Hegemon¨ªas ling¨¹¨ªsticas
Ahora una minor¨ªa pol¨ªtica (castellanohablante) se siente discriminada
![Clases de catalán en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NTWP4INYPNICCR6J6QGJBB2EOQ.jpg?auth=5efa60fdda2fb1f9080b0955be3fc5c3567af8f1a936099c2ad492e5796f04d1&width=414)
Las sociedades pluriling¨¹¨ªsticas son artefactos complicados de manejar. En ellas, conseguir un equilibrio razonable resulta harto dif¨ªcil, pues la tendencia tanto natural (por coordinaci¨®n) como pol¨ªtica (por poder) es que una lengua, y por tanto su grupo de hablantes, predomine sobre la otra.
As¨ª, el franquismo intent¨® imponer el espa?ol en Catalu?a. Despu¨¦s, ya en un r¨¦gimen democr¨¢tico, una mayor¨ªa prefiri¨® dar al catal¨¢n estatus preeminente. Pero ahora una minor¨ªa pol¨ªtica (castellanohablante) se siente discriminada. Adem¨¢s, ser parte de esa minor¨ªa tiende a estar relacionado con disponer de menos recursos y oportunidades.
Dos dimensiones se cruzan aqu¨ª. Primero, el equilibrio ling¨¹¨ªstico e identitario. Los catalanohablantes estuvieron d¨¦cadas bajo una discriminaci¨®n sistem¨¢tica y dictatorial, lo cual es argumento para el reequilibrio posterior. Pero si ahora la definici¨®n de minor¨ªa ha cambiado de bando, ?no ser¨ªa eso raz¨®n para reconsiderar la situaci¨®n, m¨¢s a¨²n cuando ya vivimos en democracia? ?O el peso de la historia es a¨²n demasiado grande?
La segunda dimensi¨®n es la inclusi¨®n socioecon¨®mica. Un sistema de inmersi¨®n completa en la lengua dominante puede mejorar las capacidades y oportunidades de la minor¨ªa. Puede, incluso, ser superior a un intento de biling¨¹ismo perfecto si prevemos que tal equilibrio ser¨¢ inestable. Pero si este es el criterio que se sigue, ?no se deber¨ªa priorizar la inmersi¨®n en la lengua dominante en cualquier lugar? En esta l¨ªnea, quien defienda la inmersi¨®n en catal¨¢n en Catalu?a por razones de igualdad y eficiencia se deber¨ªa plantear si hacer lo mismo con el castellano en otras autonom¨ªas. Y viceversa, claro.
No pretendo aqu¨ª ofrecer una respuesta a estos dilemas. Confieso que yo mismo no la tengo. S¨®lo me parece importante se?alar que estas son la clase de preguntas que debemos responder si queremos vivir en sociedades pluriling¨¹¨ªsticas relativamente arm¨®nicas y funcionales. Lo cual servir¨ªa tanto a una Espa?a unida como a una hipot¨¦tica Catalu?a independiente. Y demanda, eso s¨ª, no confundir consenso con hegemon¨ªa. @jorgegalindo
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