¡®Hybris¡¯
Contra el muro del doloso ¡°inmovilismo de Rajoy¡± lo que se desvela es la p¨¦rdida de papeles del nacionalismo catal¨¢n
Los buenos pol¨ªticos construyen instituciones s¨®lidas. Las instituciones s¨®lidas construyen buenos pol¨ªticos. De ah¨ª el ¡°nada es posible sin las personas, nada es duradero sin las instituciones¡±, sobre el que Jean Monnet quiso hacer descansar el proceso de integraci¨®n europeo. ?Pero qu¨¦ ocurre cuando el c¨ªrculo virtuoso se rompe y las personas se empe?an en promover lo imposible, destruyen las instituciones y acaban a su vez siendo destruidas por ellas?
Ese relato de destrucci¨®n mutua de personas e instituciones explica el origen, trayectoria y colapso del proc¨¦s catal¨¢n. Tanto Jordi Amat, en La conjura de los irresponsables (Anagrama), como Santi Vila, en De h¨¦roes y traidores (Pen¨ªnsula), han intentado, desde ¨¢ngulos distintos, m¨¢s anal¨ªtico uno, m¨¢s pol¨ªtico y personal el otro, dar explicaciones plausibles del monumental fracaso de unas ¨¦lites pol¨ªticas cuya educaci¨®n, modernidad, sentido democr¨¢tico, sano europe¨ªsmo y tradici¨®n pactista d¨¢bamos por supuesto que impedir¨ªan cometer los disparates que cometieron.
Cierto que en ambos hay equidistancias, de distintos signos e intensidades, lo que a unos les parecer¨¢ criticable y a otros, loable. Y que hay poca fineza, como falta en tantos, a la hora de entender el resto de Espa?a y las motivaciones del resto de los espa?oles, que se nota conocen poco y dibujan sobre la base de clich¨¦s poco actualizados (¡°Madrid¡±, ¡°el nacionalismo espa?ol¡±, ¡°el Estado¡±).
Parad¨®jicamente, contra el muro del doloso ¡°inmovilismo de Rajoy¡± lo que se desvela es la p¨¦rdida de papeles (personales e institucionales) del nacionalismo catal¨¢n, moderado o radical, y el monumental c¨²mulo de errores cometidos por aquellos que se cre¨ªan llamados a culminar un proyecto milenario. Los m¨¢s l¨²cidos, como Santi Vila, ya han comenzado a hacerlo, pero la mayor¨ªa tardar¨¢ a?os en entender c¨®mo algo que despreciaban tanto (la democracia espa?ola, sublimada en un Rajoy al que desprecian) pudo infligir una derrota tan severa a un proyecto tan hermoso. Cierto es que, como se?ala Vila, ha habido decenas de errores pol¨ªticos, pero el principal ha sido el psicol¨®gico. Los griegos llamaban hybris a la falta de control sobre los propios impulsos y al dejarse dominar por las pasiones. ¡°A quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco¡±. Piensen en Puigdemont.
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