?Pueden los grafitis salvar el campo en Portugal?
!['Mar', de Priscilla Ballarin, en S?o Jo?o da Ribeira.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/O5OPSZLA4WRPSDDPKBYRQUKILE.jpg?auth=a64dee199e4234fc3942f7f9d680f9fcb308b317c82e11b499bfebe36d9bb13a&width=414)
Una alternativa al museo cl¨¢sico. Un ins¨®lito proyecto en Portugal propone intervenciones art¨ªsticas en cementerios, centrales el¨¦ctricas, cuarteles y pantanos. La relaci¨®n entre creadores y lugare?os no es f¨¢cil, pero el arte contempor¨¢neo ya ha llegado a las ¨¢reas rurales.
Evangelina mira con recelo y se agarra a la cachava; tampoco su vecina C?ndida se f¨ªa del joven Gon?alo. Ha llegado a la aldea de Ventozelo para anunciarles que les va a pintar algo, aunque no sabe bien qu¨¦ ni d¨®nde ni c¨®mo. Pese a las diferencias de edad, sexo y cultura, los tres se solidarizan con sus caras de p¨®quer.
¡°Nunca me hab¨ªa visto en una parecida¡±, cuenta Jo?o Pinharanda. Acostumbrado a organizar exposiciones en museos, durante un a?o se ha dedicado a comisariar en aldeas. ¡°Mi trayectoria profesional siempre part¨ªa de una posici¨®n elitista, de arriba abajo. Elijo al creador y el p¨²blico acude a mi terreno, un museo o una galer¨ªa. Aqu¨ª mi posici¨®n ha sido mucho m¨¢s d¨¦bil¡±.
El comisario habla del gran proyecto Arte P¨²blica de la Fundaci¨®n El¨¦ctrica de Portugal (EDP) para revitalizar aldeas rec¨®nditas del pa¨ªs. Desde hace un a?o, decenas de asambleas como aquella de Ventozelo, en la perdida regi¨®n de Tr¨¢s-os-Montes, han reunido a vecinos y artistas para discutir acerca de qu¨¦ quieren ver en las paredes grises de los cementerios, en los dep¨®sitos de agua, en esos fantasmales transformadores el¨¦ctricos a los que nadie osa acercarse por si dan calambre.
El proyecto Arte P¨²blica de la Fundaci¨®n El¨¦ctrica de Portugal persigue la revitalizaci¨®n y dinamizaci¨®n de aldeas y regiones rec¨®nditas del pa¨ªs
¡°Desde el primer momento todo fue imprevisible¡±, admite Pinharanda. ¡°Por el lado art¨ªstico busqu¨¦ creadores de diferentes disciplinas que, a menudo, se repelen. Me sorprendi¨® comprobar que entre el artista callejero y la calle no hay tanta comunicaci¨®n como se supone. Llega el Ayuntamiento de turno y le encarga una obra para tal sitio y con tal presupuesto. Es arte callejero, s¨ª, pero el vecino tiene muy poco que decir. En realidad el di¨¢logo es entre el artista y el poder pol¨ªtico o econ¨®mico. Aqu¨ª el poder ha sido y es del vecino, el artista se somete en esas asambleas a sus preguntas y recelos¡±.
Cuatro asambleas vecinales aguant¨® Lu¨ªs Managem, alias Orph?o, antes de ponerse a pintar en la aldea de Ouguela. ¡°Te dicen que esa es su tierra, que t¨² est¨¢s hoy pero ma?ana te vas, y es verdad. Has entrado en su casa¡±. Orph?o tuvo que abandonar su estilo y sus ideas para atender las peticiones del lugar donde iba a trabajar, una vieja escuela de Ouguela, hoy mitad caf¨¦, mitad local social de los cazadores. Aqu¨ª escenas de caza, all¨¢ una Virgen con su corona y todo. ¡°Tuve cierta dificultad con la santa, que fue sufriendo alteraciones mientras la pintaba¡±.
![Mural de Samina y Alecrim sobre una instalaci¨®n el¨¦ctrica en Assentiz (Ribatejo).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FPMTJDUDPGBG6ZI4J3MQDRGLEA.jpg?auth=c9fc013c8fd78bdc11ac86c846ffcfa85599451b13acba047fb0280e66934288&width=414)
De la selecci¨®n de pueblos se encarg¨® Sandra Santos: ¡°Escog¨ª lugares del interior con poca poblaci¨®n o con problemas sociales, de aislamiento de colectivos¡±, explica. Los 35 artistas contempor¨¢neos participantes cobran por su trabajo. ¡°El presupuesto es peque?o, 35.000 euros para cada una de las zonas en que se divide el proyecto. Es insuficiente para pagar a los artistas ¡ªaunque ponen tarifas especiales¡ª y para materiales y log¨ªstica, pero se trata precisamente de eso, de buscar la colaboraci¨®n de la comunidad donde van a trabajar. El objetivo es dinamizar el pueblo¡±.
Pinharanda seleccion¨® a Hazul para trabajar en Alf?ndega da F¨¦. El Ayuntamiento le abri¨® el almac¨¦n municipal para que se las apa?ara con lo que all¨ª hab¨ªa. ¡°Me qued¨¦ prendado con las se?ales de tr¨¢fico y de obras que ten¨ªan por all¨ª. En mi trabajo acostumbro a utilizar simbolog¨ªas e iconos misteriosos. La idea fue crear una nueva se?alizaci¨®n usando soportes conocidos por todos pero con otro lenguaje¡±.
Los vecinos tienen capacidad de decisi¨®n sobre qu¨¦ tipo de arte quieren ver en sus pueblos. Pero su implicaci¨®n no acaba ah¨ª. Tambi¨¦n alojan y alimentan a los artistas
Hazul ech¨® mano de alumnos de la Universidad S¨¦nior, una iniciativa creada hace cinco a?os en la regi¨®n para activar los cuerpos y los cerebros de gente de m¨¢s de 50 a?os, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. ¡°Despu¨¦s de ense?arles unas nociones b¨¢sicas de uso de materiales, anim¨¦ a los alumnos a dibujar, recortar y pintar los elementos escogidos. En el caso de las se?ales, ellos pintaron los colores base, yo trabaj¨¦ sobre ellos y despu¨¦s las colocamos en el parque a modo de t¨®tems urbanos¡±.
Cementerios y centrales de transformaci¨®n el¨¦ctrica son de esos lugares a los que pocos se acercan por su propio pie. En Assentiz, adem¨¢s, est¨¢n juntos. A los artistas Samina y Alecrim les toc¨®, por mandato asambleario, dar vida a un rinc¨®n maldito. ¡°Un cementerio no nos trae buenos recuerdos¡±, cuenta Samina, ¡°pero puede ser un lugar de encuentro¡±. Con esa filosof¨ªa, pint¨® en blanco y negro ¡ªsus colores preferidos¡ª un gran rostro surcado de arrugas y con los ojos cerrados. ¡°Buscaba una expresi¨®n de meditaci¨®n, ambigua y espiritual¡±. Alecrim complet¨® el mural con motivos geom¨¦tricos, los sentidos de la vida que recorren varias paredes.
!['Sin t¨ªtulo'. Autor¨ªa colectiva. Figueira.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FKKJTDUBCJBDV4SQZQ6CSY3K6M.jpg?auth=9cf1975afdc59c0acff0a7a9a00c2336ff998edb8635472c3a418ee916641d67&width=414)
De aldea en aldea se va creando un mapa art¨ªstico del pa¨ªs, alternativo o complementario a las rutas muse¨ªsticas y monumentales. Antes de 2020 se habr¨¢ completado el proyecto de EDP en 40 municipios, de norte a sur: un mont¨®n de creaciones dando identidad a muros an¨®nimos de cementerios, escuelas, mercados, transformadores el¨¦ctricos que dejan de ser urinarios y vertederos nocturnos para convertirse en lugares con nombre y orgullo de pueblo.
Hay lienzos del tama?o de monta?as, de pantanos. EDP pretende que el arte remiende las brechas abiertas en la naturaleza para construir pantanos. Pedro Cabrita Reis gast¨® 2.700 litros de pintura amarilla en 13.000 metros cuadrados de la presa de Bemposta. A 160 metros de profundidad, Calapez ha dado color a una sala de turbinas. En las laderas del r¨ªo Sabor cuelgan gigantescos espejos de Pedro Croft y el arquitecto Souto de Moura disfraza el cemento de la Foz Tua, en la ribera del Duero, para que siga siendo patrimonio de la humanidad.
!['Casa', de Desejos Urbanos. Ribeira.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OG2PJ5NWO4UG7WB2EM7H2SGVFY.jpg?auth=aca93adefc27f190dda8109c500945bc5e5579656947d5bff81bc168f609505e&width=414)
Donde antes se apartaba la vista, ahora llegan los curiosos con sus c¨¢maras fotogr¨¢ficas. Miguel Carvalho, comandante de los bomberos de Campo Maior, bromea con el nuevo trabajo que le ha salido: ense?ar a los visitantes el mejor lugar para apreciar su cuartelillo. Andr¨¦ Calado lo ha pintado de rojo con una gran figura negra, la de un contrabandista ¡ªel pueblo linda con Espa?a¡ª que gana relieves tridimensionales cuando se abren y cierran las ventanas de los bomberos. ¡°Intent¨¦ conciliar mi estilo gr¨¢fico con las historias que fui recogiendo en las asambleas¡±, cuenta Calado, alias Nada. Al artista no se le olvida que uno de los vecinos que m¨¢s segu¨ªa la obra era Rui Nabeiro, el magnate de los caf¨¦s Camello y Delta, que contrabande¨® durante la posguerra espa?ola. Su contrabandista tambi¨¦n emerge entre la mara?a de flores rojas del dep¨®sito de agua que ha pintado Lu¨ªs Silveirinha.
Si los vecinos de Campo Maior quer¨ªan recordar su famosa fiesta de las flores, en Mexilhoeira Grande, al sur del pa¨ªs, la asamblea se divid¨ªa sobre sus s¨ªmbolos musicales: la guitarra de fado o el acorde¨®n. En medio de la gresca alguien apunt¨® que viv¨ªan junto al mar, y que si algo pod¨ªa unir a todos era el marisco.
!['Criaturas do mar', de Padure. Mexilhoeira Grande (Algarve).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/H3UMBPEZPL475JILCJ2WMUUZ7Y.jpg?auth=1e727ad60a5dc9ff532c033090f3300cd7dbf5103b6dabbc5a1adbdf881d0e78&width=414)
Desde el andamio, David Padure ve¨ªa el mar. Su obra conceptual y sobria de colores no era para aquel lugar soleado, ni del gusto de la asamblea vecinal, as¨ª que el artista se decidi¨® por el formato c¨®mic pintando un gran langostino azul. En otro transformador el¨¦ctrico, rodeado de secarral, tuvo saudades de un helado de cucurucho de sabor a cactus.
La estudiante Ana Sousa, d¨ªa s¨ª, d¨ªa no, esperaba al autob¨²s en un refugio gris y h¨²medo de la ruta de Assentiz. Una ma?ana lleg¨® a la parada y hab¨ªa un pajarito amarillo de papel mach¨¦ y una ni?a mirando las estrellas de colores pintadas en el techo, y en la ahora verde pared colgaba un caj¨®n con libros.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/R5KTSJS5SD5K5NPK25J4PCP4E4.jpg?auth=4125f09481d6b8ec5628172bfd46464659db45f44ee909e59451d74607bdc88a&width=414)
![En la imagen superior, 'Lines, Lines, Lines', de Draw, en colaboraci¨®n con alumnos de universidad. Alf?ndega. En la siguiente fotograf¨ªa, vecinos y artistas en Ventozelo (Tr¨¢s-os-Montes).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SXLILCZXQGYCADZWBG5DMIXNSU.jpg?auth=84604725a7d1d73e17e03211e47e5b6e8b87a0cc9e570722fe8a0935a2016bcc&width=414)
En las paradas de Ribeira de S?o Jo?o, un ni?o se sumerge en el mar azul y una mujer cuelga ropa bajo un sol ya anaranjado. Son obras de la brasile?a Priscilla Ballarin. Residente en Lisboa desde hace un a?o, es la mitad del d¨²o Desejos Urbanos. Su compa?era, Eliza Feire, sigue en S?o Paulo. A distancia, dibujaron y pintaron poes¨ªas visuales en cuatro paradas de otros tantos concejos de la Vila da Marmeleira. ¡°?Qu¨¦ mejor ruta de arte p¨²blico que la de las paradas de autob¨²s que usa la comunidad?¡±, pregunta.
!['Sin t¨ªtulo', de Lu¨ªs Silveirinha, en un dep¨®sito de agua del Alto Alentejo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z6DEEP22L2EHRVJKLEVLF3TX3A.jpg?auth=08e9f2ccea7253ac40001cd42490c715ce7365f60b4657d1a3e6292771b193d7&width=414)
La artista brasile?a tambi¨¦n se las vio con los vecinos. ¡°Les gustaba la idea que les present¨¦, pero no los lugares porque dec¨ªan que en dos d¨ªas iban a ser destrozados. Yo intentaba transmitirles que eso formaba parte del arte p¨²blico, y ellos insist¨ªan en que era un trabajo en balde; al final los convenc¨ª¡±.
Pero la implicaci¨®n de los vecinos no acaba con las asambleas. De ellos depende el sustento de los artistas, su hospedaje y la ayuda en la log¨ªstica de herramientas y materiales. ¡°Si era la hora de la merienda¡±, recuerda Ballarin, ¡°una se?ora me tra¨ªa un pastel; si estaba limpiando, otra vecina me prestaba su fregona. Un ni?o se qued¨® conmigo toda la tarde mirando y haci¨¦ndome preguntas sobre lo que hac¨ªa y si hab¨ªa que estudiar para ser artista¡±, recuerda.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Y5JCWMRURCJW32FBMZAK3FPZCU.jpg?auth=1a65655184a4ae46dce16de27a4acd6d32a7ee2807a8afdb6cf077f82aed6bdb&width=414)
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EDVLH4JBRTVBPLQBNMCPQO4HY4.jpg?auth=ca25fe1948294b392c3dee8574ae2916470bf61f2807866fef90f2aae49381b5&width=414)
![De arriba a abajo, 'T¨¦tis', de Draw y Hazul, en Alf?ndega; 'Sin t¨ªtulo', de Orph?o. Antigua Escuela Primaria de Ouguela (Campo Maior); y 'Semio', obra de Hazul, con la contribuci¨®n de universitarios, utilizando se?ales de tr¨¢fico en desuso. Alf?ndega da F¨¦.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SVNMTLIFELZV4K5R57VQKWVND4.jpg?auth=a2babc33d8c2d6db778734c7fe96c6e93da16071b4b291b46bf5a5a0dde51f6c&width=414)
En ese ambicioso proyecto de pintar Portugal, los artistas ejercen solo de pioneros, pues por cada una de sus obras se promueven otras de los vecinos. Han sido, adem¨¢s de artistas, educadores. ¡°Durante mi estancia¡±, explica Nada, ¡°impart¨ª un cursillo de pintura con spray a j¨®venes de un barrio marginal de Campo Maior. Fue muy motivador. Es importante traer nuevos lenguajes y abrir horizontes en estos lugares¡±.
¡°La experiencia fue positiva en un 50%¡±, reconoce Orph?o tras sus tiranteces con la Virgen de Ouguela. ¡°Tuve que dar mi brazo a torcer, pero al final la conexi¨®n que se siente con los vecinos en este tipo de experiencias art¨ªsticas es mucho m¨¢s importante que un retrato. Recuerdo que un d¨ªa, mientras pintaba, se acerc¨® una mujer a rezar ante la Virgen y luego se me acerc¨® y me dio las gracias¡±.
Aunque siempre se dice que los museos pertenecen al pueblo, es dif¨ªcil visualizar esa pertenencia en edificios cerrados y vigilados. Todo lo contrario a la cercan¨ªa del arte callejero. ¡°Creo que con el tiempo¡±, explica Hazul, ¡°se va a crear una afinidad de los vecinos con todas las obras que fueron creadas¡±.
Las reacciones en los proyectos desarrollados hasta el momento han sido inesperadas. ¡°He quedado sorprendido por el resultado¡±, resume el comisario Pinharanda, ¡°no por el art¨ªstico, sino por el di¨¢logo creado entre los artistas, y entre estos y el vecindario¡±. Hace unos meses, Priscilla Ballarin regres¨® a sus paradas en Marmeleira: ¡°Me qued¨¦ KO. Estaban intactas¡±. Los propios vecinos decidieron, en v¨ªsperas de sus fiestas patronales, proteger de posibles gamberros lo que, para ellos, ya no son simples paradas de autob¨²s, sino sus obras de arte.
¡°El arte es del pueblo, se queda en el pueblo¡±, asegura la organizadora Sandra Santos. ¡°Cuanto m¨¢s se han involucrado los vecinos en los proyectos, mejor se han conservado las obras. Ellos mismos quieren ser los gu¨ªas de estas nuevas rutas art¨ªsticas de Portugal¡±.
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