Lo real, lo simb¨®lico y lo provocativo

Hoy, por fin, hay convocado un pleno en el Parlamento de Catalu?a. Sus se?or¨ªas van a tener la oportunidad de debatir (o no) e incluso de votar algo. Todav¨ªa no se sabe con detalle qu¨¦ van a votar y si las propuestas entrar¨¢n en el terreno de la realidad, de la simbolog¨ªa o de la pura provocaci¨®n. Llevamos meses en los que la pol¨ªtica catalana transcurre por unos derroteros m¨¢s cercanos a la ficci¨®n que a lo real.

Los tres partidos del bloque independentista llevan semanas anunciando acuerdos que luego se quedan en nada, mientras el expresidente de la Generalitat sigue manejando los hilos desde Bruselas, adonde se fug¨® para no ser detenido y juzgado. Superando todos los l¨ªmites del surrealismo, Carles Puigdemont ha querido ser investido por v¨ªa telem¨¢tica o a trav¨¦s de un ventr¨ªlocuo; y, tras darse cuenta de que no era posible, ha planteado la v¨ªa simb¨®lica. La misma que han utilizado buena parte de los secesionistas imputados para intentar evitar el juicio.

En medio de los ejes de lo real y de lo simb¨®lico, volvi¨® a aparecer el martes la v¨ªa de la provocaci¨®n. La CUP puso como condici¨®n para apoyar una investidura que se ratifique la declaraci¨®n de independencia. Es decir, que se vuelva a provocar una ilegalidad similar a la que motiv¨® la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. ?Se votar¨¢ hoy otra DUI, real o simb¨®lica? ?Cruzar¨¢ Roger Torrent, presidente del Parlamento, la l¨ªnea roja de la Ley como hizo su antecesora imputada?

Llevamos demasiados meses con m¨¢s preguntas que respuestas, mientras Catalu?a sigue sufriendo los efectos del separatismo. Adem¨¢s del estancamiento econ¨®mico y de la salida de empresas, Barcelona ha perdido ya la sede de la Agencia Europea del Medicamento y est¨¢ poniendo en peligro la continuidad del Mobile World Congress. La pataleta de Torrent y de la alcaldesa, Ada Colau, de no acudir a la l¨ªnea de saludo del Rey, unida a las manifestaciones en la calle, adem¨¢s de ser una provocaci¨®n in¨²til supone tirar piedras contra su propio tejado.

A pesar de que las encuestas confirman que el independentismo est¨¢ perdiendo fuelle,existen en Catalu?a un buen n¨²mero de secesionistas a tiempo parcial. Son personas y grupos emboscados (Podemos, por ejemplo) que a veces se quitan la careta y apoyan sin reparos al separatismo. Y luego est¨¢n los equidistantes, que se ofenden desde sus p¨²lpitos, sus redes sociales o sus micr¨®fonos cuando se cuenta lo que est¨¢ pasando en Catalu?a. Pero esa es otra historia.