Mensaje embotellado
Volvamos al consumo l¨®gico de productos que no da?en el planeta ni tengan sustancias nocivas
En el meticuloso ritual de limpiar y ordenar los envases pl¨¢sticos se entremezcla una especie de inquietud. Leo en los noticieros que est¨¢n mandando a China cantidades ingentes de todo lo que diligentemente ponemos en los contenedores de reciclaje pl¨¢stico. Los chinos est¨¢n saturados con la p¨¦sima calidad de los residuos pl¨¢sticos que les llegan. Occidente, que es experto en esconder la basura, les env¨ªa infinidad de bloques inmensos de pl¨¢sticos prensados, y ellos, que ya tienen bastante con sus propios residuos, no pueden digerir los nuestros. Aunque se d¨¦ la paradoja de que originariamente muchos de esos pl¨¢sticos baratos y t¨®xicos han sido fabricados en ese pa¨ªs.
Es el momento de tomar decisiones contundentes y declararle la guerra al pl¨¢stico. Hubo un tiempo en el que los n¨¢ufragos pod¨ªan mandar mensajes de auxilio en botellas de cristal, y cruzaban mares transparentes y se depositaban en las orillas de las playas esperando que alg¨²n pescador o paseante los encontrara. S¨ª, las playas de nuestros abuelos ten¨ªan una arena fin¨ªsima y estaban adornadas de conchas, algas o caracolas.
Desde que comenz¨® el siglo XXI, el pl¨¢stico se ha adue?ado de los mares. Los residuos pl¨¢sticos invaden el planeta y marcan la est¨¦tica degradada de nuestra civilizaci¨®n. Es hora de rebelarnos y exigir nuevas din¨¢micas de protecci¨®n medioambiental que tengan un impacto real en los usos y costumbres cotidianas. Hay que volver al vidrio retornable obligatorio de las botellas y los frascos. Recuperar la sana costumbre de los cascos que se devolv¨ªan en las tiendas y formaban parte de una cadena de consumo l¨®gica y ordenada. Si no ponemos fin al consumo desbordado de envases y productos pl¨¢sticos que no somos capaces realmente de reciclar, les vamos a dejar un mundo basura a nuestros hijos donde el mar estar¨¢ asfixiado por nuestro genuino ego¨ªsmo. ?Te imaginas heredar una casa llena de basura imposible de eliminar y que encima no tengas otro lugar alternativo al que ir? Estamos imponiendo un paisaje mortal a nuestros descendientes, somos rastro de pl¨¢stico venenoso, y queremos que el apocalipsis suceda pronto y les toque a ellos.
La ciencia ha avanzado lo suficiente como para crear envases biodegradables en la industria alimentaria y materiales limpios en la industria textil. Volvamos al vidrio que se lava y se devuelve, volvamos al consumo l¨®gico de productos que no da?en el planeta ni tengan sustancias nocivas. Que nuestros descendientes no nos recuerden con asco porque les hemos condenado a una vida limpiando nuestra basura.
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