Por un solo mercado laboral

En nuestro mercado laboral hay dos clases de ciudadanos: de primera y de segunda. Ciudadanos haciendo trabajos id¨¦nticos con dos niveles de protecci¨®n legal completamente diferentes.

En 2017, el 90% de los nuevos contratos fueron temporales. Uno de cada cuatro ten¨ªa duraciones menores a una semana. Seis millones de espa?oles no llegaron a cobrar el equivalente al salario m¨ªnimo anual (10.200 euros). Son muchos los espa?oles, especialmente j¨®venes y mujeres, que no pueden desarrollar una carrera profesional digna, independizarse o formar una familia. Ven ahogadas sus aspiraciones de tener un proyecto de vida. Son tratados como ciudadanos de segunda.

De esta forma, Espa?a ve torpedeado su propio proyecto de pa¨ªs. Porque cuando hablamos de precariedad laboral no hablamos ¨²nicamente de contratos, sino de unos efectos negativos que repercuten en toda la sociedad: crecimiento econ¨®mico, natalidad, conciliaci¨®n laboral, pensiones e igualdad entre hombres y mujeres. Es una situaci¨®n inaceptable.

Para entender esta dualidad entre derechos laborales hay que partir de la distinci¨®n que hace nuestra legislaci¨®n. Desde 1984 atendemos a dos modalidades contractuales: los contratos con vocaci¨®n permanente y aquellos con vocaci¨®n temporal. Estos dos contratos est¨¢n destinados a dos tipos de necesidades diferentes: permanentes y temporales.

Estos 34 a?os nos han mostrado que es imposible distinguir las necesidades temporales de las permanentes. Las empresas usan el contrato que les resulta m¨¢s econ¨®mico en cada momento. Y dada la complejidad de nuestra legislaci¨®n laboral y el deseo razonable de las empresas de no meterse en l¨ªos, estas usan, en gran parte de los casos, la modalidad m¨¢s sencilla: el contrato temporal. Esto se ha traducido en una discriminaci¨®n efectiva en la mayor parte de los casos.

Planteamos un contrato unificado indefinido, una mochila de derechos y un bonus en funci¨®n de la estabilidad

Para acabar con esta discriminaci¨®n hemos presentado un proyecto de ley contra la precariedad. Una reforma ambiciosa, justa y viable que mejora los derechos de todos los trabajadores, les da estabilidad en el empleo y aumenta la competitividad de nuestras empresas.

Habr¨¢ un solo contrato de trabajo, indefinido, sin fecha de caducidad, con 20 d¨ªas de indemnizaci¨®n por despido (33 por despido improcedente), como tienen ahora los indefinidos. Adem¨¢s de simplificar la contrataci¨®n, eliminando el carrusel de bonificaciones por conversiones y las decenas de modalidades contractuales, el contrato dar¨¢ m¨¢s flexibilidad y seguridad jur¨ªdica a aquellas empresas, pymes y aut¨®nomos que generan empleo. Solo se mantendr¨¢n los contratos temporales por formaci¨®n o sustituci¨®n.

Nuestra ley introduce una mochila de derechos portables que permite que los trabajadores acumulen sus derechos cuando cambien de trabajo. A diferencia de lo que sucede ahora, los derechos laborales (antig¨¹edad) ser¨¢n del trabajador y se los llevar¨¢ consigo al cambiar de trabajo. Se acab¨® el quedarse amarrado a un puesto en el que el trabajador es infeliz para preservar la antig¨¹edad, o el dejar de trabajar para ¡°forzar el despido¡±. Para la empresa, la mochila permite hacer una mejor previsi¨®n de los costes laborales, provisionando desde el primer d¨ªa una parte del coste y evitando que muchas empresas cierren por no poder hacer frente a despidos cuando viene una crisis econ¨®mica. As¨ª, la mochila de derechos permite a las empresas ir guardando ese dinero y se convierte en un seguro anticrisis.

Nuestra reforma introduce bonificaciones para las empresas que, dentro de su sector, menos rotaci¨®n laboral induzcan. La empresa que despide crea costes sociales, y la que despide menos debe beneficiarse por ello.

El empleo es el gran fracaso de nuestra democracia. La tasa media de paro con Gobiernos socialistas y conservadores se sit¨²a alrededor del 18%. Son cifras inaceptables y muy por encima de la media europea. Nadie hasta la fecha ha ofrecido mejor reforma que derogar las reformas laborales anteriores. Ning¨²n partido ha ofrecido mejorar la protecci¨®n de los trabajadores, ni soluciones a los retos del trabajo que plantean la globalizaci¨®n o los nuevos modelos de negocio digitales.

Con los tres elementos que plantea Ciudadanos ¡ªun contrato unificado indefinido, una mochila de derechos y un bonus en funci¨®n de la estabilidad¡ª, el mercado laboral ser¨ªa m¨¢s estable, y la vida, m¨¢s previsible. No habr¨¢ ciudadanos de primera y de segunda en el empleo. Es el momento de actuar y situar a Espa?a en el lugar que merece, liderando un empleo de calidad para el siglo XXI.

Albert Rivera es presidente de Ciudadanos.