Mi perro no es gracioso, est¨¢ gordo

Las costillas de un perro sano se palpan con facilidad, su cintura est¨¢ ligeramente marcada y la zona lumbar es magra. ¡°La desaparici¨®n de cualquiera de estas caracter¨ªsticas es un signo de sobrepeso o, incluso, de obesidad¡±, apunta Manuel L¨¢zaro, portavoz del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. Este es uno de los trastornos m¨¢s frecuentes en los animales de compa?¨ªa y sus consecuencias en la salud son fulminantes. El mayor problema, sobre todo, es que les impide hacer lo que les gusta: galopar en el parque, cazar o destrozar calcetines. La mayor¨ªa de los humanos con los que conviven no son conscientes del problema hasta que es demasiado tarde. ¡°Muchos due?os creen que su mascota gordita es adorable¡±, explica Travis Brorsen, entrenador de perros estadounidense protagonista de Mascotas a dieta, un programa de televisi¨®n de Dkiss en el que educar¨¢ a los due?os buenos h¨¢bitos para que sus gatos y perros pierdan peso. Algo muy necesario en un pa¨ªs donde las cifras son alarmantes.

All¨ª, el 59% de los canes padece sobrepeso, de acuerdo con un estudio de la Asociaci¨®n para la Prevenci¨®n del Sobrepeso en Mascotas (APOP en sus siglas en ingl¨¦s). "Esos son 41,9 millones de animales que ven reducida su vida hasta dos a?os¡±, agrega Brorsen. Hasta un quinto de la vida de este animal dom¨¦stico. La cifra en el mundo ronda el 50%, de acuerdo con Mar¨ªa Pifarr¨¦, asesora del Consejo de Colegios Veterinarios de Catalu?a. En Espa?a, el ¨²nico dato lo arroja un estudio sobre 100 perros, realizado en la Universidad de Zaragoza. De ellos, 31 presentaba sobrepeso y 14 fueron considerados obesos. "En general la cifra es similar a la de la obesidad humana porque trasladamos a nuestras patolog¨ªas a las mascota"¡±, agrega la veterinaria.

La incidencia es incluso m¨¢s alta en los gatos: el 58,9% de los mininos tienen sobrepeso o sufren obesidad, aunque en el caso felino es m¨¢s complicado. ¡°No son tan expresivos como los perros y si tienen alguna dificultad tienden a quedarse quietos en el sof¨¢, lo que el propietario interpreta como un s¨ªntoma de placidez y bienestar¡±, a?ade L¨¢zaro. Los veterinarios consideran que un perro o un gato sufre obesidad cuando supera m¨¢s de un 10% su peso ideal.

?C¨®mo le afecta?

Al igual que en los humanos, la obesidad genera otras enfermedades. ¡°Las m¨¢s habituales son las afecciones respiratorios, osteoarticulares, cardiovasculares, urinarias, cut¨¢neas, puede tambi¨¦n derivar en trombosis, hipertensi¨®n, pancreatitis¡­¡±, enumera Pifarr¨¦. Todas estas complicaciones reducen sensiblemente su calidad de vida. Hasta dos a?os, seg¨²n los expertos, lo que puede suponer un quinto de su existencia. "Por eso, cuando el due?o detecte cualquier exceso de grasa o cualquier cambio en la conducta del animal debe llevarlo inmediatamente a su veterinario", recomienda Brorson.

El experto ser¨¢ quien determine si el sobrepeso o la obesidad proviene de causas internas: la vejez, la predisposici¨®n gen¨¦tica, trastornos endocrinos ¨Ccomo el hipotiroidismo-, la castraci¨®n -de acuerdo con varios expertos, aunque no hay consenso- o las alteraciones en la conducta ¨Cansiedad que intentan paliar comiendo-. O si se trata de una cuesti¨®n externa, como la falta de actividad o la sobrealimentaci¨®n. ¡°La vida cada vez m¨¢s sedentaria y el aporte de alimentos muy energ¨¦ticos y sabrosos parecen ser las claves¡±, a?ade Manuel L¨¢zaro.

Estas causas, generadas por malos h¨¢bitos diarios, son las que centran los esfuerzos de los veterinarios, y de Brorson, el entrenador de mascotas que, antes de Mascotas a dieta [que se estrena el domingo 18 de febrero a las 17.10 h. en Dkiss], present¨® Greatest American Dog, un reality para elegir al mejor perro de Estados Unidos.

¡°Muchos no se dan cuenta de la comida que dan a sus mascotas. Me he encontrado con familias en las que todos los miembros dan de comer al perro en el mismo d¨ªa por descoordinaci¨®n. Y todos lo hacen porque creen que as¨ª su mascota le querr¨¢ m¨¢s¡±, explica el entrenador. ¡°Nuestro objetivo es, por tanto, ayudar a los humanos a encontrar nuevas maneras de que sus mascotas les quieran¡±, a?ade. Esos humanos son los verdaderos huesos que roer. ¡°Muchos creen que el animal es vago porque no quiere moverse, pero el problema es que no puede¡±, apunta Brorson.

Los veterinarios se encuentran con el mismo problema. ¡°Muchos hay que creen que el animal goza de salud porque sigue comiendo¡±, asegura Pifarr¨¦ que ha vivido durante su carrera multitud de casos de due?os complicados. ¡°Ten¨ªamos unos clientes con una de las beagles m¨¢s adorables que hemos tenido, comenz¨® a venir de cachorrita y al a?o empez¨® a tener episodios de gastroenteritis. En seguida detectamos el sobrepeso. Al cabo de los a?os, empez¨® a venir a menudo por cojeras. Pesaba 26 kilos y su peso ideal rondaba los 15. Al insistirle en la necesidad de ponerle a r¨¦gimen, el propietario se enfad¨®, nos grit¨® que su perra estaba bien y se march¨®. No volvimos a saber nada de ninguno de los dos¡±, cuenta la veterinaria.

Super es un pastor belga, de 12 a?os, adoptado hace tiempo que lleg¨® a la consulta de Pifarr¨¦ con sobrepeso. ¡°Es muy simp¨¢tico y siempre tiene ganas de saludar a todo el mundo. Desconocemos su historial porque fue abandonado pero sabemos que tiene hipotiroidismo [una disminuci¨®n de la actividad de las tiroides] y un problema de artrosis, por lo que la p¨¦rdida de peso cuesta un poco m¨¢s¡±, expone Pifarr¨¦ que asegura que le cuesta moverse, le proporcionan medicaci¨®n para su enfermedad articular, lo que favorece la acumulaci¨®n de l¨ªquidos. "El resultado es que se alegra mucho cuando ve a la gente, pero no se levanta a saludarla del esfuerzo que supone", agrega.

La actividad y la felicidad son los dos s¨ªntomas de una mascota sana. Por eso, adem¨¢s de amor, conviene que los humanos animen a sus compa?eros cuadr¨²pedos a mover el esqueleto Tanto en casa, en el caso de los gatos, como se?uelos con plumas y juguetes, como con paseos y obst¨¢culos en el de los perros. ¡°Ayuda a que humano y animal se mantengan en forma y que puedan estrechar lazos para seguir siendo felices¡±, apunta Brorsen.