Todos somos beneficiarios de la UE
Empieza la batalla de los presupuestos de la Uni¨®n, crucial para los retos pol¨ªticos planteados
Muchos tenemos una experiencia directa de lo que se financia con el presupuesto europeo: los estudiantes conocen Erasmus, los agricultores la PAC, las universidades los programas de I+D, los centros de atenci¨®n social conocen el Fondo Social Europeo. Todos hemos utilizado infraestructuras financiadas por Europa.
Pero el presupuesto comunitario est¨¢ presente de forma menos visible: como catalizador de la cooperaci¨®n entre regiones y empresas, apoyando el liderazgo europeo en ayuda humanitaria y lucha contra el cambio clim¨¢tico o haciendo realidad proyectos inimaginables a nivel nacional, como el programa espacial Galileo. M¨¢s all¨¢ del valor a?adido econ¨®mico, el presupuesto tambi¨¦n sirve para proyectar nuestros valores comunes de solidaridad, paz, respeto de las minor¨ªas, sostenibilidad y cohesi¨®n social.
Cada siete a?os los Estados miembros tienen que lograr un acuerdo un¨¢nime sobre el marco financiero plurianual, que fija la financiaci¨®n de las distintas pol¨ªticas y los techos de gasto. La Comisi¨®n presentar¨¢ en mayo su propuesta para el pr¨®ximo periodo 2021-2027 y esta vez el proceso de negociaci¨®n tendr¨¢ lugar en un entorno pol¨ªtico sin precedentes.
El borrador de acuerdo para la gran coalici¨®n alemana incluye elevar la contribuci¨®n nacional al presupuesto comunitario
A la luz de las encuestas, los ciudadanos est¨¢n recuperando el optimismo sobre el futuro. Este sentimiento encuentra eco en la apuesta del presidente Macron y la canciller Merkel por un nuevo impulso europeo; el propio borrador de acuerdo para la coalici¨®n de gobierno en Alemania habla de subir la contribuci¨®n nacional al presupuesto comunitario.
Hace unas semanas el presidente Juncker y el comisario de Presupuestos Oettinger instaban a los Gobiernos a tener altura de miras: Europa le cuesta diariamente a cada ciudadano menos que una taza de caf¨¦, los logros de estas seis d¨¦cadas han sido posibles gracias a la puesta en com¨²n de un gasto p¨²blico equivalente al 1% del PIB comunitario y este no es un juego de suma cero, en el que unos pa¨ªses ganan solo si otros pierden. Todos somos beneficiarios netos de la Uni¨®n.
Es f¨¢cil hablar de ambici¨®n pero mucho m¨¢s dif¨ªcil traducirla en un acuerdo sobre el marco financiero. Esta negociaci¨®n es uno de los momentos cumbres de la UE, en que cada parte trata de obtener el mejor resultado seg¨²n sus prioridades y su opini¨®n p¨²blica nacional.
Pues bien, ?qu¨¦ cuestiones centrar¨¢n las discusiones esta vez?
Fiel reflejo de la realidad pol¨ªtica, el presupuesto deber¨¢ responder a dos retos principales. Por una parte, las expectativas crecientes de los ciudadanos sobre el papel de la Uni¨®n para proporcionar seguridad y prosperidad, proteger el modelo de econom¨ªa social de mercado sostenible y responder a la globalizaci¨®n o la digitalizaci¨®n. Las nuevas pol¨ªticas exigir¨¢n financiaci¨®n, si no queremos que se queden en papel mojado. Por otra parte, el Brexit supondr¨¢ la p¨¦rdida de un contribuyente importante.
La negociaci¨®n deber¨¢ responder a estos retos, probablemente mediante una combinaci¨®n de ingresos adicionales y reasignaci¨®n de fondos, sabiendo que las dos grandes partidas ¡ªagricultura y pol¨ªtica regional¡ª representan casi tres cuartas partes del total, aunque su peso se ha ido reduciendo a favor de nuevas ¨¢reas, como la investigaci¨®n.
Para preparar el terreno, los jefes de Estado y de Gobierno tratar¨¢n el tema en la cumbre informal de febrero en Bruselas. A partir de mayo, cuando la Comisi¨®n presente su propuesta, de ellos depender¨¢ el ritmo de la negociaci¨®n. Si deciden utilizar esta oportunidad como ejemplo de buena gobernanza de la Uni¨®n, los l¨ªderes europeos deber¨ªan implicarse desde el principio a alto nivel con miras a lograr un acuerdo para la primavera de 2019.
En todo caso, hay razones para pensar que esta negociaci¨®n no ser¨¢ como las anteriores. El entorno pol¨ªtico exige una reflexi¨®n en profundidad sobre las finanzas europeas de la que todos ¡ªno solo los beneficiarios directos¡ª somos part¨ªcipes.
Como muestra la historia reciente, no es posible generar ilusi¨®n y construir un proyecto com¨²n sobre el inter¨¦s puramente econ¨®mico o la fr¨ªa racionalidad de un balance entre ¡°qu¨¦ me llevo¡± o ¡°cu¨¢nto pago¡±; ni siquiera cuando ese balance es particularmente favorable gracias a un ¡°cheque¡± como el brit¨¢nico. La Uni¨®n Europea es m¨¢s que un mercado o una cuenta de resultados: es un proyecto fundado en valores que se traducen en pol¨ªticas y acciones concretas y en un presupuesto com¨²n, que no lo es todo, pero sin el cual pocos sue?os pueden hacerse realidad.
Nadia Calvi?o es directora general de Presupuestos en la Comisi¨®n Europea.
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