?Pero realmente hacen falta 15 personas para escribir la canci¨®n del verano?
La nueva forma que tiene la industria musical de producir sus ¨¦xitos escama a la cr¨ªtica y enfurece a algunos artistas, que est¨¢n pidiendo m¨¢s independencia y poder de decisi¨®n
Hicieron falta seis personas para escribir la canci¨®n m¨¢s exitosa de 2017, Shape of you de Ed Sheeran. Hicieron falta tres para escribir la segunda, Despacito, de Luis Fonsi, que se convirtieron en seis cuando Justin Bieber a?adi¨® unos versos a la letra (que nunca se lleg¨® a aprender: en mayo de 2017 se olvid¨® de ella durante un concierto y en junio directamente dijo al p¨²blico "no puedo cantarla, ni siquiera me la s¨¦"). Ninguna de las cuarenta canciones m¨¢s exitosas del planeta en 2017, seg¨²n la lista que elabora Mediatraffic, fue compuesta por una sola persona.
Quedan lejos los tiempos en los que Amy Winehouse compon¨ªa en solitario ¨¦xitos globales. O los de los d¨²os de composici¨®n establecidos como Burt Bacharach y Hal David, Elton John y Bernie Taupin o Lennon y McCartney. "Antes las discogr¨¢ficas estaban dirigidas por compositores", cuenta Mauro Canut, autor de algunas de las canciones m¨¢s famosas del pop en espa?ol como Mi novio es un zombie. "Ahora las dirigen hombres de negocios que lo mismo podr¨ªan vender m¨²sica que coches o seguros. Antes contrataban a nuevos talentos compositores que trabajaban en sus propias oficinas como un empleado m¨¢s. Hoy, m¨¢s importante que la melod¨ªa y la letra es que el sonido encaje con lo que est¨¢ de moda en las radios. Por eso no hay compositores famosos, como en su d¨ªa?Leiber y Stoller con Elvis o?Holland-Dozier-Holland en la Motown, sino productores famosos. Aviicii, David Getta, Mark Ronson... sus nombres venden tanto o m¨¢s que el del propio artista".?
Ninguna de las cuarenta canciones m¨¢s exitosas del planeta en 2017, seg¨²n la lista que elabora Mediatraffic, fue compuesta por una sola persona
Un ejemplo claro y a¨²n vigente del devenir de la industria es Madonna. Sus ¨¢lbumes m¨¢s exitosos y mejor recibidos por la cr¨ªtica fueron aquellos en los que trabaj¨® casi en exclusiva con un ¨²nico compositor para crear un sonido y una tem¨¢tica coherente. Lo hizo con Patrick Leonard en Like a prayer o con William Orbit en Ray of Light, por ejemplo.?El panorama cambi¨® en la nueva d¨¦cada. En MDNA (2012) hab¨ªa temas compuestos por ocho personas. En Rebel Heart (2015), hab¨ªa tres temas compuestos por nueve. Ninguno bajaba de cuatro compositores acreditados.?
Cifras que se quedan cortas si las comparamos con otros ¨¦xitos como Uptown Funk, de Mark Ronson y Bruno Mars (la escribieron trece personas) o Strip that down del ex-One Direction Liam Payne, que tiene acreditadas a quince. No son ejemplos aislados. On the floor, el ¨¦xito de Jennifer Lopez de 2011, necesit¨® a nueve personas para crear un estribillo que repet¨ªa 14 veces la s¨ªlaba "la" (o sea que la letra era: ¡°La, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la¡±) y que para m¨¢s inri era una versi¨®n de un cl¨¢sico latino (Llorando se fue, de los bolivianos Los Kjarkas) que hab¨ªan escrito entre dos personas.
?Pero c¨®mo se reparten los beneficios cuando una canci¨®n tiene tantas manos detr¨¢s? "Cada canci¨®n es un caso concreto y eso debe de ser una pelea a muerte, sobre todo entre las editoriales", cuenta Canut. "Si entre los autores hay alguno que tenga un nombre que puedas poner en la portada, a ese le das lo que ¨¦l exija. Si tuviera que repartir, yo siempre le dar¨ªa la mayor parte al que haga el estribillo, desde luego. Entre los cantantes con m¨¢s ¨¦xito tambi¨¦n se les suele ceder algo de autor¨ªa aunque no hayan escrito nada, pues lo autores saben que el hecho de que ese artista la cante les va a reportar una buena cantidad de derechos de autor". ?Deber¨ªamos sospechar, pues, de todas esas canciones con seis o siete autores en las que el nombre de la estrella del pop que la canta acaba col¨¢ndose??
En una era en la que los ¨¦xitos nacen en YouTube y Spotify y la capacidad de retentiva y atenci¨®n (y de paciencia) del p¨²blico es cada vez menor, la industria musical necesita ¨¦xitos inmediatos, explosiones de sonido y luces de ne¨®n. Para ello se ha extendido la pr¨¢ctica de los ¡°writing camps¡±, que se podr¨ªa traducir como ¡°campamentos de composici¨®n¡± y consiste en las grandes discogr¨¢ficas alquilando estudios de grabaci¨®n donde durante una o dos semanas mezcla a productores con bases en busca de m¨²sica y letras y compositores con ideas en busca de bases para que escriban ¨¦xito tras ¨¦xito tras ¨¦xito.
'On the floor', el ¨¦xito de Jennifer Lopez de 2011, necesit¨® a nueve personas para crear un estribillo que repet¨ªa 14 veces la s¨ªlaba "la" (o sea que la letra era: ¡°La, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la¡±)
Eso explica, en parte, que a d¨ªa de hoy las listas de ¨¦xito est¨¦n llenas de canciones escritas por una media de siete u ocho personas. Hay una figura clave en todo esto y muy interesante por su posici¨®n de agente encubierta en estos ¡°campamentos¡±: la compositora y cantante Sia. Antes de convertirse en una cantante de ¨¦xito gracias al ¨¦xito de Chandelier en 2014, Sia escribi¨® ¨¦xitos para David Getta, Beyonc¨¦, Riahanna, Flo Rida o Kylie Minogue. Su ¨²ltimo disco, This is acting, consiste en una colecci¨®n de canciones que esas grandes estrellas rechazaron en su d¨ªa y decidi¨® quedarse para ella. Curiosamente su primer n¨²mero uno en Estados Unidos, Cheap Thrills, era para Rihanna, pero su equipo la rechaz¨®. Acab¨® siendo una de las canciones m¨¢s exitosas del a?o en Norteam¨¦rica y una de las m¨¢s exitosas de la historia en las listas de ¨¦xitos en Francia.
Otra de las canciones del ¨¢lbum, Reaper, tambi¨¦n fue escrita para Rihanna y entre sus cinco compositores se encuentra tambi¨¦n Kanye West. Pero ella no lleg¨® a encontrarse con ninguno de los dos durante su creaci¨®n. Durante una entrevista con la edici¨®n estadounidense de Rolling Stone, Sia revel¨® interesantes datos sobre el proceso de escritura. Cont¨® que, invitada por la discogr¨¢fica a una de estas sesiones de escritura de ¨¦xitos, le dijeron: ¡°Rihanna y Kanye West estar¨¢n all¨ª seguro¡±. ¡°Pero cuando aparec¨ªa, nunca estaban. As¨ª que fui al estudio para escribir una canci¨®n para Rihanna con Kanye West y ninguno de ellos estaban all¨ª. Estuve menos de una hora. Ten¨ªan dos canciones y me dijeron c¨®mo quer¨ªan que fuesen. Hab¨ªa algunas notas de Kanye, ni siquiera puedo recordarlas. [¡]".?
"En la mayor¨ªa de los casos ni siquiera se ven entre s¨ª", confirma Canut. "Se env¨ªan ficheros digitales que cada uno abrir¨¢ en su mesa de mezclas e ir¨¢ a?adiendo o cambiando".?"No me importa mucho la canci¨®n", remat¨® Sia en la entrevista en Rolling Stone. "S¨¦ que esa frase quedar¨¢ fea si la dejas en la entrevista, pero es que no tengo un lazo emocional con ella¡±.
Aqu¨ª llegamos al quid de la cuesti¨®n: ?estamos viviendo una era de radiof¨®rmula en la que los ¨¦xitos son algoritmos de sonido sin ninguna emoci¨®n detr¨¢s? Opina Canut: "A m¨ª no me parece que se pierda nada porque intervengan tantas personas como sean necesarias para hacer una canci¨®n. Al rev¨¦s, creo que todo el mundo puede aportar algo nuevo y de hecho a algunos cantautores intocables no les vendr¨ªa mal escuchar la opini¨®n de un tercero. El problema viene cuando esos camps se usan para lograr un producto est¨¢ndar que suene en la radio pues en muy poco tiempo eso se podr¨¢ hacer (si no se est¨¢ haciendo ya) con big data y un algoritmo. Al final, las canciones suenan todas igual".
Madonna habl¨® tambi¨¦n muy claro hace poco en un comentario que dej¨® en la cuenta de Instagram de su manager, Guy Oseary. Este subi¨® un v¨ªdeo recordando el 20 aniversario de Ray of light (tal vez el disco de la cantante mejor recibido por la cr¨ªtica) y Madonna le coment¨®: ¡°?Puedes ayudarme ahora, por favor? ?Recuerdas cuando hac¨ªa discos con otros artistas de principio a fin y me permit¨ªan ser una visionaria y no tener que ir a campamentos de composici¨®n donde nadie puede estar quieto durante m¨¢s de 15 minutos?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.