El ¡®proc¨¦s¡¯ y la funesta man¨ªa de pensar
Eugenio Tr¨ªas ya plante¨® algunas preguntas esenciales sobre la deriva independentista
La noche del 17 de agosto, cuando ardieron Cambrils y la Rambla de Catalu?a, escuch¨¦ decir a mi lado que el olvido ser¨ªa pronto el manto que silenciar¨ªa el estupor de los entierros.
Ya no se puede decir que lo que entonces parec¨ªa c¨ªnico no haya sido cierto luego. El reparto de culpas, seis meses m¨¢s tarde, reproduce aquellos escalofr¨ªos. Y no cesa de suceder ese griter¨ªo en busca de qui¨¦n fue m¨¢s culpable.
Hubo unos segundos de tregua, pero el proc¨¨s deb¨ªa seguir. Ya le creci¨® espuma a la expresi¨®n hoja de ruta, pero no importa: los que lanzaron las primeras piedras quieren ver hasta d¨®nde llega la piedra, no importa a qui¨¦n le d¨¦. Porque hacerla convivir con el presente hubiera reclamado cierta concordia. Pero no, todo sigui¨® siendo como lo vislumbraba aquel hombre que me pareci¨® desalmado y c¨ªnico la noche del 17 de agosto. La palabra di¨¢logo se dir¨¢ muy alto, pero ser¨¢ cosm¨¦tica.
La vida ha seguido ¡ªen puridad no acaba nunca¡ª, aunque en medio haya dramas y terremotos. De hecho, el 13 de enero de 2005, cuando todo estaba por hacer, un fil¨®sofo catal¨¢n, Eugenio Tr¨ªas, hizo estas preguntas, desde un art¨ªculo de prensa (¡®Defensa de las nacionalidades hist¨®ricas¡¯, en El Mundo), a sus conciudadanos independentistas. ¡°Ante actitudes independentistas¡±, escrib¨ªa Tr¨ªas, ¡°que se manifiestan como pac¨ªficas, o no violentas, siempre me pregunto lo mismo: ?Saben exactamente lo que quieren? ?Conocen las consecuencias de su orientaci¨®n y tendencia? ?Han reflexionado de verdad sobre lo que arriesgan? ?Se inspiran en un examen serio sobre las posibilidades reales que su proyecto independentista posee? ?Pueden vislumbrar, aunque sea de forma tentativa y aproximada, los modos, las rutas o los meandros posibles a trav¨¦s de los cuales su idea pol¨ªtica puede llegar a implantarse? ?Tienen en cuentan la situaci¨®n geopol¨ªtica en que Catalu?a y Euskadi se hallan? ?Son las suyas actitudes verdaderamente responsables?¡±.
El subrayado en responsables es del fil¨®sofo. Tr¨ªas muri¨® hace cinco a?os. Ahora ese texto est¨¢ en el medio de un libro de homenaje que el editor, Galaxia Gutenberg, y el hijo del autor, David Tr¨ªas, titularon La funesta man¨ªa de pensar. Es un buen t¨ªtulo habida cuenta de lo que pasa ahora con los que quisieron que la hoja de ruta saltara por encima de las preguntas. Renunciando a la funesta man¨ªa de pensar renunciaron a preguntarse esas cuestiones que enumeraba Eugenio Tr¨ªas. Y as¨ª estamos, culpables de silencio.
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