China retrocede con Xi

La propuesta del Comit¨¦ Central del Partido Comunista de eliminar el l¨ªmite de dos mandatos de cinco a?os del presidente de China constituye un paso atr¨¢s que rompe con 30 a?os de gesti¨®n colectiva y sucesiones ordenadas en el poder. La modificaci¨®n constitucional ¡ªque sin duda ser¨¢ aprobada por una mayor¨ªa abrumadora la pr¨®xima semana, en la sesi¨®n anual de la Asamblea Nacional Popular¡ª abre la puerta a la perpetuaci¨®n en el poder de Xi Jinping.

China ha logrado un impensable equilibrio hace pocas d¨¦cadas entre dictadura comunista y econom¨ªa de mercado. En la toma de decisiones pol¨ªticas conviven diferentes corrientes ¡ªa veces opuestas¡ª, aunque sea bajo el paraguas del Partido Comunista. Estas diferencias internas se dan en todos los sectores estrat¨¦gicos y, hasta ahora, han permitido debatir el grado de apertura pol¨ªtica o econ¨®mica o la pol¨ªtica exterior y de seguridad. Una de las claves que ha permitido que esas diferencias coexistan era la posibilidad de renovar al l¨ªder del pa¨ªs ¡ªy, por ende, a buena parte de los c¨ªrculos influyentes¡ª al cabo de diez a?os. La China de hoy no es una democracia, pero tampoco es la dictadura de culto semidivino ejercida por Mao Zedong (1943-1976). Gracias a las reformas econ¨®micas impulsadas por Deng Xiaoping y sus sucesores, el pa¨ªs ha conseguido salir de un atraso tercermundista para convertirse en una potencia mundial de primer orden. El pragmatismo chino ha permitido, adem¨¢s, la convivencia del sistema comunista con el sistema de autonom¨ªa local vigente en Hong Kong y Macao.

Ignorando el legado de Deng, Xi se dispone a incorporar al ordenamiento constitucional chino sus principios pol¨ªticos. Con la reelecci¨®n indefinida, explicada oficialmente como necesaria para garantizar la estabilidad, se acaba con cualquier asomo de pluralidad dentro del partido. Se trata de un importante y preocupante retroceso.