El tr¨ªpode roto de Puigdemont

La detenci¨®n de Carles Puigdemont tiende a desbaratar el proc¨¦s-bis intentado por el secesionismo desde el 21-D.

?Por qu¨¦? Porque rompe de entrada el tr¨ªpode sobre el que se asentaba el acuerdo para la investidura de Junts per Catalunya y Esquerra, firmado el 8 de marzo.

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Claves | La reconversi¨®n del ¡®proc¨¦s¡¯

Puigdemont no era presidente ni legal ni leg¨ªtimo

Su primera pata consist¨ªa en un ¡°espacio libre en el exilio¡± compuesto por la ¡°asamblea de representantes para la rep¨²blica¡± y por la ¡°presidencia del consejo de la rep¨²blica¡±, encarnada en Puigdemont. Los consejeros quedar¨ªan sin otro control que el de su jefatura, al modo del Consejo Nacional del Movimiento de Franco. Este espacio era la clave de b¨®veda del edificio, porque se encargaba de fijar la ¡°estrategia pol¨ªtica¡± del conjunto.

Y adem¨¢s monitorizaba a distancia el segundo pilar, el Govern t¨ªtere en Barcelona, cuyo president ser¨ªa de facto nombrado por Puigdemont, como ocurri¨® con los aspirantes Jordi S¨¤nchez y Jordi Turull.

La tercera pata era el ¡°pueblo¡±, ¡°movilizado¡± y ¡°empoderado de su futuro¡± ¡ªorquestado en torno a las activistas ANC, ?mnium y los CDR¡ª, coautor con Bruselas de un ¡°proceso constituyente¡±.

El truco del tr¨ªpode era que externalizaba la actuaci¨®n ilegal a la base ciudadana activista y al et¨¦reo espacio bruselense, eximiendo al Govern de responsabilidades penales. Incluso de la malversaci¨®n de caudales, porque la rep¨²blica de Bruselas se constituir¨ªa como un club privado.

La detenci¨®n del conciudadano Puigdemont acarrea la desarticulaci¨®n en cascada, al menos de momento, de la rep¨²blica, sus entes en Waterloo y sus misiones internacionalizadoras.

Y la probable desactivaci¨®n de algunos de sus fieles m¨¢s connotados, como la ex-consejera Clara Ponsat¨ª ¡ªque espera hoy destino en el Reino Unido¡ª, o la cupera Anna Gabriel, que ya topa con problemas de intendencia en Suiza.

Y sobre todo, descuartiza el esquema de poder y el relato que permit¨ªan fantasear con dobles legitimidades y mantener la doble faz ambigua entre varios polos dobles: legal/ilegal; efectivo/simb¨®lico; autonomismo de derecho/secesi¨®n de hecho. Ese relato queda as¨ª desconectado de la realidad, reducido a un desnudo cuento de hadas.

La virtud de este hecho capital no es te¨®rica, es tangible. Salvo una nueva y cada vez m¨¢s dif¨ªcil varita m¨¢gica, solo queda espacio para recuperar el autogobierno por la v¨ªa legal y legalista; para practicar el autonomismo o el federalismo.

Claro que los indepes podr¨¢n mantener su sue?o, propagar su idea y gobernar (si se ponen de acuerdo): pero siempre dentro del altavoz constitucional/estatutario que pugnaron por despedazar.

La virtud es pr¨¢ctica. Tras un comprensible per¨ªodo de dolor y duelo ¡ªojal¨¢ que breve y pac¨ªfico¡ª, todo indica que Esquerra tendr¨¢ que convertir su doble discurso en uno solo, el pragm¨¢tico. Los de Puigdemont deber¨¢n esta vez seguirle (o caer en la irrelevancia). Y toda la escena pol¨ªtica catalana deber¨¢ resituarse. O tras nuevas par¨¢lisis y piruetas, la vida la resituar¨¢.