Soy pesimista

Un amigo me dijo el otro d¨ªa: ¡°No me negar¨¢s que en Catalu?a las cosas van mejor que hace cinco meses¡±. Desde luego, no lo negar¨¦. Sobre Catalu?a ya no niego, ni afirmo, nada. Es una continua caja de sorpresas. Pero albergo muchas dudas de que all¨ª las cosas est¨¦n mejorando.

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En efecto, en septiembre y octubre hubo un intento, algo rid¨ªculo, de golpe de Estado cuyo protagonista fue el Gobierno de la Generalitat. No fue una asonada militar a la antigua usanza. Fue un golpe blando, tecnol¨®gico, postmoderno, se utiliz¨® m¨¢s la astucia que la violencia, como Ulises entrando en Troya. Pero fue un golpe de Estado: se quer¨ªa sustituir un orden legal democr¨¢tico por medios ilegales.

Con raz¨®n, aunque tarde y mal, se aplic¨® el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. Tarde porque el derecho sirve para prevenir y s¨®lo en ¨²ltimo t¨¦rmino para curar. Mal porque no se deb¨ªan convocar elecciones a la vez que se decretaba la intervenci¨®n: el ¨²nico programa electoral de los partidos independentistas fue ¡°?libertad para los presos pol¨ªticos!¡±, una mentira directa al coraz¨®n. Dejar pasar un tiempo con la Generalitat intervenida, averiguar todos los entresijos de la trama golpista, esperar a que se pronunciaran las sentencias y entonces convocar elecciones hubiera sido m¨¢s inteligente. Falt¨® cuajo, sobr¨® miedo. La culpa no fue solo del Gobierno, tambi¨¦n del PSOE y de Ciudadanos.

Las elecciones del 21-D, con r¨¦cord de participaci¨®n, repitieron m¨¢s o menos los resultados de las anteriores de 2015, al menos en la relaci¨®n entre separatistas y unionistas. Adem¨¢s, mostraron la gran fisura de la sociedad catalana, Tabarnia y el resto, con incrustaciones de unos y otros en cualquier parte del territorio: una aut¨¦ntica divisi¨®n existencial entre catalanes.

Tras m¨¢s de dos meses, estamos donde est¨¢bamos, lo cual implica que estamos peor: hay pocas esperanzas para unas nuevas elecciones que cambien la correlaci¨®n de fuerzas, los independentistas acabar¨¢n entendi¨¦ndose y, lo m¨¢s probable, apoyados por los comunes/Podemos en lugar de la CUP.

Ma?ana empieza el teatro de la investidura, de momento a la mayor gloria de Puigdemont, que quiere ejercer de reina madre desde Waterloo. Desfilar¨¢n como candidatos todos los procesados y a punto de inhabilitar para demostrar la implacable persecuci¨®n espa?ola. Lazos amarillos, guerrilla urbana, adoctrinamiento en los medios de comunicaci¨®n, mentiras en las redes sociales. El proceso sigue, por ahora no parar¨¢. Mientras, Catalu?a y Barcelona est¨¢n entrando en una clara decadencia, Espa?a quedar¨¢ tocada, el nacionalismo nunca falla.

Ojal¨¢ me equivoque pero soy pesimista.