Tener empat¨ªa con las emociones positivas refuerza hasta cinco veces m¨¢s los lazos de la pareja
Cuando la pareja no nos acompa?a en los momentos buenos parece que su ausencia pesa m¨¢s
Si quieres fortalecer tu relaci¨®n de pareja, s¨¦ emp¨¢tico o emp¨¢tica, en especial cuando la otra persona atraviese un buen momento. Este es el resultado de una curiosa investigaci¨®n, realizada por Michael Andreychik de la Universidad de Fairfield en Connecticut. Desde hace a?os se ha destacado que la empat¨ªa es una de las habilidades m¨¢s deseadas en el mundo de la pareja. Es lo que te permite ponerte en los zapatos del otro y ayudarle a superar los malos momentos, fundamentalmente. Y tiene su l¨®gica. Cuando se est¨¢ desanimado, se espera que la otra persona te entienda y te apoye (sea hombre o mujer, y cada uno a su modo, como ya vimos en otra ocasi¨®n). Pero curiosamente, seg¨²n Andreychik, esta actitud se valora especialmente cuando la persona te acompa?a en tus emociones positivas, m¨¢s que en las negativas.
Para demostrarlo, Andreychik escogi¨® a 175 hombres y mujeres y les pidi¨® en dos investigaciones que valoraran qu¨¦ grado de empat¨ªa experimentaban sus parejas con ellos y c¨®mo estaban de satisfechos en su relaci¨®n. Como era de esperar, las personas que percib¨ªan una mayor empat¨ªa cuando estaban atravesando alg¨²n momento malo se mostraban m¨¢s satisfechas con sus relaciones. De alg¨²n modo, sent¨ªan que pod¨ªan contar con el otro. Pero lo curioso de este estudio es cuando se preguntaba por emociones positivas. Cuando la otra persona percib¨ªa que su pareja era emp¨¢tica con sus ¨¦xitos o sus momentos amables, la satisfacci¨®n de la relaci¨®n era hasta cinco veces mayor que si no se daba este hecho. ?Y cu¨¢l es el motivo?
Seg¨²n Andreychik, cuando uno est¨¢ mal, implica un mayor riesgo para la otra persona saber c¨®mo ayudarle. Los hombres y las mujeres buscamos diferentes v¨ªas de olvido o de superaci¨®n de las dificultades. Algunos prefieren huir a la cueva para ordenar sus ideas o, sencillamente, dejarlas bajo una alfombra hasta saber qu¨¦ hacer con ellas; y otras mujeres, por ejemplo, prefieren hablar de ello hasta encontrar una soluci¨®n o, al menos, un alivio. Son estrategias diferentes, que requieren actitudes por parte del otro tambi¨¦n distintas y que no siempre son f¨¢ciles de prever. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a emociones positivas, lo que buscamos es celebrarlo conjuntamente. Se ve ante un ¨¦xito profesional, cuando los hijos te sorprenden con algo o cuando tu equipo de f¨²tbol ha ganado un t¨ªtulo.
La celebraci¨®n compartida sabe mejor, es m¨¢s plena. Y si tu pareja no te acompa?a en dicho momento parece que su ausencia pesa m¨¢s. Los motivos pueden variar desde tener criterios diferentes hasta estar demasiado enfrascado en los temas personales para ver m¨¢s all¨¢ de uno mismo o sencillamente, que el ¨¦xito despierte cierta envidia encubierta. Lo que sea. Pero si tenemos en cuenta los resultados de esta investigaci¨®n, en la medida en que sepamos acompa?ar en las emociones positivas a la otra persona, seremos capaces de reforzar nuestra relaci¨®n de pareja. Para ello, necesitamos entrenar la empat¨ªa positiva.
Primero, es necesario identificar qu¨¦ le ocurre al otro. Si solo estamos contemplando nuestro ombligo, ser¨¢ dif¨ªcil percibir emociones positivas o negativas en otra persona que no sea uno mismo. Necesitamos parar en alg¨²n momento nuestras rumias mentales, alzar la cabeza y preguntarnos: ?qu¨¦ le est¨¢ ocurriendo a mi pareja? Segundo, la empat¨ªa exige un inter¨¦s genuino y sincero por lo que le est¨¢ sucediendo a la otra persona, lo que requiere preguntar y escuchar, sin imponer opini¨®n. Y tercero, en caso de emociones positivas, cuando sepas de un ¨¦xito, es bueno darle pie a que hable de ello, sorprenderle con una celebraci¨®n o, si se trata de una historia divertida o de una afici¨®n, compartirla juntos.
En suma, cuando nos alegramos de verdad por lo que nuestra pareja consigue y disfruta, conseguimos reforzar el lazo que nos une y nos sentimos mejor con nosotros mismos. Como resumi¨® Mariano Yela, catedr¨¢tico de la Universidad Complutense (1921-1994): ¡°El amor no es necesario para vivir pero s¨ª para que merezca la pena vivir¡±. ?Feliz San Valent¨ªn!
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