Queridas ling¨¹istas
La realidad est¨¢ cambiando y ahora es dif¨ªcil dar una clase de Ling¨¹¨ªstica sin mencionar a alguna investigadora actual
Como un r¨ªo que nace y se agota, una noticia podr¨ªa cartografiarse desde su g¨¦nesis hasta su extinci¨®n u olvido. Si la actualidad se mirase como un atlas, los mapas mostrar¨ªan dos clases de r¨ªos. Est¨¢, por un lado, el de las noticias que brotan repentinas, inesperadas: fallecimientos, el accidente desgraciado, lo que alguien dice o hace; y est¨¢, por otro lado, el r¨ªo de las noticias esperadas, las que podemos anticipar: el aniversario de una muerte, la celebraci¨®n de una efem¨¦ride, el D¨ªa-de-Algo que se celebra en una fecha espec¨ªfica a?o tras a?o. A veces los r¨ªos se entrecruzan, sin que sepamos cu¨¢l es el principal y cu¨¢l es el afluente; se encuentran, en eso que la hidrolog¨ªa llama bellamente la ¡°confluencia¡±.
Eso ocurri¨® este a?o con el 11 de febrero, D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia, y eso va a ocurrir con el 8 de marzo, D¨ªa Internacional de la Mujer. Ambas celebraciones se encuentran este a?o con el ambiente medi¨¢tico emanado de la etiqueta #MeToo y de su consecuencia de mayor alcance, los manifiestos en torno al admirable Time¡¯s Up. Los actos del 11 de febrero nos familiarizaron con encomiables figuras de bi¨®logas, qu¨ªmicas o ingenieras espa?olas. Sus trayectorias repiten esquemas similares: fatigoso acceso a ¨¢mbitos t¨ªpicamente masculinos, reservas hacia su capacidad y el fren¨¦tico funambulismo de equilibrar la carrera investigadora y vida familiar en el pa¨ªs con los peores horarios para la conciliaci¨®n. No son distintos los inconvenientes con que se han enfrentado otras mujeres cient¨ªficas a las que, tristemente, un a?o m¨¢s se dej¨® pr¨¢cticamente fuera de ese r¨ªo de reivindicaciones: arque¨®logas, ling¨¹istas, traduct¨®logas, historiadoras... mujeres ¡°de letras¡± que tambi¨¦n hacemos ciencia y que vemos con algo de escepticismo un d¨ªa en el que ni nosotras ni nuestras antecesoras somos evocadas. Y eso que, en muchos casos, trabajamos en disciplinas a las que las mujeres accedieron antes y con mayor facilidad que en las ¨¢reas tenidas como protot¨ªpicamente cient¨ªficas y t¨¦cnicas.
Apremiar a reconstruir la historia de la mujer en el ¨¢mbito de las Humanidades es en s¨ª mismo un objetivo cient¨ªfico, de descripci¨®n historiogr¨¢fica. La investigaci¨®n sobre la mujer en la historia de la ling¨¹¨ªstica, por ejemplo, fue tema de un coloquio que se celebr¨® en la Royal Society de Londres en 2016, y a los resultados del coloquio se han sumado otros textos. La Linguistics Society of America ha hecho su propio informe sobre la historia de las mujeres en la instituci¨®n desde su fundaci¨®n en 1924. Salen de ¨¦l datos llamativos y algunos, pese a su aparente nimiedad, muy reveladores: en las revistas cient¨ªficas norteamericanas de mitad de siglo se citaba en la bibliograf¨ªa a las investigadoras con su tratamiento (Miss, Mrs), sin que se consignase nada parecido con los varones.
Apremiar a reconstruir la historia de la mujer en el ¨¢mbito de las Humanidades es en s¨ª mismo un objetivo cient¨ªfico
Pero no solo estamos hablando de hacer una historia de la ciencia m¨¢s inclusiva y amplia, sino de volver a los trabajos y hallazgos de las mujeres que fueron pioneras en un ¨¢mbito cient¨ªfico, porque tal vez sus trabajos merecieron m¨¢s citas y mayor presencia en las aulas universitarias y en la bibliograf¨ªa. Pensaba estos d¨ªas en las queridas fil¨®logas espa?olas de otro tiempo. Hemos recuperado, s¨ª, la memoria de la lexic¨®grafa y bibliotecaria Mar¨ªa Moliner, autora de un diccionario original y s¨®lido. Pero otros nombres muy destacados siguen siendo conocidos solo para los muy iniciados, como el de Mar¨ªa Goyri (1873-1954), autora de p¨¢ginas brillantes de investigaci¨®n sobre el romancero hisp¨¢nico. Fue la primera mujer que estudi¨® en la Facultad de Filosof¨ªa y Letras, donde una rutina escalofriante la obligaba a acudir al aula acompa?ada de un conserje que la escoltaba tambi¨¦n en los descansos entre clases. Conocemos por alguna cr¨®nica de la ¨¦poca su capacidad cr¨ªtica; reclam¨® en una tertulia con Emilia Pardo Baz¨¢n la necesidad de brindar a la mujer de su tiempo una educaci¨®n integrada y no limitada. Una figura intelectual de esa altura hoy es conocida meramente por haber sido la mujer de un colosal maestro como Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal. Y con el nombre de Goyri, vienen al recuerdo el de otras fil¨®logas empeque?ecidas por la historia, como la dialect¨®loga y autora literaria Josefa Canellada, Jimena Men¨¦ndez Pidal, Carmina Pleyan i Cerd¨¤ o las muchas mujeres que participaron en campa?as y colonias de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Sus art¨ªculos y libros apenas ser¨¢n citados en los grados y m¨¢steres universitarios dedicados a la lengua y la literatura. Poco nos hablaron de ellas en nuestro periodo formativo. El r¨ªo del 11 de febrero no las reflej¨® tampoco. Se han reproducido los mismos silencios.
La realidad est¨¢ cambiando y ahora es dif¨ªcil dar una clase de Ling¨¹¨ªstica sin mencionar un proyecto, un corpus, un art¨ªculo, una hip¨®tesis debidos a alguna investigadora actual. Me parece tan com¨²n citar a ellas como a ellos en mis clases, y nunca he interiorizado (ser¨ªa horrible) la necesidad de hacer un discurso paritario en los referentes que menciono a los estudiantes. Estos estudiantes son, por cierto, mayoritariamente mujeres, como ha sido habitual en las carreras de Letras desde hace a?os.
Mar¨ªa Goyri reclam¨® en una tertulia con Emilia Pardo Baz¨¢n la necesidad de brindar a la mujer de su tiempo una educaci¨®n integrada y no limitada
La confluencia de r¨ªos hace m¨¢s caudalosas las aguas, m¨¢s profundas y tambi¨¦n m¨¢s revueltas. Del fango se han rescatado tremendos casos de acoso. Pero tambi¨¦n se puede hacer emerger mucho de lo valioso que permanece sumergido, como los nombres de estas mujeres cient¨ªficas. Rescato sus nombres y dedico sus obras a mis alumnas actuales y a las de otros cursos: algunas se habr¨¢n convertido en profesoras y habr¨¢n tenido que lidiar con el inquietante machismo que se detecta en las aulas de Secundaria. Recuerdo a estas mujeres para que las tengan presentes tambi¨¦n mis doctorandas, cuya apuesta por la maternidad implicar¨¢ conciliar el sentimiento de culpa con la visi¨®n de los trenes que se marchan.
Traigo estos nombres para mis compa?eras y para m¨ª misma, porque habremos de tener presentes las historias de estas mujeres silenciadas que no tuvieron la invitaci¨®n para dar una plenaria en un congreso o la oportunidad de hacer una estancia de investigaci¨®n que nosotras s¨ª disfrutamos. Y las evoco, en fin, para que no se las vuelva a olvidar en los 11 de febrero y los 8 de marzo que vengan.
Bienvenidos sean estos r¨ªos y todos sus afluentes.
Lola Pons Rodr¨ªguez es profesora de Historia de la Lengua en la Universidad de Sevilla.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.