Ni?os que se inician en el sexo a trav¨¦s de la pornograf¨ªa
Los casos de abusos entre escolares plantea la necesidad de revisar la educaci¨®n sexual de los menores
?Fen¨®meno puntual o s¨ªntoma de una preocupante tendencia? Las ¨²ltimas noticias sobre agresiones sexuales en grupo por parte de escolares que tienen como v¨ªctimas a otros escolares deber¨ªan encender las alarmas. Podr¨ªan ser sucesos puntuales, pero tambi¨¦n podr¨ªa ser que fuera la expresi¨®n de una corriente subterr¨¢nea que emerge por saturaci¨®n aqu¨ª y all¨¢, de la que resulta dif¨ªcil calibrar la fuerza que lleva el caudal oculto.
La violaci¨®n de un ni?o de 9 a?os en Cazorla por parte de cuatro compa?eros de entre 12 y 14 a?os y la violaci¨®n en grupo de una chica de 16 en Ja¨¦n por parte de cinco j¨®venes, tres de ellos menores, o la violaci¨®n de dos mujeres por parte de un chico de 16 a?os en Sevilla son los ¨²ltimos casos conocidos de un fen¨®meno, el de los delitos sexuales cometidos por ni?os y adolescentes, que seg¨²n la Fiscal¨ªa de Menores va a m¨¢s. En 2016 se registraron 1.271 delitos y fueron detenidos 433 menores de entre 14 y 17 a?os, 70 de ellos por violaci¨®n. Esa cifra supone un aumento del 16,1% respecto al a?o anterior.
A la espera de estudios acad¨¦micos y sociol¨®gicos precisos sobre la naturaleza y las causas de este aumento, tenemos ya algunos indicios preocupantes sobre las deficiencias de la educaci¨®n emocional de los chicos y las chicas. Las encuestas del CIS y otros estudios muestran que los estereotipos machistas est¨¢n a¨²n muy vivos entre los j¨®venes y que la idea del amor rom¨¢ntico rebrota tambi¨¦n con fuerza entre muchas chicas. Pero lo que parece ser un factor importante en ciertas expresiones extremas de violencia sexual es la forma en que los j¨®venes descubren y se inician ahora en el sexo. La mayor¨ªa de ellos lo descubre en Internet, y muchos a trav¨¦s de la pornograf¨ªa. Una investigaci¨®n reciente ha revelado que el 20% de los ni?os de 11 y 12 a?os han practicado sexting, es decir, se han intercambiado fotos de contenido sexual. Pero lo que puede ser m¨¢s devastador para su equilibrio emocional es el acceso sin restricciones a un tipo de pornograf¨ªa que cada vez cultiva menos el erotismo y m¨¢s el instinto animal.
Algunos estudiosos sobre la evoluci¨®n de este g¨¦nero alertan de que, en la b¨²squeda de un mayor impacto comercial, se ofrecen im¨¢genes cada vez m¨¢s fuertes y extremas. De hecho, la pornograf¨ªa est¨¢ evolucionando hacia representaciones de la sexualidad en las que abundan comportamientos brutales, de sadismo y dominaci¨®n en los que con frecuencia aparece alg¨²n tipo de violencia f¨ªsica. La pornograf¨ªa es la primera v¨ªa de acceso al conocimiento de la sexualidad para muchos ni?os, y eso ocurre adem¨¢s a unas edades en las que carecen de madurez emocional para poder contextualizar y gestionar lo que est¨¢n viendo. No es extra?o pues que, en alg¨²n momento, lo aprendido a trav¨¦s de esas im¨¢genes se traslade tambi¨¦n a su comportamiento.
Muchos padres ni se imaginan qu¨¦ ven sus hijos en su ordenador. Si les preguntaran c¨®mo querr¨ªan que se iniciaran en el sexo, muchos dir¨ªan seguramente que con las caricias de un compa?ero o compa?era amorosos y comprensivos. Pero no es as¨ª. Muchos se adentran en el sexo en solitario, sin ninguna ayuda de un adulto y emocionalmente indefensos, con im¨¢genes de una sexualidad reducida al puro instinto, con grandes dosis de dominaci¨®n masculina y carentes de cualquier atisbo de ternura o amor.
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