Paso a paso al infierno
Nos aterroriza la violencia que sufre M¨¦xico, pero en Europa tambi¨¦n operan las mafias y el dinero negro. Un Estado comienza su camino hacia el colapso cuando sus bases se pudren.
Viajo a menudo a M¨¦xico, una tierra que amo. Es un pedazo de pa¨ªs, con un poder¨ªo intelectual y creativo tremendo. Cuadruplica la extensi¨®n de Espa?a, posee m¨¢s de 120 millones de habitantes y su PIB (producto interior bruto) es el decimoquinto del ranking mundial, pero esa gran locomotora corre el peligro de descarrilar por el acoso del crimen organizado. En 2017 padecieron 29.168 muertes violentas, la cifra m¨¢s alta desde que empezaron a publicar el n¨²mero de homicidios hace 20 a?os. De hecho, han superado al anterior a?o m¨¢s sangriento, 2011, por 6.600 cad¨¢veres. Estos pavorosos n¨²meros suponen m¨¢s de 80 asesinatos al d¨ªa. A los que hay que a?adir secuestros y otros cr¨ªmenes. Es el infierno.
Desde Europa, desde Espa?a, contemplamos toda esa violencia con algo que yo dir¨ªa que es una mezcla de pena, miedo y fascinaci¨®n. Y con unas grandes dosis de paternalismo. El problema del narcotr¨¢fico y de los Estados fallidos que son incapaces de mantener el orden nos parece m¨¢s bien propio de Latinoam¨¦rica o al menos de algunos pa¨ªses en Latinoam¨¦rica. Es algo que no nos compete, que nos resulta impensable en nuestra tierra. Qu¨¦ terrible error el de creernos a salvo. Ver¨¢n, el infierno siempre empieza poco a poco. Con unas peque?as llamas que nadie se molesta en apagar. M¨¦xico, lo mismo que Colombia o que cualquier otro lugar torturado por las mafias, son cuerpos sociales que fueron enfermando. La perdici¨®n de esos hermosos pa¨ªses comenz¨® alg¨²n d¨ªa.
Hace apenas un mes, en La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz), la polic¨ªa persigui¨® a un hombre fichado por tr¨¢fico de drogas. El tipo iba en moto y tuvo un accidente; sufri¨® una fractura abierta en la pierna, de modo que, tras detenerlo, lo llevaron directamente al hospital. Acababan de llegar a urgencias cuando varios todoterrenos frenaron aparatosamente ante la puerta y una veintena de encapuchados irrumpieron en el hospital, forcejearon con los dos polic¨ªas que custodiaban al preso y se llevaron al herido, mientras enfermeros y pacientes, empavorecidos, se escond¨ªan o saltaban por encima de los mostradores. Al parecer (lo cont¨® Chema Rodr¨ªguez en El Mundo) el narco rescatado era el lugarteniente de una banda dirigida por dos hermanos, los Casta?itas. ?No les suena esta escena? ?No parece sacada de una de esas pel¨ªculas de Pablo Escobar que tanto nos entretienen? Por cierto que el herido ten¨ªa el f¨¦mur asomando, de modo que quienes se lo llevaron le han tenido que facilitar ayuda m¨¦dica. Quiero decir que este tipo de delincuencia posee una estructura compleja y tent¨¢culos que se extienden por la sociedad, cada vez m¨¢s hondos y m¨¢s lejos.
Un Estado comienza su camino hacia el colapso cuando sus bases se pudren. Las nuestras est¨¢n bastante carcomidas y nadie parece tom¨¢rselo muy en serio.
Se dir¨ªa que en La L¨ªnea de la Concepci¨®n hay una zona candente del narcotr¨¢fico en Espa?a. Cuenta J. J. G¨¢lvez en EL PA?S que all¨ª operan m¨¢s de 30 mafias organizadas con ganancias que exceden los 325 millones de euros al a?o. Pero lo temible es que no es s¨®lo La L¨ªnea. Ni siquiera es s¨®lo Espa?a. En mayo de 2017, la Europol, la agencia policial de la UE, sac¨® su segundo estudio sobre el crimen organizado. Hay m¨¢s de 5.000 grupos criminales compuestos por ciudadanos de 180 nacionalidades, aunque el 60% procede de la UE. Javier Rivas dice en EL PA?S que el narcotr¨¢fico es su principal negocio (mueven 24.000 millones de euros anuales), seguido por el tr¨¢fico de migrantes irregulares (unos 5.000 millones de euros), trata de seres humanos, cibercrimen y bandas de delincuentes contra la propiedad. La Europol advierte: ¡°El crimen organizado supone una amenaza clave para la seguridad de la UE¡±.
S¨ª, el infierno empieza as¨ª, poquito a poco, alimentado por el flujo incesante del dinero sucio. Y ya ven, a m¨ª me aterra cruzar estos datos de las mafias con el nivel de corrupci¨®n latente en Espa?a. Es dif¨ªcil de creer que todos esos alcaldes, concejales, diputados, dirigentes de los diversos partidos y cargos p¨²blicos que tienen tanta facilidad para robar puedan defendernos de los narcos o vayan a tener reparos morales a la hora de beneficiarse de los muchos millones que las mafias mueven. Un Estado comienza su camino hacia el colapso cuando sus bases se pudren. Las nuestras est¨¢n bastante carcomidas y nadie parece tom¨¢rselo muy en serio.
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