Lo que es de todos
En varias ciudades espa?olas, los ayuntamientos han adquirido bicicletas p¨²blicas para que cualquiera pueda usarlas. Ya desde los primeros d¨ªas, el exquisito civismo espa?ol se exhibi¨® con su habitual desenvoltura: se encontraron bicis en r¨ªos, en descampados, ?hasta en la copa de un ¨¢rbol!; destrozadas, despojadas de piezas, o incluso en venta en p¨¢ginas de segunda mano. Tras estos sucesos, mucha gente se lanz¨® a clamar que al pueblo no hay que darle nada gratis, que eso es tirar el dinero. Pero la cuesti¨®n de fondo es c¨®mo ense?amos a respetar lo p¨²blico, a tener conciencia social; y eso, con la ideolog¨ªa imperante del ¡°todo para m¨ª, nada para los dem¨¢s¡±, se me antoja una misi¨®n penosa, si no imposible.¡ª Jaime Molina Lizana. Marbella (M¨¢laga).
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