¢rcel y por el que finalmente fue condenado el pasado jueves a 30 meses de prisi¨®n; y las reclamaciones que la Xunta de Galicia mantiene abiertas sobre los bienes m¨¢s controvertidos de la familia: el pazo de Meir¨¢s, dos esculturas que pertenecen al P¨®rtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela y el palacio de Cornide, en A Coru?a.
Cuatro semanas despu¨¦s de la muerte de Carmen Franco, los hijos se reunieron en la casa familiar de la calle Hermanos B¨¦cquer de Madrid y lo poco que ha trascendido ha sido precisamente ese pacto de silencio. Un acuerdo con una principal destinataria: Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨², la primog¨¦nita, habitual en las portadas y programas de la prensa rosa cuando ha necesitado revitalizar sus finanzas a golpe de exclusivas.
Algunas informaciones apuntan a que el testamento de Carmen Franco se abri¨® el pasado 25 de enero. Seg¨²n marca la ley, sus herederos tienen seis meses desde la fecha del fallecimiento para pagar los impuestos correspondientes; aunque si lo consideran necesario pueden pedir una pr¨®rroga antes de finalizar el quinto mes que otorga un plazo extra de seis meses. Un asunto nada balad¨ª cuando se habla de una fortuna que se ha cifrado entre 500 y 600 millones de euros.
En cualquier caso se van despejando algunas dudas. Los hermanos afirman en p¨²blico que no habr¨¢ problemas entre ellos porque est¨¢n seguros de que su madre lo habr¨¢ hecho bien: "era una persona muy justa". No habr¨¢ disputa alguna sobre el destinatario del ducado de Franco: tal y como establece la ley Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² ser¨¢ la nueva duquesa de Franco por mucha ilusi¨®n que le hiciera ostentar el t¨ªtulo a su hermano Francis, que incluso cambi¨® el orden de sus apellidos para perpetuar el de su abuelo, y que ya es marqu¨¦s de Villaverde y se?or de Meir¨¢s. Y, por ¨²ltimo, ni la familia se plantea devolver ninguna de sus propiedades en Galicia, ni ninguno de los organismos gallegos que reclaman los pol¨¦micos bienes se plantean una negociaci¨®n porque el objetivo es encontrar argumentos jur¨ªdicos para que vuelva a ser patrimonio p¨²blico sin coste alguno para las arcas institucionales.
En todo este entramado muchos quieren situar a Francis Franco como el cerebro en la sombra de los negocios familiares. Pero personas que han realizado negocios con ¨¦l, y que le califican como "ambiguo, raro, avispado en los negocios y con maneras que denotan la creencia en su superioridad", apuestan m¨¢s bien porque genera cierta desconfianza entre algunos de sus hermanos. "Desde luego no manejaba los negocios de la madre; Carmen controla sus cosas; Crist¨®bal se mueve en campos propios y Mariola y Arancha son discretas y est¨¢n casadas con Fernando Ardid y Claudio Quiroga, conocidos y relevantes a nivel econ¨®mico y no se van a poner en sus manos". De Merry y Jaime no hablan pero por las caracter¨ªsticas de ambos, tampoco parece muy factible que dejen sus bienes en manos de su hermano, especialmente tras la sentencia condenatoria que acaba de recibir.
Probablemente la suma de todas estas circunstancias motiv¨® que un mes antes de morir, Carmen Franco hiciera cambios en una de sus empresas m¨¢s activas, Sargo Consulting S.L., con un capital de 11,2 millones de euros y que gestiona activos que valen m¨¢s de 17,7 millones. El 29 de noviembre de 2017 el Bolet¨ªn Oficial del Registro Mercantil publicaba que Carmen Franco dejaba de ser su administradora ¨²nica y delegaba esta funci¨®n en un Consejo formado por ella misma y sus siete hijos; nombraba como presidenta a su hija Arancha y como secretaria a Mariola. Francis Franco no consta en ning¨²n puesto ejecutivo. Otra de las grandes sociedades que manejaba Carmen Franco, Fiolasa, que mueve activos valorados en casi 20,5 millones de euros, no sufr¨ªa ning¨²n tipo de cambio. Todo apunta a que la matriarca dejar¨¢ sus bienes repartidos a partes iguales entre sus siete hijos, que a partir del momento en que liquiden sus cuentas ser¨¢n beneficiarios de una inmensa fortuna y tambi¨¦n de los conflictos que deja el tortuoso origen de algunas de las propiedades que se atribuy¨® su abuelo cuando era la voz y el mando de una Espa?a sumida en la dictadura.
En este escenario Francis Franco, a quien quienes le conocen consideran "siempre bien relacionado pero un marrullero en los negocios", parece haberse quedado solo en su pretendido papel de l¨ªder. La complejidad de la herencia ser¨¢ la que se encargue de dictar el consenso necesario para llegar a acuerdos que permitan solucionar los distintos frentes que tendr¨¢n que afrontar. Aunque muchas personas no dudar¨ªan en enfrentarse a ellos a cambio de un futuro econ¨®mico en la que la palabra desahogado se queda corta se mire por donde se mire.
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