Los pol¨ªticos y la educaci¨®n p¨²blica

Tienen los metros cuadrados que a mi instituto le faltan, tienen la luz que la clase de abajo no tiene, tienen la calefacci¨®n que en mi clase en invierno no hay; sus hijos, a los que no culpo, quiz¨¢ tengan el ordenador que falta en m¨¢s de una clase, tienen la fibra ¨®ptica que falta en mi centro, tienen los recursos tras sus muros que podr¨ªan ayudar a tener una educaci¨®n p¨²blica digna. Doy clase en un zulo con luz, en un edificio del siglo XIX que no s¨¦ si pasar¨ªa una revisi¨®n en las medidas de seguridad, con unas escaleras resbaladizas, en un aula sin ordenador y en invierno con la suerte de estar en la ¨²ltima planta donde calienta algo el sol. Vivo en una clase de 30 personas, dando gracias por no estar en una de 40 donde, adem¨¢s de fr¨ªo, la ac¨²stica impide que se pueda o¨ªr lo que dice el profesor. Decimos vivir en una sociedad moderna, pero esto embiste de lleno con el retroceso que hay en la educaci¨®n p¨²blica, sin meterme en la ci¨¦naga que supone hablar de que cada curso es m¨¢s temario en menos tiempo con malos y escasos recursos en una clase de treintaitantos.¡ª Luis Barrag¨¢n Haro. Alcorc¨®n (Madrid).

?